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Crítica / Magisterio beethoveniano - por Juan Carlos Moreno

Barcelona - 09/03/2024

Las cinco sonatas para violonchelo y piano que compuso Beethoven representan una apasionante aventura: la de un instrumento, el violoncelo, que, harto de verse reducido a su papel de bajo continuo, pugna por hacerse oír y demostrar que tiene una voz propia que poco o nada tiene que envidiar a la del violín. Al mismo tiempo, ese corpus revela otra lucha: la de un Beethoven que busca encontrar su propia vía de expresión más allá de sus mayores Haydn y Mozart.

Todo eso es lo que, el pasado 7 de marzo, trajo a L’Auditori de Barcelona el dúo formado por la violonchelista Alisa Weilerstein y el pianista Inon Barnatan. El suyo fue un concierto mayúsculo, un crescendo de emociones que discurrió en paralelo a la cada vez mayor familiaridad de Beethoven con la escritura para violoncelo, en las dos primeras sonatas un instrumento más bien tímido que cede la voz cantante al piano y, a partir de la tercera, un solista capaz de competir de igual a igual con su compañero.

Inon Barnatan es un estupendo pianista, un intérprete extrovertido y brillante que logra que estas obras suenen con una naturalidad pasmosa. En cuanto a Alisa Weilerstein, poco hay que decir. Su interpretación fue un asombroso muestrario de recursos técnicos y expresivos, desde ataques furibundos que destacaban la rotundidad de los graves hasta pasajes de una línea cantable exquisita, sin olvidar la asombrosa gama de matices y sonoridades que era capaz de extraer del instrumento. Todo para culminar en el único Adagio propiamente dicho de toda esta colección: el Adagio con molto sentimento d’affetto de la Sonata n. 5 en re mayor, op. 102 n. 2. La sensibilidad a la hora de interpretar la música y, sobre todo, el sonido prácticamente incorpóreo que logró arrancar al violoncelo fue algo al alcance solo de algunos elegidos.

La compenetración, o más bien complicidad, entre ambos intérpretes fue también absoluta, algo imprescindible cuando de música de cámara se trata.

Juan Carlos Moreno

 

Alisa Weilerstein, violonchelo; Inon Barnatan, piano.

Obras de Beethoven.

L’Auditori, Barcelona.

 

Foto © May Zircus

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