Música clásica desde 1929

 

Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Ciel d'Hiver: Kaija Saariaho, In Memoriam - por Ramón García Balado

Santiago de Compostela / Ferrol - 09/10/2023

Apertura de temporada de la Real Filharmonía de Galicia en el Auditorio de Galicia con su titular Baldur Brönimann y el pianista Alberto Rosado, para un estimulante programa que incluía  el Concierto para violín de György Ligeti, Ciel d´Hiver de Kaija Saariaho- con ella contábamos como compositora en residencia para esta fecha, pero no quedaba sino rendirle la dedicatoria In memoriam- y las danzas sinfónicas Op. 45 de S. Rachmaninov, con el aliciente a mayores de la colaboración de alumnos de la EAEM. Ciel d´Hiver, de Kaija Saariaho, era un arreglo del segundo movimiento de su obra orquestal Orion, en propuesta de Mousique Nouvelle Liberté para estrenarse el 7 de abril de 2014, en el Théâtre du Chatelet con la Orchestre Lamoureux, dirigida por Fayçal Karouil. Partíamos de un período en el que la compositora finesa trataba composiciones inspiradas en textos de inspiración  poética: Sylvia Plath, para la cantante y amiga Dawn Upshaw quien grabaría Longh mientras interpretaba el rol de Clemence en L´amour de loin e igualmente en Orion. Fidelidades apreciadas por la compositora en esta labor de compartir obras, como hará con el chelista Anssi Karttunen. La lírica sería siempre uno de sus espacios de relevancia como se confirmará en sus óperas L´amour de loin; Adriana Mater, sobre libreto de Amin Malouf, para un trabajo a medias con Peter Sellars y Esa- Peka Salonen y Only the Sound Remains, sobre textos de teatro No japonés, en adaptación de Ezra Pound. Premio del galardón Fronteras del Conocimiento BBVA, destacó por su colaboración con el Instituto de Investigación Acústico Musical del IRCAM y el resultado en lo creativo, dejará un resabio de herencia procedente del espectralismo francés, que redundará en un ejercicio  creador que explorará los límites del sonido, a partir de las tecnologías avanzadas. Puede apreciarse en sus resultados el trato de sonoridades frías en el ámbito de sus gamas en lo que mucho tendrían que decir sus intérpretes. Piezas como la escuchada, tendrá aspecto compatibles con obras como D´om le vrais sens, inspirada en los tapices La dama y el unicornio, para clarinete y orquesta; Stilleben; Vers le blanc hasta Solar y la colorista Petales y Nyhmphea. Densa y atenta a esos recursos procedentes de la escuela del IRCAM.

György Ligeti en su Concierto para piano, del que fue solista Alberto Rosado, quien lo grabó en registro discográfico, con el Plural Esemble y al que tuvimos en las Xornadas de Música Contemporánea 2022, en las destacaron JONDE FOCUS, bajo la dirección de Fabián Panisello. Rosado  con el Plural Ensemble, ofreció en la primera cita una sesión con obras de G. Friedrich Hass; Kaija Saariaho; Fabian Panisello y Steve Reich. El período de composición de este concierto, mostraba su tendencia al uso intenso de las polirritmias, un aspecto que estuvo presente en su evolución y que redundará en una aproximación a culturas distantes de raíces centroafricanas, tras la etapa fundamental de Colonia y Darmstadt, con resultados en este espacio como los Estudios para piano. Desde los fundamentos, Ligeti se preocupará por las técnicas de complejos cromáticos, dejando de ser las alturas del sonido y el ritmo la idea del idioma sonoro, en beneficio de la creación de texturas observadas con independencia armónica del sistema total. En su permanente evolución, el compositor aceptará que cada vez que completaba una obra, revisaría sus posiciones concluyendo por rechazar los estereotipos artísticos sin ceder a  ninguno como definitivo, en función de esa irresistible curiosidad que nos trasmitía en el resultado de esos trabajos, forzado por una irresistible curiosidad, lo que le llevaría a perder aquella entrega a los principios adquiridos en Darmstadt.

El Concierto para piano y orquesta, no será ajeno a esos condicionantes, en los  que el autor pretende mostrar su independencia de los débitos de las vanguardias tradicionales o los posmodernismos. La obra en concreto será una dedicatoria al director norteamericano Mario de Bonaventura, quien lo estrenará el 29 de febrero de 1988, en Viena. Hubo bocetos previos en 1980 pero tardaría cinco años hasta completar el trabajo. Los tres primeros movimientos se presentaron en Graz (Austria), el 23 de octubre de 1986, a cargo del pianista Anthony di Bonaventura, con la Wien Philharmonic O., y al año siguiente, añadirán otros dos tiempos- el cuarto y el quinto-; esperando hasta 1988 para completar la obra en cinco tiempos: Vivace molto rítmico e preciso; Lento e deserto; Vivace cantábile; Allegro risoluto y Presto luminoso. Compleja resulta la propuesta en la plantilla orquestal, por el despliegue de recursos instrumentales que ayudan a su resolución  tímbrica y sonora, una aportación requerida además, ya que al mismo tiempo se dedicaba a ahondar en los Estudios para piano. Perceptible resulta esa recurrencia a las culturas que atraían sus preocupaciones y que se despliegan en los instrumentos de percusión como entramado de recreación observable en sumo grado en el Presto luminoso, una consecuencia previsible de los dos intermedios. Rosado, profundo conocedor de la obra, completó con un bis de métrica rotunda, de la serie de sus estudios, El aprendiz de brujo.

Las Danzas sinfónicas Op. 45, de Sergei Rachmaninov, conocieron su estreno en Filadelfia con Eugène Ormandy  (1941), respondiendo a los títulos de El Día;  El Crepúsculo y Medianoche que al final quedarán postergados por los actuales, aceptado que parte de la música proviene de un ballet inacabado. El Non allegro, se adelantaba  con un arpegio de tres notas sobre un fondo ritmado que dejaba paso al tema fundamental. Una ostentosa idea saltarina ofrecía  un aspecto grotesco marcado por los timbres de maderas. El desarrollo decidía un cambio  de orientación por su talante nostálgico en el que las maderas insinuaban una ambientación pastoral, permitiendo a las cuerdas un mayor protagonismo expresivo. El Andante  con moto-Tempo di valse, se apoyó en una serie de acordes disonantes de metales, que preparar el estilo de vals protagonizado por cuerdas y corno inglés. Un pulso continuo definió este tiempo dejando una sensación de permanente enfrentamiento que añadía matices cercanos a los estilos impresionistas.  El Lento assai-Allegro vivace, se manifestó con regocijo una serie de enfrentamientos entre instrumentos de la orquesta que se entremezcla con el tema del Dies Irae, un capricho recurrente del propio compositor y que anticipó la poderosa parte final, muy reforzada por la percusión. Perfecto contraste sonoro con respecto a las obras de Saariaho y Ligeti

Ramón García Balado

 

Alberto Rosado

Real Filharmonía de Galicia / Baldur Brönnimann.

Obras de Kaija Saariaho, György Ligeti y S. Rachmaninov

Auditorio de Galicia, Santiago & Auditorio de El Ferrol

76
Anterior Crítica / Octetos de ayer y de ayer - por Juan Gómez Espinosa
Siguiente Crítica / Gestación del Romanticismo para el reinicio de la OSCyL - por José M. Morate Moyano