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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Extraordinario dúo - por José Antonio Cantón

Alicante - 12/12/2025

Entre la selecta programación que ha realizado la Sociedad de Conciertos de Alicante para la presente temporada, ha destacado desde su anuncio contar con la presencia del dúo formado por la violinista coreana Bomsori Kim y el pianista polaco Rafał Blechacz, que está conquistando a los públicos allí por donde actúa, como ha ocurrido estas fechas en Barcelona ofreciendo el mismo programa con el que se ha presentado en Alicante: la Sonata para violín y piano en Do, K 296 de Wolfgang Amadeus Mozart, la Sonata para violín y piano en Do menor, Op. 30-2 de Ludwig van Beethoven, ambas en la primera parte, y en la segunda la Sonata para violín y piano en La menor, Op. 13 de Ignacy Jan Paderewski y el Nocturno y tarantela, Op.28 de Karol Szymanowski, estos últimos, dos de las figuras más destacadas de la música en Polonia durante el primer tercio del siglo XX.

Para aproximar al público a este sustancial género de cámara, han querido ambos intérpretes iniciar su intervención con una de las sonatas más “brillantes, sonoras y ricas” del genio de Salzburgo, en palabras del tratadista Alfred Einstein, de las cinco que compuso en su estancia en la muy musical ciudad alemana de Mannheim entre los meses de enero y marzo de 1778, que significó un punto de inflexión de esta forma al presentarse los dos instrumentos en paridad de importancia expresiva, aspecto que quedó meridianamente determinado por ambos intérpretes en el primer movimiento, un Allegro vivace en el que realzaron su particular estilo galante, alegre y rítmico a la vez. En el sostenido Andante central expusieron su carácter melancólico, tierno y contemplativo con especial delicadeza, acentuando su esencialidad dentro de la obra, para desatar toda su capacidad expresiva en el allegro final, un rondó en el que intercambiaron el sentimiento de alegría con especial ligereza.

Ante la genialidad mozartiana, Bomsori y Blechacz quisieron contrastar seguidamente con el intenso diálogo que propone Beethoven en su séptima sonata para violín y piano. Rafał Blechacz desató su virtuosismo en esta obra desde sus primeros compases sirviendo como un constante estímulo al discurso de la violinista, al dejar que ésta marcara el carácter dramático y enérgico con su arco traduciendo ese sentimiento pre-romántico que significó el movimiento estético habido en Europa entre los siglos XVIII y XIX conocido como Sturm und Drang (Tempestad e Ímpetu), propiciando así el turbulento y el genio musical de Beethoven al inicio del periodo creativo más productivo de su trascendente carrera. El intenso tratamiento que les permitía al dúo la tonalidad menor de Do fue aprovechada en toda su dimensión a efectos de transmitir el contraste conflictivo y pasional entre ambos instrumentos, destacando el lirismo con el que trataron ambos intérpretes el adagio como si fuera una página con ese exquisito timbre, resonancia y técnica propios del sonido vocal, alcanzando así un particular sentido liederístico. Lleno de detalles expusieron el tercer movimiento, un corto y conciso scherzo en el que destacaron su trío que sigue la forma de canon a octava en la que los intérpretes se imitaban con incisivo ritmo y lo expandían con especial diversidad dinámica para predisponer la intensa presentación del allegro conclusivo, en el que el dúo llegó al máximo grado de expresión en ese victorioso discurso que propone el autor en sus pentagramas. Terminaba de este modo la segunda parte quedando una sensación de plenitud en el auditorio.

La segunda fue dedicada a los dos autores polacos antes señalados que Blechacz desentrañó desde el teclado con especial sentido y equilibrio polifónico, sustentando en todo momento el precioso canto del violín de Bomsori. Su ejecución al piano llevaba a desear escucharle interpretando la monumental Sonata, Op. 21 o el Concierto, Op.17, ambas obras del mismo compositor, dada la imponente capacidad técnica y artística de este ganador el año 2005 de todos los galardones posibles de Concurso Internacional de Piano Federico Chopin de Varsovia, uno de los más prestigiosos del mundo.

Estas cualidades, combinadas con una apasionada fantasía fue la muestra de la excelencia desarrollada a lo largo de los dos temas del opus 13 de Paderewski contenidos en su primer tiempo, y el dramatismo con el que intercambiaron ambos intérpretes su desarrollo lleno de atrevidas escalas en el violín y momentos de dobles cuerdas, así como las texturas densas del piano a través de intensos acordes, antes de llegar a la coda, que hicieron con determinante sentido estético y definición técnica. En el Intermezzo, se recrearon en el tempo moderado de su aire, un Andantino en el que se produjo un íntimo  diálogo donde el piano establecía un fondo rítmico y armónico delicado sobre el cual el violín presentaba una melodía de profunda belleza y melancolía, para terminar de manera brillante en el allegro final de la sonata, mostrando el puro virtuosismo que exige el perpetuum mobile de sus rápidas figuraciones y complejas alternancias rítmicas superando de manera implacable el desafío que supuso para ambos intérpretes, especialmente para la violinista, que llegó a mantener una impresionante claridad de articulación a enorme velocidad.

El recital llegaba a su punto culminante con el Nocturno y tarantela en La menor, Op.28 de Karol Szymanowski, una obra brillante del catálogo de este compositor además de ser una de las más valoradas del repertorio para violín. Consciente Bomsori de la dificultad para lucirse en esta pieza de intenso virtuosismo, ofreció lo mejor de sí misma sacando de las cuerdas de su Guarnerius del Gesù de 1725, conocido por el título “ex-Moller”, el color, la pasión y el lirismo de que es capaz esta consumada violinista que, desde su virtuosa factura, logra presencia, claridad y un tono cálido de sonido. Su conjunción con el poderío pianístico de Rafał Blechacz hace que se conviertan en uno de los dúos más destacados y de mayor proyección en el actual panorama internacional, lo que dice mucho de la Sociedad de Conciertos de Alicante en su afán por ofrecer máxima calidad en cada programa a sus entendidos abonados y público en general.

Para terminar y responder al cerrado aplauso tocaron dos bises: la versión que el mítico violinista ucraniano Nathan Milstein adaptó del Nocturno núm. 20 en Do sostenido menor, Opus póstumo de Federico Chopin y la broma titulada Syncopation del prestigioso violinista vienés Fritz Kreisler que supuso un impacto de elegante optimismo en la que se condensó en su corta duración la característica que define a este extraordinario dúo: la fascinante combinación de la visión estructural de Blechacz y la creación musical lírica de Bomsori Kim.

José Antonio Cantón

 

Sociedad de Conciertos de Alicante

Dúo Bomsori Kim (violín) y Rafał Blechacz (piano)

Obras de Mozart, Beethoven, Paderewski y Szymanowski

Teatro Principal de Alicante. 1-XII-2025

 

Foto © Angel Yuste

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