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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Liturgia de concierto (Bach Vermut) - por Luis Mazorra

Madrid - 21/03/2021

Los Seis corales “Schübler” de Johann Sebastian Bach constituyeron un arranque de concierto que puso rápidamente "in the mood" a una siempre nutrida afluencia de público en la matinée del ciclo BACH-vermut del Centro Nacional de Difusión Musical, con Benjamin Alard a los mandos de un, ya maduro y treintañero, órgano-Grenzig de la sala sinfónica del Auditorio Nacional.

Una apuesta atrevida, contra corriente en lo que a la moderna ceremonia de concierto concierne y, quizás, convenga. Un programa repleto de pequeñas piezas de Bach, sueltas o arracimadas, que comenzara con estos citados, aquí más concienzudos que vistosos, Seis corales transcripción del propio Bach.

Y, tras este conjunto de referencia de preludios-corales, un drástico cambio de tercio. Una amplia y desgranada secuencia litúrgica, con su entrada, sus Kyrie y Christe eleison, su Gloria, su Credo, su Padre nuestro... junto a interludios trenzados en fluida continuidad. Un tupido programa con concretas referencias rituales que, trasladadas a estos asépticos templos modernos de la cultura, a menudo, se olvidan.

La deslindada y flexible articulación de las pequeñas fugas y duetos, alguno de ellos servido con manifiesto brillo, como aquel Segundo en fa mayor que fuera obsequiado con furtivos aplausos espontáneos, el Cuarto en la menor, tan noble y enérgico, con curiosos y efectivos acoplamiento y registración... o la de la Fuga super "Jesus Christus, unser Heiland"... todos fueron eficaces conectores entre piezas de índole más ritual.

En cierto modo, un planteamiento austero y discreto, aleccionador respecto al -en sus dos sentidos, literal y metafórico- papel de la música de órgano.

Las Variaciones canónicas fue el broche final. En este particular contexto, una "Sortie" con relativos colorido tímbrico, aparato y, sobre todo, dificultad técnica intrínseca, propia, como ya dije, de las exigencias no escritas -rituales también- del concierto moderno.

La registración llena y poderosa, que hemos escuchado, a menudo, en otros recitales más aparentes, duró apenas unos segundos sobre la última tónica cadencial en do mayor: do grave en el extremo del pedal. Apenas tres compases de un breve pedal de tónica. Toda una rúbrica definitiva, en línea con aquella declaración de principios.

Luis Mazorra Incera

Benjamin Alard, órgano.

Obras de Bach.

CNDM. Auditorio Nacional de Música. Madrid.

Foto © Elvira Megías / CNDM

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