Música clásica desde 1929

 

Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Elías: reconocimiento para un coro y su director - por Ramón García Balado

A Coruña - 07/06/2022

Felix Mendelssohn, con uno de sus oratorios por excelencia, Elías Op. 70, un reconocimiento agradecido a Joan Company por tantos años de dedicación al coro en grandes proyectos sinfónico-corales e incluso al propio coro, en una opción resultaría propicia a las puertas de la clausura de temporada de la Orquesta y Coro de la Sinfónica de Galicia y con una obra que concedía la justa relevancia de este coro que tendrá como titular a Carlos Mena.

Ajustes en el tratamiento de la obra y un aviso previo por ciertos condicionantes que limitaron la voz de Andrew Foster-Williams, resueltos por la voluntad del intérprete, ante el temor de urgencias irreparables. También la dirección, asumida con responsabilidad y acierto por Antony Hermus, sustituyendo al previsto Richard Eggar, quedaría como una excelente noticia de que el oratorio, llegase al destino confiado

Fueron solistas la soprano Elisabeth Watts, cantante con recurso cálidos y efusivos; la mezzo-contralto Helen Charlton, destacada por su proyección poderosa y un timbre de ricos armónicos; el tenor James Gilchrist , con centro consistente y una segura agilidad, completando el bajo- barítono Andrew Foster-William, atento a los perfiles dramáticos, en este oratorio en el que su rol ocupa un rango de suma importancia, agradeciendo  su honradez y responsabilidad a la hora de asumir responsabilidades.

Un oratorio tan apreciado como el Paulus Op. 36 y que para prestigiosos analistas, podrá situarse a la altura de El Mesías o La Creación y que tuvo una  larga gestación, desde los primeros esbozos en cuanto al libreto, con su amigo y diplomático  K. Klingemann, hacia 1837, antes de probar con James Barry, pero las razones de peso vendrán por las urgencias recibidas por el comité directivo del Festival de Birmingham, que le invitará a encarar un gran oratorio de considerables dimensiones, un certamen que remitía su fundación al año 1768, y como tal institución, había interpretado ya obras suyas como Paulus y la Segunda Sinfonía (Lobgesang), con notable aceptación. 

Intensa actividad frenética para este Elías, en sus evoluciones, apurado por la persistencia del gerente del festival Joseph Moore y que en definitiva, convertirá el trabajo en definitiva en una obra con ciertas irregularidades, teniendo en cuenta los problemas en los ensayos con el coro, la traducción del texto del alemán al inglés y las permanentes desavenencias de quien sería el libretista, el pastor Julius Schubring-amigo familiar-, y cuyos conceptos sobre la Biblia, estarán condenados a sufrir continuados enfrentamientos. Detalles aparentemente menores, a tenor del éxito apoteósico del estreno, el 26 de agosto de 1846, en el Town Hall.

Aquel  estreno londinense, al que asistió Berlioz, le llevaría a considerarlo como  una obra excelente y grandiosa, y de un atrevimiento armónico indescriptible. Quedará pues como un fresco suntuoso que desborda el imaginario romántico, cúpula incontestable de un género en su cénit, en su manifiesto a través de las luchas en pugna, y que supera en dimensión artística a Paulus -cercano a J.S.Bach-, mientras que para esta ocasión, los precedentes se encuentran en los oratorios haendelianos.

La épica coral, la orquestación deslumbrante, aprovechará con holgura la herencia del coral luterano. Rasgos operísticos, se añaden al resultado global de la obra, gracias al diseño de personajes vigorosos, para reafirmar el sentido teatral de la acción, tras distanciarse de los recitativos.  

El rol de soprano pudo haber sido destinado a Jenny Lind (Le rossignol suédois), diva por excelencia en los coliseos europeos,  y el del Profeta, podría asimilarse a crueles y desaprensivos como Telramund o Wotan, wagnerianos. En su oposición, el coro se ofrece con una ductilidad virtuosa severa y transportada al éxtasis.

De Elias Op. 70, una serie de pasajes destacables, desde el coro Hilfm Herr!,  remarcado por grandes acordes introducidos por un fuggato expresivo sobre motivos cromáticos descendentes, para pasar al dúo con coro Herr, höre unser Gebet, especie de queja salmódica. El aria de Obadiah,  So irh mich von ganzen Herzen, un modelo lied de fervor inmenso y el coro Aber der Herr, respuesta tumultuosa remarcada por acordes de séptima. El doble cuarteto de ángeles guardianes, un cuadro religioso sutilmente orquestado.

El episodio de la viuda Sarephanta, una larga escena dramática y muy teatral, entrecortada por ariosos y con un dúo agitado, remarcado en lo sonoro por los cobres y el cuarteto Wirf dein anliegen, herencia precisa del coral luterano, cantado a capella. El aria de Elías, Ist Nicht des Hernn Worte,  un aria de bravura de fanatismo despiadado. El coro Danke sei dir Gott, magnificaba un gran despliegue de acción de corte claramente haendeliano. 

En la segunda parte, el aria meditativa para soprano, Höre Israel, una gran escena, para ceder al coro Fürchte dich night, entusiasta y vivo, antes de encontrarnos con otro coro Wehe Ihm!, de arrebato entregado. El aria de Elías  Es ist genug, una bella cantinela en forma de  adagio, arropada por la cuerda grave con acordes sincopados, que describe el agobio que embarga al Profeta, en medio de un recitativo ensoñador en medio del desierto, en el paso al trío Hebe deine Augen auf.  

El coro Siehe der Hüter Israel,  modelo de polifonía romántica. El coro Der Herr ging vorüber, una visión apocalíptica reafirmada por un estremecedor misterio. El arioso Ja es sollen wohl Berge weichen, en la voz de Elías, en una plegaria pastoral, entrada al coro a modo de gran página épica, en complejos motivos sincopados de cuerdas y abruptos cambios de maderas. Tras un aria para tenor de lirismo sublime, cediendo el protagonismo al  coro, Aber einer erwacht von Mitternacht hacia el  final, preludiado por una gran fuga, de evidentes aspectos haendelianos, que concluía  en el Herr unser  Herrscher.

Ramón García Balado   

 

Elisabeth Watts, Helen Charlston, James Gilchrist, y Andrew Foster-Williams.

Coro y Orquesta Sinfónica de Galicia / Antony Hermus / Joan Company

Elías Op. 70, de F. Mendelssohn

Palacio de la Ópera, A Coruña

Auditorio de El Ferrol

288
Anterior Crítica / Luces, ópera… ¡Il Trovatore! - por Verónica G. Prior
Siguiente Crítica / Música en Segura: El Festival Soñado - por Simón Andueza