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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Boccherini se divierte - por Juan Gómez Espinosa

Madrid - 19/10/2021

Para abrir el ciclo Círculo de Cámara del Círculo de Bellas Artes, el grupo liderado por Josetxu Obregón realizó un doble homenaje a Boccherini. En primer lugar, por el nombre de la formación, La Ritirata, evidentemente tomado del catálogo del autor. En segundo lugar, por la diversión. Sí: en el siglo XVIII, e incluso antes, los músicos se divertían sobre el escenario. Improvisaban, buscaban efectos especiales con los instrumentos, se retaban a duelos de ejecución, se dejaban llevar por aires de danza...

Hoy en día, los músicos clásicos, con bastante más formación y salud y medios que sus ancestros, suelen mantener en escena la solemnidad de un tótem. Vamos, que una estaca les recorre la médula espinal. Por suerte, La Ritirata apostó por lo lúdico, que en este caso resulta lo esencial. Y más en un caso como el de Boccherini, toscano afincado en lo más castizo de Madrid, en esa zona cuya noche era asaltada por artistas, buscavidas, nobles, monarcas y delincuentes, todos a la vez. Al abrigo de la oscuridad, la capital ofrecía lo más sórdido y lo más festivo. El de Lucca se dejó llevar. Retrató aquel imperio nocturno desde el oído, con sus rosarios asaltados por militares de vuelta, los salones que cuchicheaban nombres, los fandangos con que el pueblo intentaba evadirse de miserias... Boccherini podía haber sido uno más de todos los músicos correctos de la época, profesionales que, en cuanto dominaban la técnica, se limitaban a reproducir pautas. Pero no se conformó. Jugó con todo: con las sugestiones acústicas, con las estructuras, con las tesituras, con los efectos, con la instrumentación... y, por supuesto, le otorgó a su querido violonchelo una enorme relevancia. Tal vez no fuese Luigi ni tan genial como Mozart o Beethoven ni tan completo como Haydn, compositores con los que coincidió en el tiempo, pero pocos demostraron tal nivel de riesgo. Fue, prácticamente, un vanguardista antes de los vanguardistas.

La Ritirata aceptó el reto lúdico de Boccherini y disfrutó sobre las tablas. Jugaron entre ellos, jugaron consigo mismos, se observaron con los oídos y se escucharon con los ojos. Y se sonrieron. El empaste de este conjunto es impecable. Prácticamente, forman un organismo absolutamente unitario. Desconozco si gracias a ello se pueden permitir hacer lo que hacen o si es al revés, si por respirar con naturalidad encuentran la solución interpretativa perfecta. La dirección de Josetxu Obregón es permanente, sin duda, pero nunca autoritaria ni paternalista; se trata más bien de un coordinador de gente que se conoce muy bien a sí misma y que persigue un objetivo común. Talentos individuales que no se pisotean unos a otros.

En el narcisista mundo de la música clásica, encontrar esto parece excepcional. El concierto resultó gozoso, ésa es la pura verdad. Eso sí: se me quedaron en la cabeza dos cuestiones algo ambiguas. La primera, con relación al Minuetto del Trío nº2; este tipo de danza requiere bastante horizontalidad, para que cada frase se divida en grupos de dos compases; la interpretación de La Ritirata marcó demasiado cada compás; cuando esto ocurre, el menuet se convierte en una especie de vals; debo añadir que esto sólo ocurrió en esta pieza; las demás danzas de este tipo fueron interpretadas a un ritmo idóneo.

La segunda cuestión me surge a partir del Adagio del Concierto; el conjunto no optó por la dulzura ni la calidez meditativa, sino por un estilo más bien áspero; no discuto esta elección; de hecho, la aplaudo por lo que tiene de imprevisible y arriesgada (y por lo bien que lo interpretaron). Las posturas estilísticas adoptadas en estas dos piezas  serían enriquecedoras para un buen debate con los intérpretes. Bueno, en realidad, no. Si se ha elegido lo lúdico para honrar a Luigi, un grupo de pedantes (conmigo a la cabeza) debatiendo sobre estilos y ritmos no resulta lo más coherente. Lo mejor, brindar por el toscano en una taberna del centro. La Ritirata también merece un brindis. A falta de copas, sí que recibieron aplausos.

En mi opinión, menos de los que se merecían (y más teniendo en cuenta los dos extras que regalaron al público y las breves pero eficaces explicaciones que Obregón ofreció a la sala en varios momentos). Hubo también dos bravos: el primero, tras la escucha del Fandango del Quinteto nº77, con ese final en el cual el chelo toma las castañuelas; el segundo, con la propina, el célebre Minueto del Quinteto Op.11, nº5, bravo que ya se preparó en cuanto la gente escuchó las primeras notas. Estos bravos eran merecidos, por supuesto, pero sus contextos, y cierta experiencia en otros conciertos, me hacen plantearme algo: parece que cierto público patrio sólo se enciende cuando reconoce o una castañuela o una sintonía de la televisión.

En fin: a mí me suena a provincianismo sonoro. Y Boccherini y La Ritirata consiguen hacernos disfrutar procediendo de otras tierras. Por último, debo pedir a los organizadores de espectáculos cierto cuidado: en este caso, la maquetación del programa de mano contenía errores que dificultaban el hilo del concierto al público que no conociese las obras (nadie está obligado a ser un melómano); y las luces tampoco resultaron eficaces, con subidas y bajadas irregulares (nadie supo si la disminución radical durante el Rosario de la Musica notturna se trató de un efecto escenográfico). Por favor, programadores y directores de salas, tengan cuidado con estas cosas. Por suerte, en esta ocasión cualquier error fue reparado gracias a unos músicos soberbios. Lúdicos. 

Juan Gómez Espinosa

 

«Desde Lucca a Madrid con Luigi Boccherini»

Círculo de Cámara. Temporada 2021/2022.

Obras de: Luigi Boccherini. Quinteto para cuerdas en Si Bemol Mayor, G. 337 (1787), Minueto del Trío n.º 2 en Sol Mayor (1781), Musica notturna delle strade di Madrid, G. 324 (1780),  Cuarteto de cuerda en Sol Mayor, n.º 65 «La Tirana», op. 44, n.º 4, G. 223 (1792), Adagio del Concierto para violonchelo y cuerdas en sol mayor, G. 480 (ca. 1770), Quinteto n.º 77, op. 40/2 en re mayor, G 341, para 2 violines, viola y 2 violonchelos «Fandango» (1788)

Intérpretes: La Ritirata. Hiro Kurosaki, Pablo Prieto (violines), Daniel Lorenzo (viola), Ismael Campanero (contrabajo), Josetxu Obregón (violonchelo y dirección artística)

Fecha y lugar: 17 de octubre de 2021. Teatro Fernando de Rojas del Círculo de Bellas Artes de Madrid.

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