Música clásica desde 1929

#quedateencasa #YoMeQuedoEnCasa Entrevistas de Contrapunto (XVI): VALERIA CIOMPI

15/05/2020

Continuamos la publicación de las distintas entrevistas realizadas en la sección “Contrapunto”, publicadas en nuestra revista RITMO en su edición de papel, a personalidades de la cultura, y que solo estaban disponibles en dicho formato. A lo largo de estas semanas iremos subiendo estas interesantes entrevistas a nuestra Web, para hacer más llevadero el #quedateencasa a todos nuestros lectores online. En esta ocasión publicamos la realizada para la revista de abril de 2020.

Contrapunto 26: VALERIA CIOMPI

Rodeada de libros mientras trabaja y mientras vive, Valeria Ciompi, nacida en la Caserta cercana de Nápoles, lleva más de diez años como directora editorial de Alianza, a la que le ha brindado su luz italiana bañada de elegancia y saber hacer en el mundo editorial. (por Gonzalo Pérez Chamorro, publicado en abril de 2020)

¿Recuerda cuál ha sido la última música que ha escuchado?

Justamente anoche, Acis, Galatea y Polifemo de Haendel. Una delicia.

¿Y recuerda cuál pudo ser la primera?

Intuyo que una canción napolitana interpretada por Roberto Murolo. Luna Rossa, por ejemplo… O alguna obertura de Verdi por la banda municipal de Caserta. Tuve un abuelo muy aficionado a la música cuando había muy pocos medios.

Teatro, cine, pintura, poesía… ¿A qué nivel pondría la música con las demás artes?

Libros y música, sin ninguna duda. Para poder sobrevivir. Para “consumo” cotidiano. El resto de las artes, por supuesto, pero no con la misma intensidad y presencia.

Qué habría que hacer para que la música fuera pan de cada día…

Que la música esté presente, no como imposición, sino como disfrute, desde la infancia; enseñar a escuchar, facilitar la comunicación de los eventos musicales. Una vez dentro, nadie escapa a la fascinación.

¿Cómo suele escuchar música?

En casa, mientras desarrollo cualquier actividad; mientras leo; dedicando a veces atención completa a la escucha; en salas de concierto con bastante asiduidad.

¿Qué ópera (o cualquier obra musical, etc.) le hubiera gustado componer?

Don Giovanni, de Mozart.

¿Qué personaje le hubiera gustado cantar o interpretar en el escenario?

Tosca, pero la naturaleza no me ha dotado para el canto. A escala reducida, mi sueño sería estar sentada entre la orquesta durante la Quinta de Mahler.

¿Teatro o sala de conciertos favorita?

Por costumbre, el Auditorio Nacional. Me encanta el Real Coliseo Carlos III de El Escorial. Me impresionó el Musikverein de Viena.

¿Un instrumento?

El oboe. Me parece de alto riesgo.

¿Y un intérprete?

Alfred Brendel al piano. En pleno año Beethoven. Y en jazz, Bill Evans.

¿Un libro de música?

¿Por qué Mahler?, de Norman Lebrecht.

Por cierto, qué libro o libros tiene abierto ahora en su mesa de lectura…

Fortunata y Jacinta (no lo había leído y me está impresionando), una Antología poética de Osip Mandelstam, La guerra de las Galias de Julio César… y seguro que algún libro de cocina.

¿Y una película con o sobre música?

Crónica de Anna Magdalena Bach, de Straub-Huillet.

España necesita agua… ¿Hay sequía musical o cómo ve la situación?

Nos estamos olvidando de lo necesaria que es para vivir. Tenemos artistas y creadores destacados en todos los campos, pero la conexión social parece perdida. Pienso que hay que empezar siempre desde la base, que es la enseñanza.

¿Cuál es el gran compositor de música española?

No voy a decir nada original. Me muevo entre Falla, Albéniz y Granados.

¿Con qué música le gustaría despedirse de este mundo?

Bach es perfecto para las despedidas. Cualquiera de las Suites para chelo. En su defecto, una bossa nova o un tango.

Como editora, ¿le ayuda en parte que usted también es escritora?, puesto que tiene varios libros publicados…

Es al revés. El ser editora me ha ido alejando progresivamente de la escritura. Pero me ha ayudado, creo, a meterme en la piel del autor, por el que tengo muchísimo respeto.

¿Un refrán?

Una frase de Julio César: “Cuando lleguemos a ese río, cruzaremos ese puente”. Da mucha tranquilidad.

¿Qué cree que le sobra a este país? ¿O que le falta?

No le sobra casi nada. Es mi país de adopción. Pero de sobrarle algo, sería un poco de vehemencia. Y nos falta capacidad para escuchar al otro y para poner en valor todo lo bueno que hay aquí, en todos los campos.

¿Cuál es el “coronavirus” en el mundo del libro? ¿Qué momento vive actualmente la edición en España?

Ha cambiado el concepto de ocio. Se ha alejado del libro y se ha, de alguna manera, infantilizado. Pero no se puede generalizar. Tenemos más libros que lectores, y eso es un problema. Se edita mucho y bien, pero le hemos perdido la pista a los interlocutores, a quién está al otro lado. Los medios tampoco ayudan. Y están pasando por su propio calvario. Pero confío en que todo encontrará su equilibrio.

¿Se edita poco o se edita demasiado?

Demasiado para demasiado pocos. Pero es difícil ponerle freno. Y si se editara menos, no estoy segura de que, dado el modelo económico, se dejara de editar precisamente lo que podríamos considerar superfluo. Así que habrá que resistir.

Si tuviera que quedarse con solo cinco libros de los que ha editado en su etapa de Alianza, ¿cuáles serían?

No voy a decir lo de la madre y los hijos favoritos, pero es algo así. Los mejores son siempre los que vendrán. Hasta ahora, y tengo mala memoria, La Diosa Blanca de Robert Graves, Jude el oscuro de Thomas Hardy, El naufragio de las civilizaciones de Amin Maalouf, La Gran Vía es New York de Raúl Guerra Garrido, Perros que duermen de Juan Madrid, pero habría muchos más. Y la edición es siempre un trabajo de equipo.

Si pudiera retroceder a un momento de la historia de la humanidad, ¿dónde iría Valeria Ciompi?

Los fabulosos años ochenta. Este país estaba por hacer y todavía creíamos que se podía cambiar el mundo. Un momento espléndido en cuanto a creatividad, libertad, avances científicos necesarios, apertura. Mucho más atrás no iría. A veces no somos conscientes de los beneficios del progreso. Lo decía Amin Maalouf: “A los que añoran el pasado les pediría que fueran al dentista en el siglo XVII”. Incluso en el XIX.

¿Qué cosa le molesta en su vida diaria?

El ruido, la intolerancia, los prejuicios y la mala educación.

Cómo es Valeria Ciompi, defínase en pocas palabras…

No puede pedirme eso… Pero si tuviera que definirme en algo, creo que no he perdido la curiosidad y estoy agradecida por la vida que he tenido. Y espero no haber perdido la sensibilidad hacia lo que me rodea.

foto © Marta Calvo

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