Música clásica desde 1929

ESMAR
Junio 2021 - Núm. 951

ESMAR

Diálogo de maestros a 5 voces

Rubén Talón, Xelo Giner, Cristóbal Soler, Daniel Fuster e Isabel Monar, tal como aparecen de izquierda a derecha en la foto de la  portada de este número de RITMO, se han sumado de manera coral a una entrevista que es como un encuentro a 5 voces sobre ESMAR, la Escuela Superior de Música de Alto Rendimiento con sede en la Comunitat Valenciana, cuyo objetivo es formar profesionales cualificados y con un dominio completo de la técnica, preparados para desarrollar sus competencias en un mercado laboral cada vez más exigente.

“Debemos inculcar al joven estudiante que nuestro mayor objetivo es el afán de aprendizaje y superación humana-artística con la máxima humildad posible durante toda nuestra profesión vitalicia”, afirma Cristóbal Soler en esta entrevista, ya que el cuidado y la atención al alumno es una de las características primordiales en ESMAR, algo que amplía el pianista Rubén Talón: “las fortalezas de ESMAR para mí son, sin duda, poner en el centro del proyecto formativo la máxima realización del alumno mediante un trato individualizado y un programa riguroso y exigente, y haber confeccionado un plan de estudios que ofrece al instrumento el protagonismo que merece”. Por su parte, Isabel Monar nos relata en esta entrevista que “la experiencia real del profesor es importante en cualquier disciplina que se desee enseñar; en mi caso concreto, baso mucho mi pedagogía en la propia vivencia”. La relación profesor-alumno sigue siendo para el oboísta Daniel Fuster una base sólida en el aprendizaje y perfeccionamiento: “la estrecha relación que tenemos me permite programar un contenido por cursos para cada uno de los alumnos”. Y finalmente, la saxofonista Xelo Giner, que incide en el hecho de la vivencia: “el contacto directo con los escenarios y el público son el eje vertebrador del proyecto del aula”. 

CRISTÓBAL SOLER
Cristóbal Soler es todo un referente en la dirección de orquesta internacional y ha tomado, en varias ocasiones, la batuta de la Orquesta Sinfónica ESMAR.

Precisamente la orquesta sinfónica es uno de los grandes valores de ESMAR. ¿Qué destacaría de este proyecto que tiene planes de trabajo como una orquesta profesional? ¿Por qué un director de la talla de Cristóbal Soler, que ha dirigido grandes orquestas de todo el mundo, se pone al frente de una orquesta de un conservatorio superior?

Es un proyecto muy cercano a la realidad profesional; de hecho, el plan pedagógico sigue unas directrices similares a lo que sería un plan profesional; eso sí, guiado por profesores con mucha experiencia y sabiduría en el escenario. Pienso que es el eslabón necesario entre la formación y la profesión musical. Creo que es fundamental que podamos compartir, mostrar, enseñar nuestros conocimientos y experiencias musicales a los jóvenes músicos en su última etapa de formación académica. Además, debemos inculcar al joven estudiante que nuestro mayor objetivo es el afán de aprendizaje y superación humana-artística con la máxima humildad posible durante toda nuestra profesión vitalicia. 

La Orquesta Sinfónica ESMAR trabaja por encuentros intensivos que duran una semana. ¿Podría contarnos brevemente cómo funcionan estos encuentros y cómo vive usted la experiencia? 

A través de una metodología de ensayo, basada en la mejora a través de la repetición, intento acercar al joven músico el mundo real de una orquesta. En cada encuentro tenemos una semana de ensayos con un concierto al final, por lo que el ritmo de trabajo es muy intenso. Desde el primer día abordamos parámetros musicales muy cercanos al concierto como son los tempi, los trato como verdaderos profesionales en cuanto mis exigencias musicales; es más, provoco caídas intencionadas para que aprendan a levantarse solos. Esto es fundamental para mí, les muestro lo que significa la contención y la emoción en la música. Es una semana que la vivo con mucha emoción, ya que ellos lo dan todo. Es muy gratificante estar con estudiantes; además, contamos con una energía positiva común increíble, sientes que están ávidos de mostrar su arte al público. Así, a través de los encuentros de la orquesta, practican la generosidad de ceder su ego para lograr un objetivo mayor propio del colectivo, y esto es algo maravilloso.

RUBÉN TALÓN
Rubén Talón es uno de los pianistas españoles más reconocidos, con más de 30 primeros premios internacionales a sus espaldas, y está formando toda una auténtica escuela de pianistas en ESMAR.

Dicen que nadie es profeta en su tierra, pero usted vino directamente desde la prestigiosa Accademia Internazionale di Imola, en Italia, a ESMAR, en Valencia. ¿Por qué tomó esta decisión? ¿Qué fortalezas encuentra en el proyecto de ESMAR?

Durante estos últimos años estaba desarrollando mi carrera concertística y docente en Italia, pero tenía la ilusión de volver a Valencia y ofrecer, con toda humildad, mi experiencia musical en mi ciudad. Y afortunadamente es lo que ha ocurrido con ESMAR. Las fortalezas de ESMAR para mí son, sin duda, poner en el centro del proyecto formativo la máxima realización del alumno mediante un trato individualizado y un programa riguroso y exigente, y haber confeccionado un plan de estudios que ofrece al instrumento el protagonismo que merece, todo con la excelencia de un profesorado que sigue en activo con su actividad concertística. Entre otros muchos, son los fundamentos claros del éxito que está teniendo ESMAR. Y esto permite que el alumnado consiga una mejora continua y alcance nuestro objetivo fundamental, que se sienta realizado y feliz. 

