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Crítica / Stravinsky (y compañía) en Urriés - por Juan Gómez Espinosa

Urriés - 07/09/2021

Stravinsky paseó a su soldado por la localidad aragonesa de Urriés. Sucedió el pasado sábado, 4 de septiembre. El ruso no estuvo solo. Lo acompañaron dos contemporáneos suyos: Bartok y Milhaud; el primero, representado por sus Contrastes; el segundo, por el Trío para clarinete, violín y piano. Los tres autores, aunque de identidades absolutamente personales, compartieron una serie de rasgos a la hora de vertebrar discursos. Como en los chistes, “un ruso, un húngaro y un francés” sacaron la cabeza de los conservatorios para bañarse de músicas menos “académicas” (folklore, jazz, rag y todo hijo de taberna y cabaret), tan modernas y rebeldes en los años 20 como el replanteamiento de la tonalidad (y mucho más divertidas, no nos engañemos).

El concierto de estos autores constituyó el broche nocturno de una jornada musical: el II Festival de Música de Urriés. Durante el día, el folklore había tomado el pueblo de apenas 47 habitantes. El tesoro popular no incluyó a Rusia ni a Centroeuropa, pero sí a Irlanda a través el grupo toledano MacMardigans, dispuesto a mostrar la raíz y la fusión con otros estilos actuales. La esencia del flamenco había sido defendida a través del baile de Sara San Juan, el cante de Cristina Soler y la guitarra de Alejandro Moreno; los tres intérpretes actuaron desde el rigor y añadieron un virtuosismo limpio e intenso (tal vez lo más difícil de conseguir sobre las tablas).

Dos Folk también habían respondido al folklore nacional, pero no olvidaron otras latitudes, como la bretona; Esther Sánchez y Pedro Bartolomé, sus componentes, incluso recogieron el guante de Igor y Bela para generar nuevas piezas a partir de aires tradicionales; voz, violín y cuerda pulsada: no precisaron de más para que el público quedara serenamente conmocionado. La serenidad ya había protagonizado el comienzo del día: el terapeuta YogaGon realizó unas sesiones de yoga acompañado de la flautista Susana Fernández; Bartok, un apasionado del ejercicio y la conexión entre salud física y mental, habría disfrutado con este despertar. Stravinsky y sus dos colegas también compartieron la inquietud multidisciplinar.

Las colaboraciones de estos compositores con artistas de otros ámbitos dejaron obras emocionantes en campos como el teatral, el literario o el cinematográfico. En la noche de Urriés, la música no quedó ni a solas ni a oscuras. Mariola Ponce y Vicent Ortolà, Teatres de la Llum, recorrieron el espacio armados con sus linternas; invadieron la carpa engendrando luces y sombras, colores y vacíos, formas y texturas, y manejaron las esculturas móviles del artista Jaime Giménez Díaz; propiciaron algo extraordinario: tener la sensación de que uno escuchaba por primera vez la Historia, los Contrastes y el Trío. A la orquestación lumínica se unió en la primera pieza el recitado del propio Ortolà y de Alberto Román. Y si existe otro punto de unión entre Igor, Bela y Darius, ese es el juego instrumental. De poco sirve la técnica más clásica para enfrentarse a los pentagramas de estos autores. Empujaron el discurso acústico hasta el abismo y no dudaron en hacer lo mismo con los intérpretes.

Por suerte, las obras “iluminadas” encontraron al Trío Aulós, con unos artistas que se mueven sin miedo cerca del abismo: Andrés Ibáñez Gangutia (violín), Álvaro Huecas Huecas (clarinete) y Adriana Gómez Cervera (piano). Justamente esta última es la fundadora, directora y corazón del festival (eficazmente apoyada por la producción de Ana San Juan). La propuesta de la primera edición salió adelante pese a la pandemia. La segunda supone la ratificación de que el proyecto no ha quedado en flor de un día ni en buenos propósitos dentro de un contexto dramático. Para darle vida a algo así, se necesita un milagro. Y, como los milagros no existen, es preciso recurrir a la voluntad. Tanto Adriana Gómez como todo el pueblo de Urriés, con su alcalde Armando Soria Bueno a la cabeza, se han dejado la piel. Stravinsky estrenó su Historia en 1918, en un mundo amenazado por la pandemia de gripe. En un año y medio en el que lo más natural habría sido caer en el agotamiento y el silencio, Adriana Gómez y Urriés han provocado el movimiento, la música. Y esperamos una tercera edición.

Juan Gómez Espinosa

 

II Festival de Música de Urriés.

4 de septiembre de 2021.

Obras de: I. Stravinsky, B. Bartok, D. Milhaud y de repertorio folklórico

Actuaciones de: Trío Aulós, Teatres de la Llum, Dos Folk, Sara San Juan, Cristina Soler, Alejandro Moreno, MacMardigans, YogaGon y Susana Fernández.

Foto: Un momento de la interpretación de Historia de un soldado / © Armando Soria Bueno.

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