Música clásica desde 1929

Margarita Höhenrieder
Abril 2022 - Núm. 960

Margarita Höhenrieder

Heredera del legado de Beethoven

“Nadie ha moldeado mi vida artística tanto como Beethoven. He estado familiarizada con sus obras y especialmente con sus Conciertos para piano desde mi infancia. Hasta el momento, han sido mi mayor desafío artístico”, afirma Margarita Höhenrieder, nuestra imagen de portada y la pianista de la que se acaba de editar en el sello Accentus Music (DVD & Blu-ray) sus interpretaciones de los Cinco Conciertos para piano de Beethoven, con diversos directores y orquestas: Staatskapelle Dresden con Fabio Luisi, Kammerphilharmonie Amade y Württembergisches Kammerorchester Heilbronn con Leon Fleisher, Bamberger Symphoniker con Martin Haselböck y la Bayerisches Staatsorchester con Bruno Weil. “Estas grabaciones también son un verdadero documento del tiempo que hemos vivido. Todas son en vivo, con público, excepto en el Quinto Concierto, el único que se grabó sin público debido a las restricciones impuestas por la situación sanitaria”, indica la pianista, que ha recorrido este corpus hasta llegar a la pandemia, que coincidió con el aniversario beethoveniano en 2020 y que ahora, en el momento de su edición, tristemente coincide con la actualidad de la invasión de Ucrania. “Hay que recordar que Beethoven vivió en vida la guerra en Viena: ‘Qué vida destructiva y desoladora a mi alrededor, nada más que tambores, cañones y miseria humana de todo tipo’, escribió Beethoven desesperadamente a su editor Breitkopf & Härtel, mientras las tropas de Napoleón sitiaban Viena en 1809 y componía su Quinto Concierto”. Nada más oportuno que Beethoven, siempre presente y una constante en la vida y la carrera de Margarita Höhenrieder.

De nuevo le tenemos en RITMO, esta vez para hablar más en profundidad, principalmente de Beethoven, del que se acaba de editar en Accentus sus grabaciones en DVD y Blu-ray de sus Conciertos para piano. ¿Qué significan estas obras en la producción del compositor?

Los Cinco Conciertos de piano de Beethoven representan un tesoro inconmensurable. En estas obras, el desarrollo, todo el proceso de maduración del compositor, desde el heredado de Mozart a un estilo visionario e incluso revolucionario, se hace visible y audible, e influyó en mi desarrollo artístico. Estoy segura que para el propio Beethoven, como compositor y pianista que era en una sola persona, estos Conciertos en particular representaron el absoluto "non plus ultra" en todo su repertorio pianístico.

¿Y qué significa Beethoven en la vida de Margarita Höhenrieder?

Nadie ha moldeado mi vida artística tanto como Beethoven. He estado familiarizada con sus obras y especialmente con sus Conciertos para piano desde mi infancia. Hasta el momento, han sido mi mayor desafío artístico. Empecé a estudiar algunas de sus Sonatas cuando tenía once años y, un poco más tarde, sus dos primeros Conciertos, en Si bemol mayor y Do mayor; los tres restantes llegaron a mi vida inmediatamente tras estos. Afortunadamente, y esto es importante, también tuve la oportunidad de interpretar los Conciertos para piano de Beethoven con buenas orquestas a una edad muy temprana. Y ya desde mis días de estudiante, todas las Sonatas de Beethoven para piano y violonchelo, además de todas las variaciones, han sido también parte de mi vida. Las grabé con mi estimado colega y violonchelista Julius Berger, amigo cercano durante muchos años. Al igual que sus Conciertos para piano y Sonatas para piano, estas obras también documentan de manera impresionante el proceso de maduración de Beethoven.

Fabio Luisi, Leon Fleisher, Martin Haselböck y Bruno Weill, cuatro directores muy opuestos para una integral… ¿Esto le ha motivado cambiar sus planteamientos interpretativos?

