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Crítica / Un director, un pianista, un estreno y un Sibelius de lujo - por José M. Morate Moyano

Valladolid - 19/02/2024

Regresó Vasily Petrenko a la OSCyL, en calidad de Director Asociado durante 3 años, con la encomienda de apoyar al joven talento español, labor iniciada con el pianista gijonés Martín García García (1996), alumno de la E.S.M. "Reina Sofía" y de la Mannes School Music de New York, 3er. Premio en el Internacional "Chopin" de Varsovia y 1º en el de Cleveland en 2021, lo que le ha abierto las puertas en el circuito mundial y su debú con la OSCyL, en su 10º Programa de Abono en Valladolid.

Se inició con el estreno en España de Fantasía Baetica (2022) de Falla, en arreglo orquestal del valenciano Francisco Coll (1985), compositor residente en el Palau de Valencia las temporadas 18-19 y 19-20, alumno del Programa de Jóvenes Artistas "Britten-Pears", 1er. Premio ICMA'19 y BBC Music Magazine Awards, que recibió este encargo de la Filarmónica de la BBC, estrenado en el Festival de Aldeburgh 2023. No se trata tan sólo de transcribir el trabajo de Falla para piano dedicado a Rubinstein en 1919, que huía del Romanticismo y ponía fin a su "periodo andaluz", homenajeando al flamenco y la guitarra con austeridad y brillo conjuntos, sino manteniendo ese espíritu, aportar una gama de colores variadísima en la gran paleta orquestal utilizada, con algún timbre actual, haciendo pasar la misma línea melódica por varios instrumentos consecutivos, lo que hace suu ejecución complicada para mantener la continuidad de la misma, todo con el ritmo y rasgueos originales de la guitarra puestos en el piano por el gaditano. El resultado fue espectacular porque Petrenko tiene esa fabulosa Técnica de Dirección, que le permite anticipar y marcar todo con fácil claridad, consiguiendo que la OSCyL le siga con confianza ciega y el público lo acepte con entusiasmo, al notar esa calidad y entrega en todos que, por otra parte, ya espera de antemano, llenando a tope el Auditorio. Por poner una sombra, quizá faltó una brizna de "quejío", pero la versión fue tan estupenda como la orquestación de Coll. Destacaron arpa y trompeta y, en los momentos líricos, corno inglés y el enlace viola-cello.

Por 11ª vez en su historia abordaba la OSCyL el Concierto para piano y orquesta nº 1 en Sib m., op. 23 (1874-75, revisado en el 79 y 88) de Chaikovski, con Martín García García como solista. Lo tocaron Orozco, Bax, Volodos, Kozhukhin, ..., pero la versión de Martín sonó nueva y original y Petrenko y OSCyL la hicieron suya, convirtiendo ese binomio piano-orquesta en "concierto" de verdad. Ya los acordes iniciales del piano con poder, control y diferente acento, apuntaban a que algo diferente íbamos a oir, más cuanto Director y Orquesta entendieron el mensaje y aceptaron esa línea nada convencional; espectacular la 1ª cadenza, pues el macanismo fácil del solista permite un brillante sonido (que compitió luego con el titti sin problema) y una capacidad dinámica y toque exquisito, que llega al más sutil pianísimo. En esa comunión, los metales fueron magestuosos y el clarinete lírico, con un Petrenko al que la madurez ha añadido profundidad a su poder de concertación. La sencilla melodía del Andantino (de la canción francesa "Es preciso divertirse, danzar y reir") fue una delicia en flauta y piano, delicado el cello en la reexposición que tomó el oboe; limpia y compacta la cuerda "con spiritu", así como el canto del piano que, cristalino, atacó "con Fuego" el final en esa danza ucraniana en contraste con el 2º tema más tranquilo. La orquesta creció muy controlada hasta el máximo, el piano recogió el reto y acabó triunfante en estremecedor final. La sala tronó encantada y sorprendida ante ese aire fresco que, seguro, habría agradado al autor, libre de todo amaneramiento y muy bien puesto al día. Martín García García hubo de aplacar las repetidas ovaciones, ofreciendo el Capriccio en Solb M., op. 8 del propio Chaikovski, exhibiendo de nuevo todo su arte pianístico, con la misma perfección técnica, musical y de concepto que en el Concierto e idéntico resultado en la Sala.

La 2ª Parte tuvo a la Sinfonía nº 1 en Mi m., op. 39 (1898-99, revisada en 1900) de Sibelius, emparentando muy bien con Chaikovski pero con el nuevo carácter finlandés con que el País empezaba su incomodidad con el dominio ruso que el Zar quería incrementar, hallando oposición clara, que terminó con la independencia pactada de Finlandia. Aquí el triunfador fue Vasily Petrenko por su lectura del texto musical, sirviéndose del espléndido momento que vive la OSCyL, con unos violines que han mejorado mucho en calidad de sonido, que permite a todos colorear cada frase en equilibrio con el resto de familias, unidas tambén a esa mejora a la que ayuda bastante la experiencia que van adquiriendo junto a los mejores solistas con los que habitualmente colaboran en cámara.  Esta vez contaron con Maxim Brilinsky como concertino invitado destacado. También lo fueron clarinete y timbalen ese inicio que sirve como base a toda la riqueza temática de la Sinfonia y las flautas sobre cuerdas y arpa, todo con aromaa Borodin, como lo hay al Chaikovski de " la Patética" en el pesaroso Andante, con la OSCyL equilibrada perfectamente en cuerdas, fagot y resto de maderas. Emotivo el Scherzo, con esaas repetidas 7 notas en flauta y timbal, que lo hacen tan singular. Y el Final fue magnífico, alternando lento-rápido, con violines, violas y cellos vibrantes y ese fortísimo de cuerdas con acompañamiento acordal de vientos y metales, que lleva al suave cierre en 2 acordes pizzicatti como al principio de todo. De nuevo saludos y aplausos repetidos para todos, bien merecidos por la prestación aquí y en toda la sesión. A recordar.

José M. Morate Moyano

 

Martín García García, piano

Orquesta Sinfónica de Castilla y León / Vasily Petrenko

Obras: M. Falla-F. Coll, P. I. Chaikovski y J. Sibelius

Sala sinfónica "J. López Cobos" en el CCMD de Valladolid

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