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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica - Rarezas y un Matrimonio (Martina Franca)

Martina Franca - 23/09/2019

En el nutrido programa del Festival había toda clase de manifestaciones de música clásica. Quedaron sin cubrir, en el aspecto puramente operístico, Coscoletto (homenaje a Offenbach en versión italiana) y un pastiche de Porpora, Orfeo. Con un eficiente y gentilísimo equipo de prensa, en particular Walter Vitale, pude asistir a un concierto de Olga Peretyatko con Giulio Zappa al piano, Ecuba de Manfroce (la otra rareza de esta edición), Il matrimonio segreto de Cimarosa y dos intermedios cómicos en la sección Opere in masseria. Los tres primeros tuvieron lugar en el escenario principal al aire libre, el patio del Palazzo Ducale.

Peretyatko repitió en parte su concierto de Barcelona hace un año, con una selección mejor y en mejor estado vocal, aunque los sobreagudos siguen brillando casi por su ausencia y la voz se hace muy metálica al ascender. Lo mejor fueron algunas de las arias de ópera, y en particular “Comme autre fois” de Los pescadores de perlas y la entrada de Norina en Don Pasquale. Discretas las canciones de cámara, aunque obviamente mejores las rusas. Zappa acompañó bien e intervino en solitario en dos oportunidades, una más afortunada que otra.

La ópera de Manfroce, presentada como una exhumación de importancia, quizá lo fue, pero no sólo quedaron por el camino Fabio Luisi (uno de sus principales valedores) y Carmela Remigio (enferma), sino que sobre todo es una ópera de libreto con versos bastante ridículos, con buena música pero falta de personalidad y sobre todo de oportunidad dramática. Dirigió bien Sergio Quatrini a la orquesta del Petruzzelli de Bari (correcta y no más) y al voluntarioso coro del Municipale de Plasencia (preparado por Corrado Casati). Lidia Fridman, jovencísima, fue una buena protagonista, superada por la Polissena de Roberta Mantegna, que es más interesante y adecuada en repertorio más tardío. Mert Süngü, Príamo, empezó mal y terminó mejor. En realidad, él y el otro baritenor, Norman Reinhardt (interesante y más adecuado para su Aquiles que el turco en su papel), junto con Mantegna, llevaron las partes más comprometidas desde el punto de vista vocal. En cuanto a actuación, baste decir que Pier Luigi Pizzi volvió a ofrecer elegancia y poco más (que aquí fue claramente insuficiente y provocó algunas protestas aisladas).

Mejor le fue al veterano director de escena con Il matrimonio segreto. Una escenografía y trajes modernos favorecían una actuación natural, aunque algunos gestos eran redichos. Claro que la partitura es imbatible y la dirigió bien el joven Michele Spotti con la misma orquesta del título de Manfroce. Alasdair Kent (Paolino) tiene mucha prestancia (lo que se aprovechó para hacerlo pasear en calzoncillos o con el pecho desnudo y pantalones ajustados), pero poca voz y con problemas. Mejor fue Vittorio Prato (Robinson), con voz algo leñosa y un tanto desmañado en su actuación. Marco Filippo Romano es un buen bajo y su Geronimo fue muy adecuado, sólo con alguna limitación en el extremo grave. Entre las damas sobresalió la odiosa Elisetta de Maria Laura Iacobellis, en tanto que Benedetta Torre tiene voz y físico para Carolina, pero debe aún mejor su emisión en zona aguda. Ana Victoria Pitts hizo una Fidalma muy de armas tomar con una voz interesante que fuerza sin necesidad en el grave.

Seguramente lo más original del programa es el proyecto (reciente) de Óperas en la masía, que esta vez fue en la de San Michele, en las afueras de Martina Franca. De un total de 800 personas en los otros espectáculos, pasamos a los 230 en éste, que incluía dos intermedios cómicos presentados sin solución de continuidad: L’Ammalato immaginario de Leonardo Vinci y La vedova ingegnosa de Giuseppe Selliti (ambos en versiones críticas, así como la Ecuba), muy simpáticos, aunque tal vez musicalmente superior el primero, bien realizados por Davide Gasparro (única objeción: los mimos, necesarios para el o los personajes sin palabras, muy buenos, a veces distraían de la acción principal), muy bien dirigidos por Sabino Manzo desde el clave con la Cappella Musicale Santa Teresa dei Maschi, y con una interpretación extraordinaria de Bruno Taddia y Lavinia Bini en ambos. Del barítono se sabe que es un importante intérprete de voz limitada, ideal para estos papeles. Bini es un nombre interesante entre los jóvenes, pero sólo pudimos verla actuar (magníficamente) porque tenía problemas de salud. La dobló, interviniendo asimismo a veces en la acción, y con una perfecta sincronización, la soprano Maria Silecchio.

Jorge Binaghi

Diversas formaciones, cantantes, maestros y directores de escena.
Ecuba, Il matrimonio segreto, Opere in masseria.
Festival, Martina Franca.

Foto: Benedetta Torre y Alasdair Kent, en este Matrimonio segreto de Cimarosa / © Conserva 10

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