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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica - Poder y virtud (La Straniera - Maggio Musicale Fiorentino)

Florencia - 20/05/2019

El título de esta nota es el lema del LXXXII Festival del Maggio Musicale Fiorentino que, en el nuevo Teatro (cómodo pero no muy bello, sobre todo de fuera, y con una acústica que puede mejorar), intenta volver por sus fueros y reeditar fastos pasados y se aplica muy bien a los dos títulos líricos de este año. La Straniera es probablemente la obra más ‘extraña’ de su autor (conviene tener presente entre otros el estudio de Pierre Brunel en su Vincenzo Bellini, publicado en el lejano 1981 por Fayard) por su voluntad de evitar en lo posible cualquier contacto con las fórmulas vigentes entonces, con lo que el tenor no tiene aria aunque la ‘seconda donna’ sí, mientras el barítono es el más favorecido luego de la protagonista. Será por todo eso que luego de un éxito inicial que duró medio siglo dejó de interesar al público a pesar de las alabanzas de Berlioz y de Wagner.

Es buena idea entonces que el Maggio apueste por ella y en buena medida consiga sus objetivos. Como siempre, el talón de Aquiles de una obra de belcanto (para colmo ‘rara’) reside en el aspecto escénico. Los decorados y vestuario ayudan poco a una concepción, que figura en una página del programa (Zani) que intenta ser simbolista sin poder evitar gestos o posturas más que manidos (pienso en el coro, por ejemplo). También es cierto que si no interesa no molesta.

La parte musical es mucho mejor. Pasado el primer cuadro (que musicalmente es lo más endeble), la dirección de Luisi llega a su nivel habitual de refinamiento, buena noción de estilo, batuta que no invade pero está siempre presente. Muy buena la prestación de la orquesta (el coro, preparado por Lorenzo Fratini, estuvo bien, pero sería de desear mayor homogeneidad entre los distintos registros).

La protagonista de Jicia fue muy buena (más en lo vocal que en lo artístico, pero no creo que sea la primera responsable). Sólo en algunos momentos del registro agudo se pudo objetar algo, pero la voz es amplia y pareja, y su gran escena final resultó más que convincente. Verrecchia fue una buena Isoletta (un papel insulso pero importante), aunque en ella también la proyección del agudo es mejorable. Schmunck suele interpretar este tipo de roles ingratos y lo hace muy correctamente; si fuera mejor artista, y sobre todo fraseara mejor, su enloquecido y suicida Arturo estaría más que bien. A Vasile le tocó un rol ‘regalo’ (prometido por el autor a ‘su’ barítono, Tamburini) y aunque manifestó falta de personalidad en el uso de su muy buen instrumento y en algunos momentos la afinación fue aproximativa conseguimos hacernos una idea de Valdeburgo. El Prior de Adriano Gramigni fue discreto, mientras que poco hicieron por sus roles comprimarios Shuxin Li (el padre de Isoletta, señor de los lugares) y Dave Monaco en el traicionero Osburgo. El público, numeroso aunque no colmaba la amplia sala, se mostró interesado y complacido.

Jorge Binaghi

Salome Jicia, Dario Schmunck, Serban Vasile, Laura Verrecchia. Orquesta y coro del Maggio Musicale Fiorentino / Fabio Luisi. Escena: Mateo Zoni.
La Straniera de Bellini.
Teatro del Maggio Musicale Fiorentino, Florencia.

Foto © Michele Monasta

 

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