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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Evocaciones pianísticas - por Diana Blanco

Vélez-Málaga - 05/11/2022

Debutaba el maestro Bonnín de Góngora en las tierras andaluzas de la Axarquía con un programa hecho a su medida, pues a parte de las “Lejanías de Vélez” (se volverá sobre este asunto); el compositor interpretó obras ya clásicas de su repertorio. La sala, el Teatro del Carmen, tiene esa característica pose de los teatros antiguos con el encanto especial que hizo que el concierto del maestro volviera a ser único -valga la expresión-.

Empezó el concierto con la Evocación, obra bella entre las bellas; en la que Bonnín de Góngora volvió a mostrar lo exquisito de su particular pulsación y fraseo; quedando esto bien patente en la forma de ejecutar los irregulares arpegios que figuran en la obra.

 Arpegios “redondos” en su tempo, sin irregularidades que pudieran surgir al acompañar la melodía -es una obra típicamente pianística-, perfectamente acomodados a la lírica y expresividad de la obra, interpretando la dinámica y la agógica formidablemente cantábile. Es, en suma, una gran obra para iniciar a los oyentes en el lirismo del compositor, a la vez que muy adecuada de forma programática, pues es esta obra un buen pórtico para lo que se escuchó después.

Siguió a ésta la Poesía nº 9, género propio del compositor y de características similares a la obra precedente: obra muy pianística pero que exigía un poco más del compositor al piano, dado que surge el canto poético del tema principal en octavas y que Bonnín de Góngora ejecutó con la maestría a la que nos tiene acostumbrados. Octavas bien delimitadas con esa característica personalísima del maestro de acompañar la interpretación al piano con una gestualización de las manos que son, al tiempo que el sonido arrancado de las entrañas del instrumento, un verdadero placer estético.

Terminada la Poesía nº 9 -que arrancó un prolongado aplauso de la sala- siguió el Cuento del Retiro nº 2 de estructura similar a las anteriores, pero acaso con más exigencia interpretativa. De igual manera, magistral interpretación que prolongó aún más los aplausos de la sala.

 Es esta obra difícil de carácter -al igual que su autor- por sus continuas modulaciones en la parte central, en la cual una irisada sucesión de modulaciones sin un claro centro tonal -la obra está en re menor- que efectivamente dan la sensación de “pérdida” y sutilmente resueltas con solvencia por el compositor mediante un regreso al acorde de tónica y en posición fundamental; sin complejos de ningún tipo. La reexposición es tal cual, sin dominantes ni secundarias. Buen modelo. Termina la obra en los sobreagudos del instrumento, tan magníficos en su ejecución que le dieron a la obra un final “cristalino”.

Y llegó una de sus características explosiones de energía que corresponde a la arrolladora personalidad artística de su autor: el “Vagabundo y la Vida”. Obra de extrema dificultad técnica y extenuante para su ejecución.

 Obra que exige -y mucho- tanto al intérprete como a los asistentes: de comienzo atonal -directamente, ¡directamente Clusters en fortísimo! (compositor sin complejos de ningún tipo, insisto)- va recuperando la tonalidad en lapso breve de unos pocos compases -diríase que en sentido contrario a la estética de los tiempos- seguidos de octavas a cuatro partes que van de arriba abajo recorriendo toda la extensión del instrumento y que Bonnín de Góngora resolvió con contundencia y una formidable solvencia técnica. Obra poderosamente expresiva que en su apoteósico final arrancó sonoros y largos aplausos del público asistente. La brutal cadencia final no se sabe muy bien que extraño tipo de pensamiento musical la ha engendrado: el acorde de tónica es precedido por un acorde de la supertónica. Misterios de la mente del compositor.

Tras la explosión de esta obra le siguió una breve poesía, tan delicada y clara que hizo buen contraste -y permitió el relajamiento mental de la sala y físico del compositor- con la obra precedente. Sigue esta Poesía pianística la estructura propia de este género; muy propia para el instrumento: melodía pura acompañada -aunque no exento el acompañamiento de cierto carácter contrapuntístico-.

Y llegó una novedad: las esperadas “Lejanías de Vélez”. Según su autor son “esquirlas” de la poderosa Suite Benalmádena; pero no se perciben así. Son obras -por la única que interpretó- extremadamente líricas y poéticas; dotadas de un andalucismo tan particular como bello: son obras “aflamencadas” sin caer en la vulgaridad del flamenco tabernario y gritón. Diríase que se aproximan mucho más y de forma muy sutil al “primitivo canto andaluz” que dirían Falla y Pedrell.

 Puede estar orgullosa la localidad de Vélez-Málaga de que semejante compositor haya puesto su mirada lírica en ella.

Obras mistéricas. No se sabe muy bien de dónde vienen ni adónde van, pero sumamente poéticas y expresivas. Estaremos a la espera de que Bonnín de Góngora nos presente este nuevo conjunto de su lírica compositiva.

Terminó el concierto con el arrollador solo de piano de su “concierto para piano y coro” que algún día se espera escuchar en toda su plenitud.

Al igual que el “Vagabundo y la Vida”, obra difícil de ejecutar y de una expresividad máxima en algunas de sus partes, como el Ritornello al tema inicial donde -sin estar presentes- es curioso que puede intuirse con toda claridad los instrumentos de la orquesta.

El resultado final fue un prolongado aplauso, público en pie y varios “bises” que el compositor supo tanto continuar como dar a entender al público el fin del concierto.

Anunció el compositor el próximo estreno de su obra “Grace” dedicada a Grace Kelly, ya publicada en Art of Sound Music (New Jersey). Estaremos al tanto para poder asistir a su interpretación, todo un acontecimiento musical.

Agradeció Bonnín de Góngora la presencia de autoridades en la sala en un gesto de cordialidad y cercanía; pues el alcalde y representantes de  Cultura de la localidad estuvieron presentes.

Diana Blanco

 

Josué Bonnín de Góngora, pianista y compositor

Teatro del Carmen, Vélez-Málaga

21 de octubre de 2022, 20 horas

 

Foto: Cartel del concierto.

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