Música clásica desde 1929

 

Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Sustancial exposición de “La vida breve” - por José Antonio Cantón

Alicante - 08/02/2024

Una de las citas más esperadas del ciclo sinfónico programado por el Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA) en la presente temporada y que lleva por título “Pasions” ha sido la interpretación en versión de concierto de la ópera La vida breve del gaditano Manuel de Falla, obra singular en la  historia de la lírica española. Para tal cometido se ha elegido uno de los maestros más reconocidos de este género como es el compositor y director barcelonés Miquel Ortega, intérprete dotado de fina capacidad analítica y gran sentido de musicalidad aplicada a la escena.

Estas cualidades han determinado las líneas maestras de esta actuación en la que la orquesta ha adquirido un protagonismo significativo para realzar los valores de una partitura que, influenciada por un romanticismo tardío e impregnada por ciertos rasgos del impresionismo francés de principios del siglo XX, requiere una atención especial en la distinción estilística de cada momento de su desarrollo sin que se resienta lo más mínimo ese sentido unitario que requiere toda obra lírica pese al hándicap que supone en este caso un libreto ciertamente limitado del dramaturgo, también gaditano, Carlos Fernández Shaw.

Miquel Ortega ha entendido este inconveniente realzando los valores de la partitura, al estimular sus aspectos vocales y orquestales con notable eficacia técnica, implementados por un certeramente imaginado sentido escénico, como impulsor también del deseado y buscado resultado musical, que ha llevado a una puesta en valor de esta creación que ha tenido una especial respuesta del público, al mostrar éste un atento silencio en ir descubriendo la concatenación de su sencilla trama con el texto del libreto que se proyectaba en el fondo del escenario. Todo ello se convirtió, al caer el inexistente telón, en un cerrado aplauso con el que se reconocían los méritos de esta versión.

Entrando en detalles de la ejecución de este drama lírico, hay que iniciar las consideraciones por la cantante Sandra Ferrández que daba vida a la protagonista, Salud, esa gitanilla del barrio granadino del Albaizín enamorada de Paco, encarnado por el tenor italiano Francesco Pio Galasso, que destacó en ese apunte de dúo con la joven granadina desarrollado con un cierto sentido verista, como se ha apuntado anteriormente uno de los estilos líricos presentes en la obra.

La mezzo-soprano crevillentina se adentró en su papel con gran fuerza dramática sabiendo adaptar sus cualidades vocales al trastorno emocional que supone el desengaño amoroso que sufre su personaje, sabiendo contrastar su ingenuidad en el primer acto con el carácter trágico mostrado en el segundo, alcanzando su momento culminante en el final de la ópera, en el que expresó su desesperación con la aseveración, ¡Yo no vengo a cantar! ¡Yo no vengo a bailar!, acentuando toda su angustia ante la boda de su prometido con una rica heredera, Carmela, papel interpretado por la soprano cubana Sabrina Gárdez, resolutiva y eficaz en su corta intervención, como lo fue la del barítono catalán Jan Antem en el papel de Manuel, hermano de Carmela.

Ángel Ódena compuso con distinción el inquietante canto del personaje de tío Sarvaor, generando desde la prestante redondez de su voz ese carácter “presagiante” ante el infeliz final del idilio amoroso de su sobrina, advirtiendo de las falsas intenciones de Paco. El maestro Ortega quiso enfatizar la intervención del barítono tarraconense como desencadenante de ese momento de inflexión en el desarrollo del argumento de la ópera. Segura dentro su papel de la abuela, la mezzo-soprano ilerdense Marta Infante, generó ese particular sentido de satisfacción por el noviazgo de su nieta, creando ese ambiente de serenidad que se vive en el primer acto antes de confirmarse el engaño de Paco, ya anunciado por su hermano Sarvaor, al que hace desistir en su intención de matar al falsario pretendiente de Salud.

El tenor alicantino Jorge Navarro Colorado brilló en sus intervenciones como voz de la fragua, generando esa intención de los autores de plasmar desde ella el triste sino de Salud como mujer pobre y humilde abocada a una vida breve. Muy interesante fue la oscura aunque bien entonada voz por soleares del cantaor Pedro Jiménez “Perrete” acompañado por la clara línea flamenca obtenida por el guitarrista Basilio García en el inicio del segundo acto, representando ambos a los artistas que amenizaban la fiesta que ofrecieron Carmela y Paco antes de su boda.

La orquesta ADDA·Simfònica, que se mostró hasta ese momento como el mejor vehículo musical imaginable para acompañar con resolutiva eficacia la idea que sobre esta obra tiene asumida Miquel Ortega, llegó a su punto culminante en el interludio y la danza española que le sigue, pasaje instrumental por el que es más conocida esta ópera. La mutua interacción del maestro y la orquesta se mostraba con un efectismo artístico total, marcando un contraste expresivo ante los tristes acontecimientos del final de la obra, generándose entre ambos elementos ese ideal grado de connivencia de sentirse de acuerdo y a gusto por el resultado estético logrado de una partitura rica y compleja entendida plenamente en sus detalles.

El Coro Amici Musicae, creado bajo los auspicios de la Escuela Municipal de Música de Zaragoza y actualmente institución residente en el auditorio de la capital aragonesa, funcionó con eficacia a lo largo del espectáculo, desde un adecuado trabajo de preparación realizado por su director, el músico tudelano Igor Tantos Sevillano, siguiendo las directrices del maestro Ortega que terminó convirtiéndose en la figura estelar de esta velada operística, dado su conocimiento de la materia musical y su gran capacidad en la dirección de voces, tanto en el ámbito individual como en su manifestación coral, lo que ha redundado en la consecución de una versión que sólo se hubiera superado con el colorido que le hubiera dado la escenificación de esta singular ópera de Falla para poder disfrutarla en su plenitud.

José Antonio Cantón

 

Ópera “La vida breve”, de Manuel de Falla

ADDA-Simfònica Alicante y Coro Amici Musicae de Zaragoza

Director musical: Miquel Ortega

Elenco: Sandra Ferrández, Francesco Pio Galasso, Ángel Ódena, Marta Infante, Jan Antem, Sabrina Gárdez, Jorge Navarro Colorado, Pedro Jiménez “Perrete” y Basilio García (guitarra)

Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA), 3-II-2024.

309
Anterior Crítica / Triunfo de Carissimi, Emelyanychev y Purcell en el Teatro Real - por Simón Andueza
Siguiente Crítica / Viaje pedagógico por la historia de la guitarra - por Luis Suárez