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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Sinfonismos de pujanzas tímbricas - por Ramón García Balado

Santiago de Compostela  - 17/08/2022

Antón García Abril, nuestro añorado profesor en la Cátedra de Composición de Música en Compostela, fue recordado por su obra El Mar de las calmas- escuchada como pieza final-, idea de un clima paradisíaco y que parece remitir a las estrofas del gran poeta canario Nicolás Estévanez y Murphy: Mi espíritu es isleño como las patrias costas/ donde la mar se estrella/ en espumas rompiéndose y en notas. Obra para el Festival de Canarias, no pretendía, ni mucho menos, como en su día Teobaldo Power, utilizar abundosa fuente de la música tradicional canaria. Se perciben melodías misteriosas y melancólicas como las tristes endechas prehispánicas en la lengua de los guanches.

El propio García Abril, puso la guinda a esa obra El Mar de las Calmas, que pretende ser un mensaje de espiritualidad, aspirando a ser un eslabón más en ese mecanismo sutil y perfecto que el tiempo va encadenando en aportaciones culturales, que el hombre va  dejando tras de sí: He trabajado sobre algunos documentos étnicos de gran valor para mí, intentando en cada caso infundirles un tratamiento totalmente libre.  Para el autor, un gran desafío en ese acercamiento al mundo canario, en sus múltiples vertientes, sin recurrir al acervo de su música tradicional, creando una obra sinfónica que, por ella misma, explique todo el profundo sentido  y sentimiento  del alma canaria, elevada a un nivel de un cántico espiritual.

Para el programa en su conjunto, el director Pablo Rus Bruseta con la Orquesta Sinfónica de Galicia, presentaba credenciales con resuelta solvencia por las texturas enervantes de las piezas en cartel.

Eduardo Soutullo con Shabdalamkara, para barítono y orquesta, que en sus palabras,  y tal como recuerda Theo  Hirsbrummer en su biografía sobre Ravel, y el mundo de la Pavana para una  infanta difunta, su título fue elegido por el compositor únicamente porque la aliteración de la consonantes f, suena bien y no porque la pieza haga referencia a una infanta española fallecida. Labor de manifiestas exigencias para el barítono Sebastiá Peris, por la expresividad que se le exigía en los dominios propios del sprechgesang. En la misma línea, a lo largo del siglo XX, movimientos de vanguardia como el Futurismo ruso  italiano, o el Dadaísmo, han hecho uso de la denominada poesía fonética, basada en los recursos sonoros de la lengua y no en el significado del texto.

La fonética de las palabras y no su significado, también han sido el criterio para confesar que Shabdalamkara (término que en sánscrito significa: posibilidades sonoras del lenguaje construido a partir de varios textos milenarios, escritos en diversas lenguas, preferentemente del sánscrito), en su mayor parte del extenso poema épico hindú Mahabharata, del que se han escogido versos que hacen uso, de determinadas aliteraciones. Un precedente de referencia en la utilización de este tipo de recursos, es la obra Canto de las dos naturalezas del compositor David del Puerto, cuyo texto procede del Bhagavad Gita, incluido también dentro del Mahabharata, y que el autor utilizó como material fonético a partir de la descomposición del texto, lo que le  permitió tratar la voz como si fuese un instrumento.

Francisco Coll, también con un encargo de la Fundación SGAE-AEOS, Lilith, compositor valenciano que amplió estudios en la Guildhall School, de Londres, con Thomas Adès. Lilith, un descubrimiento para el aficionado, será objeto de la curiosidad de David del Puerto, quien no durará en calificarla de obra demoníaca y sensual, densa y  oscura, en su textura orquestal, entre voces que se asoman para después perderse en medio del caos, dejando entrever fragmentos de formas familiares, como si se tratase de personajes y  cuerpos a través de la  niebla, entre apariciones difusas, empañadas y nunca desveladas en su totalidad. 

Una suite del ballet Don Quijote, de Roberto Gerhard- obra que abrió la sesión- y que   en su producción, queda reflejada en el novedoso tratamiento musical que Gerhard hace del personaje. El sistema de composición serial que maneja, distingue entre el componente sanchesco (realista español) y quijotesco (surrealista y delirante). Según el autor, todos los episodios están basados en una obligato-serie de 12 sonidos, que contradice el principio básico de la serie schoenbergiana por el hecho de que no contiene las 12 notas diferentes, sino que en cambio repitió  varias,  encontrando en el procedimiento, una mina inagotable en sí misma.

En 1958, publicó las Danzas de Don Quijote, un breve arreglo del ballet (en forma de suite), y lo hizo en dos versiones: la primera para piano solo y la segunda para una  orquesta muy reducida. El objetivo principal era editar la obra y divulgarla cuanto fuese posible, aunque debiera restringirse para ello, a un formato más pequeño que el del ballet o la suite sinfónica. Las Dances se centran, musicalmente, en el aspecto trágico de Don Qujote, excluyendo completamente los elementos idealistas del personaje, y entre ellos, a Dulcinea (lo cual no es de extrañar dada su percepción de este personaje) como puramente ideal. Además las Dances explotan componentes musicales que Gerhard vincula con lo realista, lo sanchesco y lo netamente español- es decir, los elementos más populares y folklóricos de la partitura balletística- aprovechando, así mismo, los componentes más comerciales de la obra.

Ramón García Balado

 

Sebastiá Peris

Orquesta Sinfónica de Galicia / Pablo Rus Broseta

Obras de Roberto Gerhard, Eduardo Soutullo, Francisco Coll y A. García Abril

LXIV Curso U.I. de Música en Compostela

Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela     

 

Foto: Para el programa en su conjunto, el director Pablo Rus Bruseta con la Orquesta Sinfónica de Galicia, presentaba credenciales con resuelta solvencia por las texturas enervantes de las piezas en cartel.

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