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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / FeMAUB 2023: Diáspora, músicas viajeras - por Juan de Vandelvira

Úbeda / Baeza - 14/12/2023

Son dos las acepciones de diáspora en el DRAE: la primera se refiere a la dispersión del pueblo judío en diferentes países, y la segunda, más general, dispersión de grupos humanos que abandonan su lugar de origen. Esta segunda acepción es la que da título genérico a la nueva edición del XXVII Festival de Música Antigua Úbeda y Baeza (FeMAUB), el más consolidado festival de música antigua de España que de nuevo ha logrado cotas altísimas.

Con los fríos invernales, cierto que este año un poco menos hirientes, la recogida de la aceituna en las tierras jiennenses y el aroma de las candelas encendidas ha finalizado la vigésimo séptima edición que ha constado de 16 conciertos en el ciclo Vandelvira, el que se realiza en diversas localidades de la provincia de Jaén, y 20 conciertos en el ciclo grande, el que tiene a Úbeda y Baeza por epicentro.

Tras los 30 conciertos que solo en la edición anterior hubo en el ciclo Vandelvira, se adivina una sabia decisión en este recorte de conciertos, toda vez que el crecimiento desmesurado podría conllevar la pérdida de calidad y el desbordamiento del equipo que gestiona el Festival.

Comencemos por destacar la continuación del Proyecto de Música Sagrada Manuel García, el celebre autor y compositor sevillano, que este año puso como primera interpretación en tiempos modernos la Misa nº1, completado el concierto con tres bellas, si bien desconocidas, obras corales religiosas de Rossini, Cantate para ocho voces, una Salve para coro y órgano, y un fantástico O salutaris hostia para coro a cappella. De nuevo el Numen Ensemble, con un empaste inmejorable y buen control de dinámicos, con Héctor Eliel al órgano y Jerónimo Marín como director cada día más afianzado se encargaron de su puesta de largo en una actuación memorable, en la que el equipo solista formado por Carmen Paula Romero, soprano, Alejandra Acuña, mezzosoprano, Luis Arance, tenor y Alejandro Sánchez, barítono, brillaron y desgranaron con excelencia la parte a ellos encomendada donde había numerosos pasajes a solo. Es de prever que el próximo año se cierre el Proyecto con la interpretación de la Misa nº4 también de García, de nuevo una obra que sería estrenada en tiempos modernos tras su primera ejecución en 1818.

El jueves por la tarde, tras el pasacalles realizado por La Regalada donde en sus desplazamientos iban tocando las danzas más populares del Renacimiento como la Danza de Hércules de Susato, Tiento Nuovo, dirigido desde el clave por su director Ignacio Prego, fueron interpretando obras napolitanas del barroco con la colaboración del fantástico, y quizá el mejor flautista de pico del momento, Maurice Steger, que tocó bellísimas versiones de dos conciertos de autores poco conocidos, como son el Concierto nº1 para flauta y orquesta en SolM de Leonardo Leo, y el Concierto para flauta en Lam de Domenico Natale Sarri, además de tener parte protagonista en la Sinfonía de Lam de Nicola Fiorenza.

El viernes día 8, en el que había programado tres conciertos, comenzó con un recital del organista milanés Paolo Oreni en el que es quizá el mejor órgano barroco de toda Andalucía, el órgano de Santa María del Alcázar y San Andrés en Baeza. Con el sugerente título de Italia en Iberia: gigantes de la tecla, repasó obras de Frescobaldi, Gesualdo, -una Canzon fracese del Principe que constituye una auténtica rareza en su producción-, Rossi, Domenico Scarlatti, - cinco sonatas que fueron lo mejor del concierto-, el Concierto en ReM BWV 972 de Bach, y finalizó con una improvisación que basó en el Salve Regina y en el Adeste Fideles, donde hizo gala de su imaginación en la registración -¡Qué suaves flautas en la Sonata K.466 en Fam de Scarlatti! - y su técnica precisa. Los dos conciertos de la tarde fueron dedicados a la música portuguesa.

