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Crítica / Esplendorosa cuerda - por José Antonio Cantón

Alicante - 22/11/2023

En el ciclo sinfónico del Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA) se presentaba la Sinfonietta Cracovia, una de las orquestas de cuerda más prestigiosas de Polonia y representativo emblema cultural de la segunda ciudad más importante de dicho país, poseedora de una muy rica tradición histórica de más de un milenio. Convertida esta formación en uno de los mejores exponentes de la música de Krzysztof Penderecki, muy destacado compositor polaco del siglo XX, que llegó a apadrinarla como mentor y mecenas, iniciaba su actuación con la Sinfonietta núm. 3 “Hojas de un diario no escrito” de su autoría, resultado de una extensión para orquesta de cámara del Tercer cuarteto que escribiera el año 2008 este gran vanguardista.

La rítmica que imprimió la joven directora Katarzyna Tomala-Jedynak determinó la diáfana distinción de cada sub-sección de cuerda alimentada por unos instrumentistas de gran personalidad musical y un enorme sentido de conjunción, que generaban una elocuente transparencia sonora que se pudo disfrutar en su triada inicial través del espléndido empaste de las violas como elementos que cohesionaban el discurso a modo de entrecortado y a la vez fluido aire de vals, que la orquesta estratificaba en su unísono, efecto al que recurre el autor para expresar la vitalidad que contiene el primer episodio de la obra.

La tensión que transmitía la directora se convirtió en total placidez en el pasaje lírico central, donde Penderecki desea retomar cierta emocionalidad sustentada en algún melodismo de precioso tratamiento armónico en el que reformula una especie de heterofonía que lleva a una convergencia diatónica de muy agradable sensación para el oyente. Por todo ello, la interpretación se convirtió en un auténtico análisis partiendo de una sustancial lectura, haciendo que esta obra se pueda escuchar difícilmente con tan alto grado de autenticidad. El final fue expresado con tanta delicadeza que llegaba a sobrecoger por su concentrado sentimiento desde un extremo virtuosismo expresivo.

Siguiendo con la composición polonesa, la segunda obra del programa fue el Concierto para orquesta de cuerda que en 1948 compuso Grażyna Bacewicz, una de las más destacadas compositoras de su país además de pianista, violinista y violonchelista, disciplinas que le permitían tener una experiencia integral del fenómeno musical, hecho que se vio fomentado y enriquecido como alumna en París de la mítica e insigne Nadia Boulanger. Siguiendo el dominio de lenguaje que había manifestado en la obra de Penderecki, Katarzyna Tomala-Jedynak hizo una lectura seria a la vez que apasionada de este concierto, una de las piezas más conocidas de esta compositora en la que se combinan tradición y modernidad con evidentes influencias del estilo camerístico de Bartók.

Fiel a esas referencias, la joven directora condujo a la orquesta con alto grado de energía en el Allegro inicial, acentuando su estructura clásica y los apuntes melódicos que encierra su discurso. En el Andante quedó patente el enorme sentido lírico al que puede llegar esta orquesta, realzándose su capacidad conjunta de afinación en leves registros superiores sin dejar en momento alguno una desgarradora expresividad, lo que convirtió este movimiento en uno de los pasajes de más alta musicalidad de la velada, realzada por la homogeneidad y definición tímbrica de esta magnífica formación que funciona con esos resortes propios del mejor cuarteto de cuerda imaginable. En el último tiempo, Vivo, se pudo disfrutar de la justeza rítmica, versatilidad y agilidad de la Sinfonietta Cracovia funcionando con tan alto nivel de coordinación que llevaba a pensarla como un instrumento ideal para la interpretación de esta obra, cuya música parece como si tanto directora como músicos la llevaran en la sangre. Sin duda, crearon uno de esos conciertos para recordar con absoluta complacencia.

Para que el espectador pudiera disfrutar de su esplendoroso sonido llevado a la formalidad clásico-romántica, el programa incluía en la segunda parte la Novena sinfonía para cuerdas en Do menor de Felix Mendelssohn, con la que realzaron la propia genialidad cuasi-mozartiana de este más que distinguido compositor hanseático. De nuevo el vigor que emanaba del pódium se hizo patente en el segundo tema del primer tiempo, Grave-Allegro, volviéndose a poner de manifiesto las excelencias líricas de esta orquesta. La enorme calidad solística de sus componentes quedó de manifiesto en el Andante, verdadera quintaesencia de la inspiración camerística del compositor expresada a través de un octeto de cuerda integrado por cuatro violines, dos violas, violonchelo y contrabajo, que manifestaba la exquisita elegancia de sus compases.

Con precisión y seguridad rítmicas, la directora impulsó el Scherzo subsiguiente realzando sus connotaciones folclóricas helvéticas, de ahí el sobrenombre de La Suisse determinado por el autógrafo del propio Mendelssohn en su partitura.  Katarzyna Tomala-Jedynak convirtió el Allegro vivace final en un auténtico elogio del contrapunto que contiene este movimiento, al construirlo siguiendo los más puros cánones formales sin renunciar al sentir clásico-romántico que tanto caracterizó la música de este compositor, que llegaría a convertirlo en figura clave para entender la evolutiva naturalidad con la que se produjo la transición de ambos estilos.

Como respuesta al aplauso del público, directora y orquesta volvieron a la música de Grażyna Bacewicz interpretando como bis la versión para formación de cuerda de su Primera Oberek, nombre de la más rápida de las danzas tradicionales polacas, que dejó un sentimiento de gozo y alegría en el ambiente, culminándose así un concierto muy bien escogido en su contenido y de impecable factura en su realización que, por el esplendor de su cuerda entre otras virtudes aquí reflejadas, correspondía sobradamente a estar contemplado en la selecta calidad artística de la temporada sinfónica del auditorio alicantino.

José Antonio Cantón

 

Sinfonietta Cracovia

Directora: Katarzyna Tomala-Jedynak

Obras de Grażyna Bacewicz, Felix Mendelssohn y Krzysztof Penderecki

Sala Sinfónica del Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA) / 12-XI-2023

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