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Crítica / Liturgia con Bach - por Luis Mazorra Incera

Madrid - 21/03/2022

El "Dritter Theil der Clavier Übung bestehend in verschieden Vorspielen über die Catechismus und andere Gesaenge, vor die Orgel"... o sea, en roman paladino: la "Tercera parte de ejercicios para teclado, con diversos Preludios basados en el Catecismo y otros himnos para órgano" copó el programa del ciclo Bach-vermut, en la última etapa del "proyecto-Clavierübung" desarrollado por Benjamin Alard en dos temporadas sucesivas para el Centro Nacional de Difusión Musical.

Volviendo al carácter monográfico en torno a la figura de Johann Sebastian Bach, impronta original y titular de este ciclo, escuchamos un compacto concierto sobre este tercer libro con disposición litúrgica inspirada en el orden del "Gottesdienst", el "servicio divino" dominical, que se inició, lógicamente, con su correspondiente entrada: el Preludio en mi bemol mayor… Un preludio de aquella gran fuga, llamada tradicionalmente "de Santa Ana", con que, justamente, se saldría del acto.

Preludio noble que dio paso a todas aquellas partes en ritual orden litúrgico, con sus Kyries y Gloria a la cabeza.

El sentido de la proporción de aquel servicio inundó este recital, presentado al margen de otros destellos fatuos de brillantez que acompañan otras piezas, incluso de este severo autor sajón. Un sentido que no excluyó la indagación tímbrica en los juegos de registros, como ya se percibió en este tríptico inicial que conformaron los Kyrie-Christe-Kyrie y, mucho más, en el ágil contraste con el difícil trío Allein Gott in der Höh sei Ehr del Gloria, al que correspondió de inmediato el aplauso del público con espontaneidad (pese a, como ya dije, la coherencia de un programa que invitaba implícitamente a una sola ovación final…).

Y, así, alcanzamos pronto cierta extroversión con un Credo fluido y decidido… que volvió a llevarse su cuota de aplausos. Como el Padre nuestro, que amplió aquella variedad tímbrica en, también, configuración en trío pero más clarificada, y un contumaz yambo, pie rítmico que lo vertebra eficazmente.

"Aus tiefer Not..." ("Desde lo hondo…") arrancó sus profundas sonoridades, lengüetas y... furtivos aplausos. Haciendo uso en la voz superior, del peculiar cuarto teclado de este gran órgano de la sala sinfónica del Auditorio, Alard afrontó con seguridad el veloz Jesus Christus, unser Heiland... de nuevo con comprometida configuración en trío y melodia coral en el pedalero.

Y, por fin, la fuga, llamada "de Santa Ana", a vueltas con aquella nobleza inicial en una obra que inspira la sensación de monumentalidad de la forma.

Un programa sólido, el presentado por Benjamin Alard, donde la suavidad y fluidez de sus desplazamientos en manuales y pedalero inspiraron una confianza de base, no exenta de relativa apuesta tímbrica, en una versión que se remataba con destreza con esta fuga del repertorio.

Luis Mazorra Incera

 

Benjamin Alard, órgano.

Obras de Bach.

CNDM-BACH-VERMUT. Auditorio Nacional de Música. Madrid.

 

Foto © Rafa Martín

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