En la Iglesia de Santa María de Úbeda, fue muy interesante la recreación de una Misa en Coimbra del 8 de septiembre de 1646 donde se recuperó por parte de la Capella Sanctae Crucis con su director, el cornetista Tiago Simas Freire, la Misa anónima “La zagala mas hermosa”, dedicada a Nuestra Señora de la Natividad. Con el añadido de dos motetes de Pedro de Cristo, un compositor al que habría que prestar más atención dada la calidad de su escritura mostrada en este Ave Maria a 8vv y el Stabat Mater a 4vv lleno de dolientes cromatismos, ofrecieron un concierto memorable toda vez que la Misa, policoral para tres coros a 9vv, combinó las voces con un conjunto instrumental donde había cornetas, flautas, bajón y tres instrumentos alternando en el continuo, arpa, clave y órgano, creando una rica paleta de colores y contrastes, tal y como el claroscuro barroco determina.

Y para acabar la jornada, Divino Sospiro con Massimo Mazzeo en la dirección, nos regaló un concierto donde autores italianos y portugueses, con el añadido del español José Palomino, mostraron como el lenguaje musical del barroco italiano se impuso por toda Europa. Así quedó patente en las similitudes entre la Sonata en Solm de Seixas y el Concierto para cuerdas en ReM D3 de Tartini, que se interpretaba por primera vez en tiempos modernos. No obstante, lo más relevante del concierto desde el punto de vista del programa, fueron las Modinhas, género musical típico luso desarrollado a partir de 1755 y que son en esencia canciones de temas amorosos y pastoriles. Sirva como ejemplo la memorable Quando a mina Márcia bela de Marcos António Portugal. Eunice Abranches como soprano y Rita Filipe como mezzo, voces jóvenes a las que les falta aún una mayor soltura escénica, con una buena afinación, fueron las encargadas tanto de las modinhas como las arias de Bononcini, Totti o Almeida que se interpretaron.

Para el último día del Festival, quedan dos conciertos aún, ya saben que no hay tregua en este festival. A las 17:30 en la Capilla de San Juan Evangelista de Baeza, el conjunto mexicano Ensemble Diritambo con Aura Martínez como directora artística y Yurev Vivero como director musical ofrecieron el sugerente programa Kakaw. Negrillas y guineos en la América Ibérica (ss. XVII-XVIII). Las negrillas, también llamadas negro o guineo, son un subgénero del villancico barroco en el que se pretende retratar a los esclavos negros en su manera de hablar usando muchas veces onomatopeyas, y su función era para la evangelización de los grupos étnicos. La mayoría de los conservados son anónimos. Las músicas de este concierto, intercaladas con textos de villancicos de Sor Juana Inés de la Cruz, ejemplifican la cercanía entre la música culta y la música popular en el barroco, y fue un acierto la interpretación del Ensemble Diritambo que potenció estos rasgos de música en la encrucijada con voces no siempre impostadas y el uso de abundante percusión. Todo un descubrimiento este repertorio.

Por último, el Festival se clausuró en punta con Tercia Realidad y Jorge Jiménez, su director. Este grupo, de formación relativamente reciente, intenta crear nuevos caminos en los programas que interpreta, como fue este que, bajo el título de El violín de Farinelli, desgranó diversas arias que hicieron famoso al castrato en su día en transcripciones para violín. Por allí desfilaron “Alto Giove” de la ópera Polifemo de su maestro Nicola Porpora, y “Son qual nave” de Artaserse de su hermano Riccardo Broschi, intercalando los movimientos de una Sonata para violín de José de Herrando. No solo Jorge Jiménez es un experto violinista de un virtuosismo impecable, sino también un excelente comunicador que consiguió introducir al numeroso público asistente en aquel mundo sonoro exquisito del Barroco.

Juan de Vandelvira

 

Diversos intérpretes

XXVII Festival de Música Antigua Úbeda y Baeza (FeMAUB)

Diversos escenarios, Úbeda y Baeza

 

Foto: Numen Ensemble con su director Jerónimo Marín.

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