Dentro de mi concepto interpretativo, estoy abierta a nuevos y enriquecedores impulsos. Le voy a poner un ejemplo: después de que Bruno Weil me mostrara una copia del manuscrito del Quinto Concierto, donde Beethoven explícitamente prescribió el tempo “alla breve” (división en dos partes y no en cuatro) para cada instrumento, Bruno, en cambio, fue capaz de convencerme de tocar el movimiento lento de manera más fluida. Esto provoca que la línea melódica en la mano derecha cante aún más. Y en los Conciertos ns. 2 y 3, con Leon Fleisher, fueron, en todo caso, una constelación absolutamente especial, ya que yo ya había trabajado en estos dos Conciertos con él durante mis estudios y él ya había forjado y trabajado en mi interpretación por aquel entonces.

Hablemos de cada concierto, y comencemos por el n. 1, que lo ha grabado con la Staatskepelle Dresden y Fabio Luisi…

En una carta a su amigo Franz Wegeler, Beethoven escribe: "Para mí no hay mayor placer que tocar y mostrar mi arte". ¡Estas palabras de Beethoven encajan perfectamente con los movimientos primero y tercero del Concierto en do mayor! El poético movimiento lento central ya da una idea del individualismo de Beethoven, que abriría nuevos caminos. Por otra parte, me gusta el sonido aterciopelado de la orquesta sajona de la Staatskapelle de Dresde bajo la elegante batuta de Fabio Luisi.

¿Y el Segundo?

El Segundo Concierto en si bemol mayor es cronológicamente el primero. Recuerda mucho a Mozart, pero algunos detalles, por ejemplo, como el ritmo sincopado en el último movimiento, ya indican nuevas posibilidades. Lo mismo se aplica a la poderosa cadenza, que se caracteriza en parte por muchas disonancias y que Beethoven compuso muchos años después. La grabación de este Concierto tuvo lugar en el Zollverein, Patrimonio de la Humanidad en Essen. Repleta de alegría y curiosidad, esperé, después de muchos años, encontrarme con mi antiguo maestro en Baltimore, Leon Fleisher, pero esta vez como director de orquesta, para tocar juntos esta obra. Incluso durante mis estudios, experimenté a Leon como un músico y filósofo excepcional, que fue capaz de interiorizar la naturaleza y profundidad de una obra y transmitirla de manera maravillosa. Le dio gran importancia a una determinada manera de cantar y el "momento" correcto en la música. En esta interpretación del Segundo Concierto pude sentir extraordinaria armonía, vivacidad y alegría entre nosotros. La gran música y la familiaridad después de todos estos años provocaron que el tiempo se detuviera...

El Tercero también lo ha grabado con Leon Fleisher, su maestro y mítico pianista…

Sabe, hay una línea directa desde Beethoven a través del maestro de Leon Fleisher, Artur Schnabel, su maestro Teodor Leschititzky y su maestro Carl Czerny. Es decir, y como le gustaba indicar habitualmente a Fleisher, me decía “¿Sabes porque eres una “greatgreatgreatgreatpupil” (“tatatataraalumna” -nota del editor-) de Beethoven? ¡Porque usted es mi estudiante, yo era un estudiante de A. Schnabel, que era un estudiante de T. Leschititzky y su maestro C. Czerny fue un alumno directo de Beethoven!". De hecho, Leon Fleisher tocaba principalmente las ediciones de Schnabel y también se tomaba muy en serio las instrucciones que dejó anotadas de Carl Czerny. De alguna manera, esto se lo he “robado” (risas).

