Música clásica desde 1929

#Lecturasdeverano #LasMusas #Opinión / Anna Bon - por Cecilia Capdepón Pérez

21/08/2025

Como #lecturasdeverano proseguimos publicando en abierto la sección #LasMusas, hasta ahora solo en papel, donde las mujeres escriben sobre mujeres, una tribuna libre mensual donde rescatar la figura de compositoras, cantantes, instrumentistas, profesoras, musicólogas, directoras, etc. En esta ocasión publicamos la realizada para la revista de octubre de 2024 por Cecilia Capdepón Pérez.

 

Anna Bon (1738-¿?)

Compositora italiana en la transición del Barroco al Clasicismo 

por Cecilia Capdepón Pérez *

 

Italia experimentó en el siglo XVIII una edad dorada en su música, como se desprende de la gran pléyade de compositores que trabajaron en toda Europa: claro ejemplo de ello lo constituye la vida y obra de la compositora, cantante y clavecinista Anna Bon, nacida en Bolonia en 1738 como hija del escenógrafo, libretista y empresario operístico veneciano Girolamo Bon y de la cantante boloñesa Rosa Ruvinetti Bon. En todo caso, se ha debatido sobre la fecha real de esta música italiana, proponiéndose distintas fechas que oscilan entre 1738 y 1740, hasta que se descubrió su acta bautismal en el Archivo del Estado de Venecia, en la se pudo confirmar fehacientemente su origen boloñés y su nacimiento en 1738. El hecho de que a veces firmara sus obras como “Anna Bon di Venezia” no hace alusión a su lugar de nacimiento, sino más bien a su centro de formación principal, además de aludir a una ciudad y escuela musical que gozaban de gran prestigio en la Europa de aquel tiempo.

A los cuatro años de edad se inició en el arte de la música al ingresar en el Ospedale della Pietà de Venecia, institución que dotaba a sus alumnas de una sólida educación musical, gracias a la actividad docente desplegada en esa institución por compositores como Antonio Vivaldi, ente otros, si bien es necesario matizar que, al contrario que la mayoría de jóvenes del Ospedale, Anna no era huérfana o pobre y que no llegó a recibir clases de Vivaldi, pues su profesora fue Candida dalla Viola. Las excelentes enseñanzas recibidas en el Ospedale y las numerosas oportunidades para interpretar en público, forjaron la carrera musical de la joven Anna durante aquellos años venecianos de formación inicial.

Debido a la profesión de sus padres, los acompañó en algunas ocasiones con motivo de sus compromisos operísticos en Dresde, Postdam, Fráncfort, Ratisbona o San Petersburgo entre 1743 y 1754. En 1755 la familia al completo se hallaba en Bayreuth al servicio del marqués (“Markgraf” en alemán) Friedrich de Brandeburgo Culmbach y su esposa, Wilhelmine, hermana del monarca Federico el Grande. Asimismo se conoce que entre 1759 y 1760 toda la familia Bon participó activamente en las óperas dirigidas por el padre de Anna en Bratislava. El propio Girolamo ocupó un puesto de profesor de arquitectura y perspectiva en la nueva Academia de Arte fundada por el mencionado, mientras que Anna se convertía en protegida de la marquesa, gran amante de la música. Aunque no se ha conservado documentación al respecto, cabe imaginar que Anna tomó parte en las celebraciones musicales cortesanas en calidad de cantante y clavecinista, ya que ella misma se presentaba como “Virtuosa di Musica di Camera”.

En Bayreuth, Anna Bon no sólo compuso sus primeras obras, sino que además las publicó en forma impresa en Nuremberg, algo verdaderamente infrecuente en la época para una joven que apenas contaba dieciséis años: se trata de una colección de seis Sonatas para flauta, dedicadas al Marqués Friedrich, tal como consta en el título original de la portada: VI Sonate da Camera per il Flauto Traversiere e Violoncello o Cembalo, dedicate All'Altezza serenissima di Federico, Margravio Regnante di Brandenburg-Culmbach, etc. Composte da Anna Bon di Venezia, Virtuosa di Musica di Camera all'attuale servizio dell'Altezza Serenissima sudetta e presentemente in età d'anni sedeci. Opera prima… 1756. En el prólogo de la citada obra, Anna remarca que Federico fue el “primer príncipe al que tengo la suerte de servir”. Al igual que su cuñado, el célebre rey prusiano, el marqués Federico también era aficionado a tocar la flauta y Anna le dedica la siguiente frase: "Si, no obstante, percibiera algunos pasajes incómodos para la flauta, que Su Alteza Serenísima me perdone, porque mi instrumento es el clave y no siempre estoy familiarizado con las sutilezas y el fácil manejo de la misma".

Al año siguiente publicaría otra colección de Seis sonatas para clave, dedicadas en esta ocasión a Ernestine Auguste Sophie von Sachsen-Weimar-Eisenach, sobrina huérfana del marqués y acogida en la corte de Bayreuth. A los 19 años compuso seis Divertimenti para dos flautas y acompañamiento, que dedicó al Elector Karl Theodor von der Pfalz.

Puede afirmarse que la obra de Anna Bon surge en una época de cambios, por lo que se refiere al estilo musical imperante y, si bien los cimientos se atienen a los principios del bajo continuo barroco, sin embargo, da muestra de un buen conocimiento de las técnicas compositivas que informan el Clasicismo temprano, especialmente en lo referente a la influencia del denominado estilo galante, que obtuvo una gran resonancia en el ámbito cortesano. Tampoco se puede soslayar una segunda influencia: el estilo sensible o “empfindsam”, impulsado en el ámbito germánico gracias a la labor de Carl Philip Emanuel Bach, visible en las partes de carácter melancólico de sus Sonatas. Y en tercer lugar, cabe citar asimismo la impronta del estilo musical de la primera etapa de Haydn.

Tras el fallecimiento de la marquesa Wilhelmine en 1758, la familia Bon abandonó Bayreuth y, tras breves estancias en Viena y Bratislava, la compañía de ópera familiar residió en la corte del príncipe Esterhazy en Eisenstadt, cuyo director musical era a la sazón Joseph Haydn, y donde habría compuesto una ópera, hoy día perdida. En Eisenstadt permaneció hasta al menos el 25 de abril de 1765. Después de 1765 apenas se conservan noticias de la vida personal y profesional de Anna Bon y, según Jane Schatkin (Grove Music Online), en 1767 residía en Hildburghausen, casada con un cantante de nombre Mongeri, si bien no se ha podido demostrar documentalmente esta aseveración, inicialmente defendida por Gerber en su Neues historisch-biographisches Lexikon der Tonkünstler (1812). Por el contrario, Laury C. Gutiérrez, en un artículo publicado en 2020 en la revista Itamar, daba a conocer una noticia que se remontaba a 1772 en Venecia, según la cual Anna Bon estaba realizando gestiones para divorciarse de un hombre de Brescia llamado Marco Antonio Averoldi.

Lo cierto es que, a día de hoy, desconocemos la fecha y lugar del fallecimiento de esta destacada autora boloñesa, cuya obra ha brillado con luz propia, pero cuya biografía y obra musical requeriría de una investigación más profunda.

 

* Graduada en Musicología por la Universidad Complutense de Madrid. Título Profesional de Piano.

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