Música clásica desde 1929

Ivo Pogorelich
Septiembre 2019 - Núm. 932

Ivo Pogorelich

El regreso del místico

Camina y observa con tanta calma, que a uno le cuesta asociarlo con aquel fiero intérprete del mejor Gaspard de la nuit que se recuerda, en vivo o en disco, a la serenidad del Pogorelich de hoy. Aquella maravilla de Ravel obrada por un pianista que venía dotado de un genio único, fruto de una multiculturalidad que los Balcanes volcaron en un joven prodigio, se ha transmutado hoy en una serenidad y filosófica visión de la música y del piano, la de un místico. Lo que parecía un “no” rotundo al disco, provocado por una saturación de vivencias personales, veinte años después se ha convertido en un “sí”, que viene justificado por frases como “las grabaciones discográficas son un documento de mi esfuerzo”, o “con los años he acumulado una cierta cantidad de obras interesantes desde la perspectiva de la grabación; es mi deber documentar discográficamente el trabajo que he realizado”. Y ha sido Sony Classical quien se ha llevado el gato al agua, convenciendo al croata para regresar al mundo discográfico.

El pianista, que ya fue portada de RITMO en julio-agosto de 2014 (disponible la entrevista íntegra en nuestra web), donde afirmaba que “los discos tienen alas y vuelan”, ha levantado el vuelo y en cada ala lleva una muestra de su mejor arte, Beethoven y Rachmaninov, sintiéndose en línea directa sucesoria con el primero a través de la escuela de Siloti: “como pertenezco a su escuela particular de piano, siendo el quinto en línea directa de sucesión con Liszt y el séptimo con el mismo Beethoven, también tengo la responsabilidad de promover sus logros en el piano”.

Maestro, regresa al mundo discográfico de la mano de Sony Classical veinte años después de su último disco…

Sí, han pasado veinte años y ahora me complace anunciar dos Sonatas de Beethoven, que grabé hace tres años en Alemania, y la Segunda Sonata de Rachmaninov, del pasado año en Austria. El nuevo álbum comprende estas dos grabaciones efectuadas en marcos distintos.

Beethoven y Rachmaninov… ¿Ve alguna conexión entre ellos?

La conexión tiene que ver con el hecho de que ambos compositores también eran intérpretes, y tenían ganada una amplia reputación de virtuosismo e innovación. En términos de escritura musical, la riqueza, libertad y coraje han elevado a ambos a la vanguardia de la época en que vivieron y nos ha llegado como parte indeleble de la herencia mundial en la historia de la música para piano. Mi interés personal por sus obras siempre ha estado ahí. El interés específico de estos trabajos tiene que ver con mi propia idea sobre la evolución en el piano. Además, quería hacer una contribución como individuo, después de muchas décadas de trabajo tanto en casa, en la soledad de mi estudio, como en las salas de conciertos. Las grabaciones son un documento de mi esfuerzo.

Le escuché tocar en Madrid y en ningún momento soltó la partitura agradecido mientras el público aplaudía… ¿Hasta qué punto hay divismo y se concentra la atención más en el intérprete que en el compositor?

Mis herramientas provienen del arsenal y la capacidad del sonido. No siento ninguna necesidad de ninguna actitud en particular. El público viene a escuchar la música. No soy más que un sirviente de los compositores que interpreto, y estoy tratando de sacar el máximo provecho de sus composiciones y del instrumento en el que interpreto. Este es un proceso complejo que requiere la máxima atención.

Personalmente, creo que su pianismo está más calmado, reposado… ¿Cómo elige los tempi?

La música existe dentro del espacio provisto para ello. También contrasta el silencio. Los tempi en concierto también dependen de muchos factores variables, tales como: la calidad del instrumento, la acústica y el tamaño de la sala de conciertos y la percepción del público. Además de eso, viene la percepción individual de cada oyente y, finalmente, la inspiración del artista. Cualquier variación en los factores mencionados anteriormente tiene un impacto en una interpretación particular. Por eso, en mi opinión, dar conciertos es una particular disciplina, mientras que la música grabada es otra.

¿Por qué las Sonatas Opp. 54 y 78 de Beethoven? No son muy habituales, y flanquean a la Appassionata

Una de las razones por las que estas obras no se interpretan con mayor frecuencia radica en su extrema dificultad técnica y su enigmático contenido poético. El compositor estaba en el apogeo de su capacidad y comenzaba a tratar el teclado como el patio de recreo para una innovación nunca antes vista, que allanaba el camino para un mayor desarrollo del arte de tocar el piano. Lo que también era nuevo era la carga de configuraciones ilimitadas dentro de un espacio y tiempo corto y condensado.

