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Crítica / Concierto homenaje (Antonio Arias) - por Luis Mazorra

Madrid - 12/10/2021

Un recorrido por los siglos XVIII, XIX, XX y XXI, lleno de descubrimientos, con nombres nada habituales en nuestros atriles, aún de la más selecta música de cámara, tuvo lugar en el Auditorio Nacional de Música en homenaje a uno de los miembros más emblemáticos y reconocidos, dentro y fuera de la Orquesta Nacional de España: Antonio Arias.

Un jubiloso programa, pues, protagonizado por este puntal de la música española, en el seno, como no podría ser de otra forma, del Conjunto de flautas de la propia Orquesta en su ciclo de cámara y polifonía: Satélites.

El siglo XVIII estuvo representado en este variado programa, por Joseph Bodin de Boismortier y su atractivo Concierto a cinco en mi menor. Una obra donde la vistosidad de sus movimientos más animados, justamente concertados, creó una cálida atmósfera inicial. Atmósfera amable que ya no nos abandonaría durante la velada.

La siguiente etapa entraba en pleno siglo XIX romántico, con Ernesto Köhler y su Gran cuarteto que sirve con maestría a la técnica de este instrumento milenario. Una técnica que aquí quedaba ya patente. Obra importante y connatural al desarrollo histórico de la flauta, resuelta con brillantez que arrancó, a la postre, el primer bravo de la tarde.

Tras Köhler y el romanticismo de salón, un peso pasado de la música del siglo XX, especialmente para el viento, Eugène Bozza: Tres piezas de música nocturna. Piezas que destacan la musicalidad individual y colectiva del conjunto, con arrebatos de difícil concertación, perfectamente resueltos.

Las Flautas de vacaciones de Jacques Castérède insistieron, en los brillantes recursos estéticos y de carácter, de la flauta. Toda una paleta de caracteres titulares que osciló de las flautas "pastorales" a las "ligeras", pasando por las "felices y dichosas" o las, quizás, "de ensueño...". Vistosidad y calidez en el cenit del programa.

En el otro extremo de la versatilidad estética, con un lenguaje menos personal pero mucho más flexible y variado de cara a la galería, las Ficciones de Mike Mower. Una última más extensa y ambiciosa, Flat Out, trató de llevar aquel limitado aspecto formal a mayores cotas.

Para cerrar el programa con relativa animación y cajón flamenco, las folclóricas y eclécticas Sevillanas criollas de Omar Acosta.

Ovación final con el público levantado, por lo escuchado y, mucho más, por lo que este acto significa en tan fértil y amplia trayectoria como flautista y pedagogo, como músico, de Antonio Arias.

De regalo, una propina quizás esperada por alguno que otro, sonó a natural con aquel conjunto excepcional de flautistas: arreglo a cinco de la célebre Danza de los mirlitones del ballet El cascanueces de Tchaikovsky.

Luis Mazorra Incera

 

Conjunto de flautas de la Orquesta Nacional de España: Antonio Arias, Miguel Ángel Angulo, Juana Guillem, Pepe Sotorres y Álvaro Octavio. Joan Castelló, percusión.

Obras de Acosta, Bodin de Boismortier, Bozza, Castérède, Köhler, Mower y Tchaikovsky.

OCNE-Satélites. Auditorio Nacional de Música. Madrid.

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