¿Cómo es para usted el Tercer Concierto? Donde parece comenzar un vibrante romanticismo…

El revolucionario que era Beethoven muestra su verdadera cara en este Concierto, y se puede sentir una clara diferencia con los dos primeros. También es el único del ciclo que está en modo menor. En el estreno en Viena en 1803, Beethoven se sentó en el piano de cola como solista, como lo hizo en cuatro de los cinco Conciertos para piano. Su alumno Carl Czerny, en cambio, fue quien tocó el piano en el estreno del Quinto Concierto, ya que los problemas auditivos de Beethoven habían empeorado drásticamente. Beethoven, el gran improvisador, aún no había escrito la parte pianística que se toca en solitario, pero la había dibujado como un jeroglífico. La extraordinaria sensibilidad, a menudo percibida con la vulnerabilidad, se puede sentir en el comienzo del segundo movimiento, donde Beethoven cambia la tonalidad de Do menor a Mi mayor. Deja el pedal todo el tiempo… ¿Por qué? Me pregunto… ¿Quizás quería encubrir su vulnerabilidad con un velo ligero, como una protección...? Y en el tercer movimiento, con las transiciones burbujeantes altamente virtuosas en el piano, permite que el piano y los timbales entren en un diálogo al final, algo verdaderamente inaudito en aquella época…

El Cuarto Concierto lo interpreta con Martin Haselböck…

Es como salir del silencio… El piano comienza de manera misteriosa y tierna, algo que hasta entonces no había tenido precedentes en un concierto para piano y orquesta… Y tras esto, la orquesta responde. Encuentro este Concierto muy poético y lírico y, al mismo tiempo, muy virtuoso y de gran brillo. Se dice que el segundo movimiento se inspiró en la leyenda de Orfeo: la canción de amor (un arioso íntimo en el piano) evoca a los poderes del inframundo (un sombrío tema al unísono en la orquesta) para tratar de convencer a las fieras y rescatar a Eurídice... Y ya el tercer movimiento, un rondo, muestra de nuevo el humor y el espíritu de Beethoven. Martin Haselböck y yo, como se suele decir, tuvimos la misma “longitud de onda”, y resultó maravilloso... Por cierto, Robert Schumann vio en este Concierto "quizás el mayor concierto para piano de Beethoven”.

Y llegamos al Quinto, culmen del ciclo…

El Quinto y último Concierto para piano fue compuesto en 1808-1909 y está dedicado al Archiduque Rodolfo de Austria. En mayo de 1809, Viena fue ocupada y bombardeada por las tropas francesas bajo Napoleón Bonaparte. El patriotismo de Beethoven se muestra, entre otras cosas, en su comentario en la partitura autógrafa antes del comienzo del conmovedor movimiento lento: "Östrreich wages Napoleon": “Austria paga a Napoleón”. El primer movimiento comienza con una cadencia altamente virtuosa escrita por el compositor, del mismo modo que también escribió todas las otras cadencias en este Concierto. Las instrucciones precisas de Beethoven, como el timbre, articulación, pedal y expresión, distinguen este Concierto de los otros. Al final del eufórico último movimiento, de nuevo, Beethoven escribe algo completamente novedoso, un diálogo entre el piano y los timbales. Este Concierto en particular, por otra parte, tuvo una decisiva influencia en compositores posteriores como Schumann, Chopin y Brahms.

¿Hay en las interpretaciones con Haselböck y Bruno Weill cierta aproximación a modos historicistas?

Yo diría que hemos intentado tocar estos Conciertos de la manera más auténtica posible, pero con instrumentos modernos.

¿En qué momento se encuentra Margarita Höhenrieder como intérprete y pianista?

