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Crítica / OSCyL celebra el Centenario de Ravi Shankar (por José Mª Morate Moyano)

Valladolid - 07/12/2020

Junta de Castilla y León y Casa de la India en Valladolid acordaron celebrar el Centenario de Ravi Shankar (Benarés, 1920-California 2012), sitarista y compositor internacional, haciendo que la Sinfónica de la Comunidad presentase en España su Ravi Shankar Symphony, (2010), en manos de quien la estrenó en Londres, David Murphy, violinista, Director y compositor inglés que participó con el autor en su orquestación, y con Shubhendra Rao (Mysore, 1964) como solista de sitar, alumno del Maestro Shankar durante 10 años y músico completo pues abarca también la Composición, Voz, Harmonium, Tanpura y Piano. Los Auditorios Nacional de Madrid, Lienzo Norte de Ávila y Valladolid, fueron escenarios de esta celebración.

La Sinfonía transmite la sensibilidad auditiva y mundos sonoros de la música clásica india al ámbito occidental; se desarrolla en 4 movimientos durante 43 minutos de atractiva escucha por su variedad rítmica, bello melodismo y atmósfera optimista. Ravi Shankar utiliza escalas de “raga” diferentes (modos melódicos indostánicos que describen colores o estados de ánimo). Así en el Allegro inicial utiliza el Kafi Zila, basado en 5 ó 7 notas y un patrón rítmico que presenta la orquesta y sustentan los contrabajos, hasta la entrada de la melodía en el sitar sobre trama orquestal piano. Precioso y onírico Lento con el inusual raga Ahiri y el Bhairav, donde arpa, corno inglés especialmente y cello expresan un tierno lirismo, para pasar al complejo Scherzo sobre el DaGa Kahyan (como larga daga romana), iniciado por la percusión, oboe y pizzicati de las cuerdas, hasta que el sitar va enervando la polirritmia de las familias orquestales, en complicado encaje por intensidad, repetidos ciclos a 2-3-2-3 pulsos y vivacidad.

El Final versa sobre el tradicional Banjara nómada de danzas del fuego y Chari, introducido como el Scherzo pero variado y vivo y que el sitar exponga una cadenza sobre pedal de cellos al que se añaden cuerdas y maderas; a una nueva sección con bonito juego de metales y percusión sigue el sitar, ahora con violas y cellos, juegos silábicos entonados por los propios músicos y recuperación del tutti para brillante remate sinfónico.

Aparte del encomiable desempeño de todas las cabeceras, señalando la notable tarea de la percusión por variedad constante de ritmos y feliz desempeño, hay que resaltar la labor fundamental de David Murphy como preparador y concertador preciso de todo el conjunto, marcándole todas las muchas variantes de compás, dinámicas, agógicas y expresivas, en una excelente interpretación rítmica y musical acorde con lo pretendido en la partitura y donde el solista Rao mostró la sensibilidad y dominio técnico que lo hacen figura mundial en esta especialidad de sitar. Todos fueron muy aplaudidos, pues la obra prendió en el auditorio.

Por delante, el trío Shubhendra Rao, su esposa holandesa Saskia Rao-de Haas al cello hindú diseñado por élla para poder tocarlo sentada en el suelo, con una cuerda más y otras 10 de resonancia, y Edouard Prahbu a la “tabla” (2 tambores unidos, solista y  acompañamiento, sobre dos cojines toroidales, golpeados con dedos, palmas y muñecas), ofrecieron El Oriente marida con Occidente, espectáculo que, emulando lo que hizo el Dúo Shankar-Menuhin en los 60, tiene a la pareja sitar-cello protagonista de nuevos colores, timbres y sonidos en diferentes combinaciones, mezclando ragas antiguos con folklore occidental e incorporando la tabla en una 2ª sección, que dota de fuerza y virtuosismo a los sones de ambos mundos, como el banjo o citas de “Dos hojitas madre”. La exhibición de habilidades “se adueñó del alma de los oyentes”, como pretende Rao en su propósito compositivo e interpretativo.

José Mª Morate Moyano

Shubhendra Rao, Saskia Rao-de Haas, Edouard Prahbu. Sh. Rao, OSCyL / David Murphy.

Ravi Shankar y ragas indostánicos.

Sala sinfónica “Jesús López Cobos” del CCMD de Valladolid.

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