Música clásica desde 1929

Crítica Libros / Alberto Bernal y el sonido cuando deja de ser sonido - por Joan Gómez Alemany

09/11/2025

Hay libros que son una precisa cartografía del presente, demostrando como pocos la lucidez de entender lo que pasa desapercibido para muchos. A esta categoría pertenece FUERA DE TONO. La música de nueva creación ante su desbordamiento, de Alberto Bernal, publicada por EdictOràlia. Su materia no es únicamente la música o el texto, sino una gran variedad de medios que bien ejemplifican nuestra realidad digital. Como bien señala en el prólogo Peter Ablinger, maestro de Bernal, y a quien dedicó su obra Caminar (in memoriam Peter Ablinger) tras su reciente fallecimiento: «“Estar desubicado” es, también, una oportunidad. Desde la perspectiva de la desubicación nada parece cuadrar. Y este “no cuadrar” contiene quizá una verdad más elevada, posibilitando maneras de percibir que podrían no ser accesibles desde la cuadratura del sentirse ubicado» (p. 9).

Bernal en Fuera de tono nos propone una travesía por el borde mismo del medio sonoro. Si, como afirma el autor, “ya hemos escuchado todos los sonidos”, la música de nueva creación no puede sino desplazarse hacia su afuera, hacia esa frontera donde lo sonoro se confunde con lo performativo, lo visual, lo político, lo social... Por ello, en la actualidad lo interdisciplinar, transdisciplinar, multidisciplinar e incluso lo indisciplinar constituyen matices (a veces difíciles de delimitar, como no podría ser de otro modo) muy presentes en las prácticas artísticas. La música y el arte sonoro son una muestra más de esta tendencia, tan característica de nuestra contemporaneidad, y que Bernal refleja con acierto en su libro.

La hipótesis de Bernal no es nihilista -no hay Fin de la Historia musical al estilo Francis Fukuyama-, sino radicalmente afirmativa: cuando el medio se agota, comienza la verdadera composición. Componer ya no es solo organizar sonidos, sino articular situaciones, conceptos, imaginaciones, visiones, etc. El “compositor” se transforma en un topógrafo de lo inasible, un arquitecto del pensamiento sensible que como un “situacionista” genera un proceso a la deriva, no un fetiche cerrado y obsoleto.

Dividido en cuatro secciones (El afuera, El límite, El todo, El ahora), el libro compone una suerte de mapa filosófico-musical del presente. Una bella estructura que nos demuestra que no estamos ante un tratado o manual de historia, sino más bien ante un ensayo o incluso una autobiografía del pensamiento de quien escribe el libro. Cada apartado es una mirada desde un umbral distinto: el “afuera” como aquello que desborda el marco de lo musical; el “límite” como zona de fricción donde el sonido se interroga a sí mismo; el “todo” como expansión del campo sonoro hacia la totalidad perceptiva; y el “ahora” como urgencia política, como necesidad de que la creación responda al tiempo que la contiene. Bernal escribe desde esa conciencia del presente como campo de conflicto, donde la creación musical no puede desligarse de las tensiones socioeconómicas y tecnológicas que la atraviesan. El presente es imposible de captar en su esencia, pero justamente por ello, nos fascina porque se nos escapa. Buscar lo que acontece con el tiempo (lo con-temporáneo) rehúye (y así se salva) de morir en el academicismo y la fosilización de lo pasado.

El pensamiento de Bernal que gracias a su constante trabajo pedagógico está creando escuela, no busca refugiarse en la dogmática teoría, sino que se formula desde la cambiante praxis, desde la experiencia concreta del artista que se pregunta por el sentido de su propio gesto. Sus reflexiones, lejos de constituir un sistema cerrado, se despliegan como fragmentos, ensayos breves que respiran la temporalidad de lo inacabado. Así, Fuera de tono, se presenta como una poética abierta, una escritura que se resiste a la clausura y que exige del lector una escucha activa, cómplice, capaz de prolongar el pensamiento más allá del libro. Además, su formato no extenso, que a veces nos remite a la idea del manifiesto, lo hace ideal para una lectura concentrada, agitada y no tediosa.

La escritura de Bernal se inscribe en un diálogo dentro del contexto internacional que abarca desde John Cage hasta Pauline Oliveros, pasando por Peter Ablinger, Helmut Lachenmann, R. Murray Schafer o Johannes Kreidler. Bernal lleva años realizando un extenso trabajo teórico, lo que a su vez nos enseña que su práctica artística está estrechamente vinculada con el trabajo conceptual, e incluso a veces es difícil de distinguir uno de otro. La mirada polifacética del autor también se manifiesta en textos de carácter analítico, como el interesante Principio Rothko. Algunas consideraciones sobre la microvariación. En cualquier caso, en el libro predomina una perspectiva práctica, no solo por los intereses de Bernal vinculados a su propia creación (en constante diálogo con otras prácticas artísticas y otros autores), sino también porque gran parte de lo que trata es muy reciente y, por tanto, carece aún de un cuerpo teórico consolidado. Por ello, la práctica se examina en su propio devenir, sin la distancia del tiempo ni la del sujeto que analiza un objeto ajeno. Bernal se implica y piensa desde dentro, realizando una suerte de “trabajo de campo”, casi al modo de los etnólogos. En este sentido, Fuera de tono no es un texto sobre la música experimental, sino un texto experimental sobre la música: un ensayo que practica lo que predica. Bernal no analiza el desbordamiento, lo ejecuta en su propia escritura. Además, lo hace mediante una rica variedad de imágenes y procedimientos texturales (muchos de carácter archivístico) como son las listas, grafismos, partituras, mapas, códigos QR, dibujos, juegos de palabras y un largo etcétera. Todo ello coherentemente indica el “desbordamiento” de reflexionar sobre la propia música de nueva creación. No podría dejar de mencionarse al respecto, la muy cuidada edición de Josep Lluís Galiana, director de EdictOràlia, quien organiza con rigor y atención todos estos materiales en un libro que incluye, además, varias imágenes a color.

