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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica - Forma, devenir y artificio

Madrid - 30/12/2019

Dos nombres no demasiado habituales, William Walton y Leoš Janáček, escoltaron el último programa del año de la temporada de la Orquesta Nacional de España en su Auditorio, dirigida por Juanjo Mena. Un programa definido por el cambio incesante, por la elevada movilidad dinámica, agógica, tímbrica... el devenir de aquel “río” de Heráclito… Eso sí, con permiso de un “oasis” intercalado, más “tradicional” dentro de lo que cabe, representado por el dramático Concierto para violonchelo de Edward Elgar, seguido por cierto, en esta sesión de viernes a la que asistimos, de una jugosa propina, con destacado protagonismo de su intérprete solista Asier Polo.

Y es que, empezando por aquí, el Concierto de Elgar gozó de una resolución convincente asentada en su solista, tendente a la intensidad expresiva, la plasticidad y una tímbrica poderosa, con sus consabidos momentos de agilidad, como aquel Allegro molto de su segundo movimiento. La propina, un fibroso Preludio-fantasía de la Suite para violonchelo solo de Gaspar Cassadó, fue su personal broche musical añadido, desenvuelto y vigoroso, un atinado contrapunto técnico y estético a lo ya escuchado.

A lomos de encomiable y exigente agilidad, el resto del programa sinfónico, antes y después, ponía en riesgo la convicción interpretativa resultante. Menos en Walton, más artificioso que sustancial en su Obertura de comedia, Scapino, en una oportuna, notable y socorrida función “telonera”, que en los dos Janáček, donde esta sorpresiva factura tímbrica, adquiere ya tintes más sólidos, formales y, si se quiere, trascendentes.

Un “final-Janáček”, pues, por partida doble, con una aparatosa Sinfonietta tras la curiosa y aseada, estimulante a priori…, suite de concierto, apañada con relativa pulcritud por terceras manos, Charles Mackerras, a partir del inspirador original de la ópera del compositor checo, La zorrita astuta. Una Sinfonietta conclusiva a la que se sacó partido, más escénico que efectivamente acústico, a sus ciertas posibilidades de espacialización.

Luís Mazorra Incera

Asier Polo, violonchelo. Orquesta Nacional de España / Juanjo Mena.
Obras de Cassadó, Elgar, Janáček y Walton.
OCNE. Auditorio Nacional de Música. Madrid.

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