Necesita una figura titánica como Beethoven que en 2020 se le recuerde constantemente o debería ser un alimento diario en cualquier dieta cultural…

Se pueden hacer miles de preguntas, pero la respuesta es muy simple: Beethoven como creador se encuentra en los mismos cimientos de la música clásica y la música para piano. Es seguro decir que, como figura musical completa, es inevitable.

¿Qué es Beethoven en su vida? ¿Qué sería de nosotros si no hubiera existido?

En tal caso yo no tocaría el piano tan bien... Siendo alemán también fue un arquitecto y un ingeniero de la música. Como pertenezco a su escuela particular de piano, siendo el quinto en línea directa de sucesión con Liszt y el séptimo con el mismo Beethoven, también tengo la responsabilidad de promover sus logros en el piano (el pianista proviene de la escuela de Siloti -nota del editor-). Mi tarea es encontrar en mi trabajo la forma de continuar esa línea brillante a la que, en virtud del destino, pertenezco.

¿La Sonata n. 2 de Rachmaninov la interpreta en su versión original de 1913 o la revisada de 1931?

La versión revisada es la definitiva. Al igual que Beethoven, Rachmaninov estaba tratando de encontrar una arquitectura más compacta para su música. ¡Lo logró!

¿Qué obras tiene pendientes? Habló hace unos años de las Goldberg o del Libro I de Preludios de Debussy…

Debe ser un error, nunca hablo de mis proyectos antes de que se realicen.

Y después de este disco, qué prefiere, silencio discográfico o seguir por este camino…

Con los años he acumulado una cierta cantidad de obras interesantes desde la perspectiva de la grabación. Es mi deber documentar discográficamente el trabajo que he realizado.

Como sabemos que su castellano es muy bueno, es de imaginar que disfruta de nuestro país, ¿tiene visitas o conciertos en esta nueva temporada en España?

Su país siempre es inspirador. Estoy más que feliz de volver a visitar España en cualquier momento, siempre que haya una oportunidad. Cuando no estoy en España, aprovecho la televisión por satélite y, a menudo, veo programas en español. Para 2020 tengo varios conciertos en España, uno en Jaén, como apertura del Concurso Internacional de Piano de esa ciudad en abril, otro en el Auditorio Nacional de Madrid, en junio, ambos con obras de Bach, Beethoven, Chopin y Ravel, y en otoño con la Orquesta Camera Musicae, con el Concierto para piano n. 2 de Rachmaninov.

Gracias por su tiempo, estaremos atentos a estos conciertos en España. Ha sido un placer.

https://ivopogorelich.com/
 

BEETHOVEN: Sonatas para piano n. 22 en fa mayor Op. 54 y n. 24 en fa sostenido mayor Op. 78. RACHMANINOV: Sonata para piano n. 2 en si bemol menor Op. 36.
Ivo Pogorelich, piano.
Sony Classical 19075956602 (CD) DDD · 54’
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Beethoven era un asunto pendiente para Pogorelich, al menos discográficamente hablando. Y con estas dos Sonatas poco habituales, pero de un espíritu encantador, sobresale su genio, ya que en estas obras hay una discontinuidad del tempo, una ambivalencia de estados anímicos, ideal para la personalidad del pianista croata. Por no hablar de Rachmaninov, con la excesiva Sonata Op. 36 (en su versión revisada y definitiva de 1931). La Op. 54 nos deja instantes conmovedores, como los fortes del Menuetto inicial, o el pasaje en indicación Adagio que da paso al Tempo primo que vierte una coda de excelente factura. Otro detalle es la absoluta claridad en la articulación, como ocurre en todo el Allegretto. En la Op. 78, las indicaciones de leggieramente y los sutiles crescendi son realizados de manera extraordinaria, creando un fluir irresistible, mientras que el Allegro vivace es tratado con un potencial sonoro heredado de la Appassionata, su Sonata predecesora en el ciclo.

La primera frase de la Sonata de Rachmaninov nos deja un colorido pianístico único, sello de un pianista que ha atravesado un alambre de espino para llegar a un lugar de dolor y esperanza, que son los elementos que Pogorelich conjuga en su Rachmaninov. La afortunada falta de azúcar (especialmente en el Lento) y su progresión hacia una continua claridad sonora, convierten la escucha en una apasionante experiencia.

Gonzalo Pérez Chamorro

https://www.sonyclassical.es/

 

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