La época del Covid nos ha obligado a los músicos a ser completamente flexibles. Nadie sabe exactamente si el concierto planeado tendrá lugar o no. Pero, en cualquier caso, tienes que prepararte lo mejor posible… Estoy feliz por cada concierto que puede tener lugar y las reacciones del público están repletas de gratitud, pero, por el momento me estoy centrando principalmente en las grabaciones discográficas. Si recordamos, en cierto momento, Glenn Gould se retiró completamente del mundo de los conciertos en vivo. Pero, en mi caso, esto que ha venido no me lo podía imaginar. Por otra parte, estoy muy feliz y agradecida de tener una interesante colección de instrumentos que me inspira a emprender proyectos extraordinarios, como, por ejemplo, la grabación de todas las Sonatas para piano de Beethoven en diferentes instrumentos (¡algo que creo le habría encantado a Beethoven!). Entre otros, poseo un piano de cola Pleyel de 1848 y planeo grabar en él los dos Conciertos de Chopin; además fue el instrumento favorito de Chopin. Ya he grabado el Primero con la orquesta La Scintilla, bajo la dirección de Riccardo Minasi en Zurich, que tocan con instrumentos originales de época. Pero aparte de los planes que me afectan, como principalmente grabaciones y algunos conciertos, hay un motivo fundamental y que me llena y me llega muy hondo durante muchos años, que es la formación y promoción de jóvenes talentos pianísticos. Todo comenzó cuando, a la edad de 28 años, fui nombrada profesora de piano en Würzburg y, posteriormente, unos años más tarde, sucedí a mi maestro Ludwig Hoffmann en Munich.

Antes de estos registros beethovenianos, grabó para el sello Solo Musica… ¿Nos hace un poco de historia de estas grabaciones?

Justo después de Beethoven, estaba particularmente interesada en la pareja que formaron Clara y Robert Schumann y Frédéric Chopin para nuevas grabaciones. Por el momento, prefiero tocar y grabar, tanto las obras de los Schumann, como las de Chopin en mi piano de cola Pleyel. Ser capaz de sumergirse en otro siglo y, posiblemente, obtener el sonido original del piano en aquel entonces, es enormemente atractivo y, sin duda, tiene cierta magia... Pero siempre he estado abierta a la música nueva. El compositor Harald Genzmer, con quien tuve una amistad muy cálida durante muchos años, me dedicó varias obras, incluyendo su última gran pieza, una fantasía con el hermoso título Like a Dream on the Edge of Infinity (Como un sueño al borde del infinito), para piano y flauta. El compositor me llamó emocionado un día y me pidió que lo visitara; había varias partituras en la mesa de su sala de estar. "Cuando ya no esté en este mundo, entonces tendrás algo de mí", me dijo y me miró. Tenía lágrimas en los ojos, nunca olvidaré ese momento... Estrené la Fantasía “de despedida" en Roma en 2006, con Emmanuel Pahud, el flautista solista de la Filarmónica de Berlín.

Las grabaciones de estos Conciertos de Beethoven se hicieron entre 2008 y 2020, justo el año en que se declaró la pandemia y el aniversario de Beethoven…

Sí, las grabaciones también son un verdadero documento del tiempo que hemos vivido. Todas son grabaciones en vivo, con público, excepto en el Quinto Concierto, el único que se grabó sin público debido a las restricciones impuestas por la situación sanitaria.

Hemos pasado de una inquietud por el Covid a una inquietud con la invasión y guerra en Ucrania, ¿qué cree que pensaría Beethoven de esta reacción humana tan bárbara?

"Qué vida destructiva y desoladora a mi alrededor, nada más que tambores, cañones y miseria humana de todo tipo", escribió Beethoven desesperadamente a su editor Breitkopf & Härtel, mientras las tropas de Napoleón sitiaban Viena en 1809 y componía su Quinto Concierto. Si usted recuerda, también Beethoven inicialmente quiso dedicar su Tercera Sinfonía a Napoleón, pero debido a la guerra retiró inmediatamente esa dedicatoria. Definitivamente, pienso que las circunstancias externas que se estaban viviendo tuvieron un efecto en la obra de Beethoven en aquel momento. Y supongo que no sería diferente hoy en día. Beethoven era un humanista, fue un profundo admirador del filósofo Emmanuel Kant. Beethoven había interiorizado su lema, escrito en la Crítica de la Razón Práctica: “Dos cosas llenan mi ánimo de creciente admiración y respeto a medida que pienso y profundizo en ellas: el cielo estrellado sobre mí y la ley moral dentro de mí”. ¿No nos dice esto mucho sobre Beethoven?

Absolutamente… Gracias por su tiempo, ha sido un placer.

por Blanca Gallego

www.margarita-hoehenrieder.de

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