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Crítica / Pésaro: el debut napolitano de Rossini - por Jorge Binaghi

Pésaro (Italia) - 17/08/2021

Regina d’Inghilterra, una ópera no muy conocida aunque importante en la carrera del Cisne de esta localidad que anuncia próximas maravillas (la obertura y la sección central de la entrada de Rosina en El barbero de Sevilla a un año escaso de distancia) y un rol principal para la Colbrand, que siempre es un quebradero de cabeza a la hora de buscarle una sucesora, para colmo también con roles para dos de los grandes tenores que por entonces cantaban en la ciudad que sería fundamental para la celebridad del compositor.

Aunque la monarca inglesa por excelencia no pareció atraerlo tanto como a Donizetti, Rossini se esmeró en la composición. Sin embargo el libreto no es de los mejores y la obra no ha conseguido recuperar la popularidad de que gozó en los primeros años de vida.

La nueva producción de Livermore no fue del todo bien acogida, lo que pareció disgustar al director de escena. En realidad repetía muchos de sus ‘tics’ favoritos, con videos, proyecciones, mucho figurante ya desde la obertura, pero no pareció caer en la cuenta de que no estábamos en el ambiente de una ópera cómica, ni que bastaba con vestir a la protagonista como la soberana actual o al pérfido Norfolc (escrito así en el libreto) como Churchill, o que los recitativos fuesen telefónicos para dar una lectura conveniente de la obra.

Del mismo modo Pidò, que debutaba, intentó recordar todo el tiempo que, pese al final feliz, estábamos en una ópera seria (y procuró que la obertura no se pareciese demasiado a la del Barbero – pero son una y la misma -) y su batuta fue bastante inflexible y con dinámicas que penalizaron a alguno de los cantantes.

De éstos los que más se acercaron a lo ideal fueron Romanovsky (convincente Leicester, de buena presencia, dicción y técnica) y Jicia (timbre poco grato, pero buena escuela de canto y actriz sobresaliente, en su amada esposa secreta Matilde). Banks hace mucho que canta y es musical y buen actor, pero Norfolc hoy lo excede. Deshayes no parece una rossiniana ideal. El centro se ha consolidado, pero el grave es escaso y el agudo alcanza pero cambia de color y volumen, y como virtuosa es voluntariosa pero no más. También se aplica como intérprete, pero no sé si eso es suficiente para que el título pueda aspirar a más. Los secundarios discretos, bien el coro del Teatro Ventidio Basso, preparado por Giovanni Farina, sobre todo tras pasar los primeros momentos. Muy buena a nivel técnico la labor de la orquesta. El público aplaudió, pero no mucho ni con demasiada convicción.

Jorge Binaghi

 

Karine Deshayes, Sergei Romanovsky, Salome Jicia, Barry Banks, Marta Pluda, Valentino Buzza. 

Orchestra Sinfonica Nazionale della RAI / Evelino Pidò. 

Escena: Davide Livermore

Elisabetta, Regina d’Inghilterra de Rossini.

Vitrifrigo Arena, Pésaro.

Foto © ROF / Studio Amati Bacciardi

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