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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica - Composición y pianismo de Bonnín de Góngora

Paredes de la Nava (Palencia) - 26/06/2018

Bajo el sereno y sobrio románico de nuestras tierras castellanas fue convocado el compositor y pianista Bonnín de Góngora para la celebración de dos conciertos consecutivos los días 12 y 13 de julio del presente año.

Los conciertos tuvieron lugar en “La casa de las lágrimas” palacio del siglo XIX y en el salón de plenos de Paredes de Nava, abrazado por las letras de nuestro inmortal Jorge Manrique.

Y en esta atmósfera, el compositor ejecutó algunas de sus obras ya clásicas en su repertorio y otras de nuevo cuño, la mayoría pertenecientes a dos de sus nuevas creaciones: la “Suite Venanti” inspirada en la obra pictórica del reconocido pintor italiano y algún movimiento de la –todavía inconclusa- “Suite Benalmádena”. Los conciertos se celebraron auspiciados por la fundación “Lourdes Alonso”, que se volcó en la celebración de los mismos.

Comenzó el concierto en “La casa de las lágrimas” con la tradicional “Evocación”, obra relativamente cómoda para el íncipit de un concierto: obra sumamente expresiva y que predispone ya al oyente a un “climax” trascendente. La ejecución por su propio autor fue a la que nos tiene acostumbrados: dominio absoluto de la pulsación, de la agógica y de la expresión. El público ya estaba “en notas” y subyugado en los muros palaciegos. Prosiguió el concierto con las notas de la “Poesía nº 9”, verdadera poesía musical en la que el compositor-pianista no escatimó en alardes de fuerte expresividad, como en la reexposición del tema en el cenit expresivo de la obra. Mas, no obstante, fue –como otras muchas veces- el “Cuento del Retiro nº 6” intitulado “EL vagabundo y la Vida”, con su volcánico discurso, el que alzara el ánimo del público que, en el segundo concierto provocó el espontáneo “¡Grande!” dirigido al compositor durante la ejecución de la misma.

La pulsación “volante” del autor hizo su acto de presencia en la pequeña obra “La muchacha dorada” inspirada en la obra homónima de García Lorca: delicada en sus matices, delicado fraseo y articulación, armonías recónditas y resonantes invocaron la figura poética lorquiana con suma delicadeza y maestría.

En el segundo concierto, con programa común al primero hecha la salvedad de algunos movimientos de la “Suite Venanti” y de la “Suite Benalmádena”, el paisaje lírico cambió merced a la ejecución de los movimientos “Autunno trasimeno” –de la primera- y “La calle Real” de la segunda.

En el citado movimiento de la primera, el compositor nos retrotrajo a un brumoso y melancólico otoño, haciendo gala –una vez más- del perfecto dominio en los “piano y pianísimo” escritos en la obra.

Mas en “La calle Real” de la poderosa “Suite Benalmádena” su autor nos trajo toda la luz de la misteriosa tierra de Andalucía, con sus duendes, misterios y Sibilas: toda una exhibición de fortaleza anímica y espiritual.

Tubal-Caín

Palacio de las Lágrimas y Sala de plenos de Paredes de Nava. Compositor y pianista
Josué Bonnín de Góngora. 
Paredes de la Nava (Palencia)

Foto: Josué Bonnín de Góngora. 

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