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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica - El homenaje al abonado no lo fue tanto

Valladolid - 09/03/2020

El 10º concierto de la temporada OSCyL en su Auditorio se dedicó al Abonado, según pauta creada por el añorado López Cobos, como homenaje por el apoyo fiel que de él recibe, hoy ya en número próximo a 4.000. Se aprovechó también para conmemorar el 250 aniversario del nacimiento de Beethoven con un monográfico orquestal que, junto con el ya ofrecido sobre la música de su ballet Las criaturas de Prometeo, una obra más que nos aguarda y el Triple Concierto que traerán Gergiev y su Mariinsky, será cuanto escuchemos del autor en esta 2019-2020.

El programa construido con lógica por el Titular Andrew Gourlay, presentaba dos Oberturas, una por parte: Leonora nº 3, op. 72b y Egmont, op. 84, precediendo cada una a las Sinfonías: nº 8 en Fa M, op. 93 y nº 5 en Do m., op. 67. Días antes, la Junta, a través de comunicado de su Consejería de Cultura, hacía pública la no continuidad de Gourlay como Director Titular de la OSCyL, abriendo un período en la temporada próxima de Directores invitados hasta la designación de un nuevo Titular.

Gourlay, que ha hecho mucho por incardinar totalmente a la Orquesta en la ciudad, por implantar programas pioneros en lo socio-cultural y abrir una ventanita a las músicas contemporáneas, no ha sido tanto en la cuestión artística, donde sus resultados arrojan más sombras que luces en lo técnico y en lo musical; eso sí, con simpatía (al menos externa) y entrega total.

Y sobre esas bases transcurrió el concierto. Dos “llamadas” lo abrían y cerraban: la de Leonora en su pugna por liberar a Fidelio y la de La Quinta leída de tantos modos como veces se toca; y entre éllas una música de diferentes caracteres, programática o pura, pero siempre perfecta como buscaba su autor y que por ello, admite todo menos la falta de lógica. La emoción no viene sólo por el volumen del sonido, sino por la interiorización del mensaje, por la tensión expresiva; bien está la originalidad si obedece a correcta planificación porque si no, resta claridad y pasa a ser trivial; y bien en Beethoven el fuerte contraste dinámico si no hace desaparecer en él las bellas melodías que también contiene y que quedan ocluidas cuando no se disciernen entre lo que es un ritmo soporte o conductor.

Afortunadamente, el momento orquestal es bueno y profesional, capaz de seguir a su Director aún cuando los parámetros que imponga sean de riesgo por falta de preparación o incluso por capricho. Oímos trazar buenas teselas a solistas o familias, pero no se oyeron mosaicos completos conformados en lógico trazado, lo que en repertorio tan conocido fue grave. A pesar de ello, gran parte del público se mostró entusiasta y aplaudidor.

José Mª Morate Moyano

Orquesta Sinfónica de Castilla y León / Andrew Gourlay.
Obras de Beethoven.
Sala Sinfónica “Jesús López Cobos” del CCMD de Valladolid.

 

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