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Crítica / El mejor Schubert en el Festival de Granada - por Gonzalo Roldán Herencia

Granada - 01/07/2021

El Festival de Granada, en su edición de este año, rinde homenaje a Franz Schubert con un ciclo en el que han programado algunas de sus mejores colecciones de lieder. Bajo el título común de Schubertiadas se ha reunido a tres de los cantantes más destacados del género para rememorar la poesía musical del compositor austriaco, en lo que sin duda es un ciclo de la más alta calidad e interés musical.

A lo largo de tres veladas los barítonos Florian Boesch, Christian Gerhaher y Matthias Goerne revivirán algunos de sus más memorables ciclos de lieder, una triada de cantantes que comprenden a la perfección el lenguaje compositivo de Schubert y que han explorado en profundidad su lirismo y su técnica.

Franz Schubert realizó a lo largo de su carrera un acercamiento excepcional a la poesía lírica alemana de su tiempo. El compositor recreaba a la perfección con su música tanto el sentido semántico como el carácter psicológico de los textos, los cuales escogía de entre aquellos poemas que le sugerían una imagen o le transmitían una emoción. Las melodías vocales se adaptan simbólicamente al ritmo prosódico con un discurso que, una vez escuchado, parece haber existido siempre para tales poemas. En estos lieder el piano es mucho más que un mero acompañamiento, ya que dialoga con el cantante y completa el contenido de las letras con ricos pasajes armónicos. 

La primera de estas veladas se dedicó al ciclo póstumo Schwanengesang, que fue interpretado por el barítono Florian Boesch acompañado del pianista Malcolm Martineau en el precioso marco arquitectónico del Patio de los Arrayanes de la Alhambra. Schwanengesang (Canto del cisne), está formado, en realidad, por dos colecciones diferentes de canciones, independientes entre sí y sin un hilo conductor común, basadas en poemas de Heine y Rellstab, que fueron agrupadas por el editor Tobías Haslinger para su publicación tras la muerte del compositor.

El barítono austriaco Florian Boesch demostró una depurada técnica vocal que se adaptó magistralmente a las exigencias del repertorio. Con potencia controlada y una depurada emisión desgranó en cada uno de los lieder sus entresijos melódicos y semánticos. Y es que el timbre de Boesch es a la vez cálido y profundo, brillante en los agudos y rotundo en los graves, y muy adecuado para esta música. Junto a él estuvo, siempre oportuno y preciso, el pianista Malcolm Martineau, que mostró en todo momento el necesario balance con la voz y una depurada técnica aplicada al repertorio romántico.

Tras la prolongada ovación recibida por el público, Boesch interpretó fuera de programa Taubenpost, la última página lírica emanada de la pluma de Schubert con textos de Johann Gabriel Seidt, y añadida al ciclo de esta noche por el editor en el momento de su publicación.

La segunda de estas citas llevaba el título de Abendröthe (Arrebol), una selección de lieder sobre poemas de Schlegel, Klopstock, Goethe y Mayrhofer que fueron maravillosamente interpretados por el barítono Christian Gerhaher acompañado del pianista Gerold Huber. Fue una velada íntima y delicada en el que rindió homenaje a uno de los grandes compositores austriacos.

La agrupación de los lieder escogidos en el programa fue muy acertada, pues avanzó desde el lirismo y el culto a la naturaleza de los textos de Friedrich von Schlegel hacia el intimismo pesimista de Johann Mayrhofer.

La primera parte constó de once poemas de Schlegel entresacados de su colección Arrebol, que da nombre al programa. Estos textos de carácter descriptivo, vitales y de un gran lirismo, fueron devueltos a la vida magistralmente por Gerhaher y Huber con una exquisita perfección técnica y musicalidad. Desde el primer ataque, con una graciosa articulación del piano y la voz, nos introdujeron dentro del universo de comunión con la naturaleza que Schubert refleja en estos lieder. Cada palabra estuvo pintada con la voz y el piano también crea la atmósfera, en una comunión con la naturaleza perfecta.

El programa concluyó con ocho poemas de Johann Mayrhofer, poeta pesimista amigo de Schubert de quien conoció su poesía a través de manuscritos, y quien declaró que sólo la música de su amigo conseguía evadirle del “sombrío presente”.

En un tomo más íntimo y melancólico Christian Gerhaher describió a la perfección cada palabra, cada coma y cada acento de texto para recrear una sobrecogedora versión de este poemario tanto en lo musical como en lo semántico, siempre bien acompañado por el piano de Gerold Huber, que desde los primeros compases introductorios establecía a la perfección el carácter de cada lied. Nocturno, el último de los poemas en el que un anciano se despide con voz queda, cerró magistralmente la velada; tras unos segundos de recogido silencio una prolongada y sentida ovación del emocionado público obligó a salir hasta tres veces a los artistas a saludar, dejando constancia de cómo habíamos asistido a un concierto memorable para la historia del Festival.

El ciclo Schubertiadas concluirá el próximo 7 de julio con la interpretación del ciclo La bella molinera por Matthias Goerne acompañado al piano por Alexander Schmalcz.

Gonzalo Roldán Herencia

 

70 FESTIVAL DE GRANADA: SCHUBERTIADAS

Programa 1: Franz Schubert, Schwanengesang D. 957.

Programa 2: Franz Schubert, Arrebol (lieder basados en textos de Schlegel, Klopstock, Goethe y Mayrhofer).

Solistas programa 1: Florian Boesch (barítono) y Malcolm Martineau (piano)

Solistas programa 2: Christian Gerhaher (barítono) y Gerold Huber (piano)

Fechas y lugar: Patio de los Arrayanes, 20 y 27 de junio de 2021

 

Foto: Christian Gerhaher (barítono) y Gerold Huber (piano) en el Patio de los Arrayanes / © Festival de Granada | Fermín Rodríguez

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