Los ejemplos de obras ajenas y del propio Bernal se convierten en detonantes para la reflexión sobre el estatuto del sonido y sus metamorfosis. De ahí que leer el libro sea, a la vez, una experiencia estética y una interrogación filosófica. En ese sentido, es muy esclarecedor su excelente texto Música y deconstrucción, donde se cuestiona: «¿Podemos realmente hablar de la existencia de un “pensamiento exclusivamente musical”? ¿Es posible acotar aquello que es música y aquello que no lo es? ¿Es música lo que suena, o quizá únicamente lo que “oímos”?» (p. 61). Bernal responde (o más bien, “desresponde”) con una lúcida ambigüedad. Porque su objetivo no es resolver la crisis, sino mantenerla viva y productiva.

La encrucijada de la música de nueva creación, nos dice, no es un callejón sin salida, sino un cruce de caminos donde el “arte de los sonidos” se enfrenta a su propio espejo: el mundo. Componer con espacios, con reflexiones, con imaginaciones… En esa ampliación del verbo componer se cifra toda una ética de la creación contemporánea. No hay música sin pensamiento, ni pensamiento sin escucha. A lo largo del libro, Bernal despliega un discurso que no teme abrazar la incertidumbre. Su escritura (por momentos aforística, por momentos meditativa) se mueve entre el rigor teórico y la intuición poética, recordando que el pensamiento artístico nunca es lineal.

Si el siglo XX agotó el gesto de la ruptura, el XXI -parece decirnos Bernal- nos exige asumir el desbordamiento. La música de nueva creación (fuera de tono) se convierte en un espacio de resistencia ante la homogeneización perceptiva del capitalismo actual. Ya no se trata de potenciar un paradigma de la innovación formal, sino de reaprender y reorganizar todo nuestro alrededor desde un prisma contemporáneo, plural y abierto. El libro nos invita precisamente a aceptar la incomodidad de la polisémica palabra ruido como lugar de conocimiento. Pero especialmente importante también es la llamada música conceptual o la estética de lo inmaterial, refiriéndose por eso a «Harry Lehman [quien] preconiza el giro hacia la Gehaltsästhetik (que podríamos traducir algo así como “Estética del contenido inmaterial”) como punto de inflexión en el arte desde los años noventa, que produce así un desafío a la agotada Estética del Material imperante desde principios del siglo XX» (p. 93). Un giro que en nuestro contexto digital y de internet, cobra especialmente sentido y se expande en numerosas prácticas. 

En definitiva, Fuera de tono es un texto imprescindible no solo para quienes transitan el territorio de la música contemporánea, sino para todo aquel que quiera pensar el arte desde su presente más problemático. Es un libro único en la bibliografía española que sin duda influirá en otros futuros, y aporta un aire muy fresco al habitual conservadurismo de la bibliografía musical. Fuera de tono como la mejor música no termina cuando se cierra, sino que continúa resonando en la conciencia del lector, empujándolo a escuchar el mundo -y su propio pensamiento- con oídos y ojos nuevos.

Joan Gómez Alemany

 

FUERA DE TONO. La música de nueva creación ante su desbordamiento

Autor: Alberto Bernal

Prólogo: Peter Ablinger

Editorial: EdictOràlia Llibres i Publicacions

Número de páginas: 166

61
Anterior Opinión / El Misteri d’Elx, una experiencia de espiritual musicalidad - por José Antonio Cantón

Publicidad

FBE_CNDM_20251101
FBE_LAuditori_09_NuevoTastOrquestra_20251109-20251113
FBE_Ibermusica_Abonos_20251017
FBE_TeatroZarzuela_PotosiSubmarino_20251030-20251129
FBE_ABAO_AdrianaLecouvreur_20251101-20251130
FBE_Maestranza-LucreziaBorgia_20251101-20251130
FBC_Lat_2_202511_DVD_ACC20681_Accentus_Rachmaninoff-Chailly
FBE_TeatroCervantesMalaga_TempLiricaXXXVII_20251017-20251217
FBE_Liceu_ElisirAmore_20251104-20251215
FBE_FestivalUbedaBaeza_20251107-20251208
FBC_Lat_1_202511_DVD_769808_CMajor_LeNozzeFigaro
FBC_Lat_5_202511_DVD_OA1386D_OpusArte_Wonderland-Ballet
FBC_Lat_4_202511_DVD_2.110779_Naxos_GiulioCesareEgitto
FBC_Lat_3_202511_DVD_38067_Dynamic_DonPasquale