Carrera de concertista internacional, producción de vídeos, apariciones en prensa y televisión, presencia en jurados de concursos internacionales y una intensa actividad en redes sociales. Vemos que Rubén Talón es un pianista con una proyección mediática fuerte. ¿Qué hay en su trayectoria que atrae el interés mediático?

Estoy muy agradecido por el interés que siempre ha suscitado mi carrera musical en los medios de comunicación. Considero que la favorable acogida que han tenido los conciertos que he realizado, a nivel de público y de crítica, y los primeros premios obtenidos en múltiples concursos internacionales, han motivado su atención. No obstante, también han mostrado interés al reflejar en sus artículos cómo descubrí mi pasión por el piano de forma casual y tardía, a la edad de 12 años, y que ello no fuera impedimento para tener la fortuna de ser el primer pianista español admitido en una de las academias más importantes del mundo. La formación en esta institución me ha permitido comprender la dimensión tan relevante que tiene el recibir una instrucción pianística del máximo nivel.

Tiene usted alumnos en ESMAR de varias nacionalidades, chicos y chicas que llegan de varias partes del mundo para estudiar con usted y escuchar sus consejos. ¿Por qué sus clases provocan este efecto llamada? ¿La técnica, la musicalidad, la personalidad?

Para mí, un maestro debe reunir un amplio compendio de competencias, pero todas ellas basadas en la ética y en sólidos principios. Por supuesto que la técnica, la musicalidad y la personalidad del maestro trascienden, pero todo ello deja de tener sentido sin una vocación que ponga en el centro al alumno, en un ámbito de excelencia, rigor y respeto recíproco. Tengo el orgullo de decir que han venido a Valencia alumnos de diferentes regiones de España y de otros países (los últimos desde Argentina e Italia), para inscribirse en mis clases de ESMAR. ¡Qué más puedo pedir! Entiendo que puedan valorar la formación que he recibido en instituciones de máximo prestigio a nivel mundial, mi trayectoria concertística y la experiencia que he acumulado en múltiples concursos internacionales y, ahora también, como jurado de ellos. No obstante, como maestro espero que valoren y me recuerden como una persona que quiso sacar lo mejor de ellos, que quiso hacerlos felices, que quiso hacerles comprender lo importante que son valores como el entusiasmo por lo que hacen, la búsqueda de la mejora continua, la sinceridad y la humildad, entre otras muchas competencias. Sus éxitos son y serán siempre una parte importante de mi felicidad.

ISABEL MONAR
De los coliseos de ópera a las aulas de ESMAR, así ha sido la trayectoria de Isabel Monar: EE.UU, México, Italia, Alemania y un sinfín de países más, y ahora Valencia, su casa.

¿Es importante que una soprano haya tenido experiencia real en los teatros para poder enseñar a cantar?

Yo creo que la experiencia real del profesor es importante en cualquier disciplina que se desee enseñar. En mi caso concreto, baso mucho mi pedagogía en la propia vivencia. El hecho de haber trabajado a fondo la técnica me da una seguridad y una libertad en mis clases que muy probablemente los alumnos perciben. Pero la técnica no lo es todo en una carrera de tantos años sobre los escenarios de teatros y auditorios, hay un sinfín de detalles importantes: enfrentarse al estudio y a la memorización de una ópera, cómo actuar en el escenario ante el público, vivencias con directores y colegas e incluso cómo afrontar la solitaria vida de los viajes. Son ingredientes importantes para hacer del cantante un buen músico profesional. En ESMAR tengo la inmensa suerte de sentirme libre para compartir toda esa experiencia con mis alumnos.

El nombre de Isabel Monar está indisolublemente vinculado al de Ana Luisa Chova, y ambas forman un tándem potentísimo en lo que a escuela de canto se refiere. ¿Cómo son las clases de canto de Isabel Monar? ¿Por qué sus alumnos sienten esa gran conexión consigo mismos y con el canto en sus clases, como ellos mismos explican?

Como yo lo percibo, mis clases son de un trato personal muy humano. Veo antes a la persona que al alumno y esto es algo que, como bien dice, aprendí de mi profesora Ana Luisa Chova, con quien también experimenté la importancia de la belleza en el sonido y a hacer música por encima de todo. Creo que entre profesor y alumno debe existir una confianza total y mucha empatía para poder sacar lo mejor de él. Por otro lado, no existe un patrón que se ajuste a todos los alumnos por igual, creo que una de mis habilidades enseñando es que me adapto a las necesidades de cada uno. Hay alumnos que responden mejor cuando los llevas más al límite y otros, en cambio, necesitan más dulzura en el trato. Por lo tanto, las clases deben ser dinámicas. En todo caso, se trata de acompañar al alumno en su camino de descubrir su voz, que es un instrumento que depende tanto del cuerpo físico como del mundo emocional. Y esa es la razón de que lo haga tan especial y de que se produzca esa conexión con uno mismo. Disfrutar del aprendizaje y pasarlo bien es otra de las claves.

En ESMAR cuentan además con pianistas repertoristas especializados de un alto nivel y con los que usted suele trabajar habitualmente el repertorio lírico. Y no solo en las clases del grado, sino también en los cursos de especialización. ¿Quiénes son? ¿Qué formación ofrecen en ESMAR y a qué perfil de cantantes va dirigido?

Tengo la suerte de contar en este equipo con Diego Sánchez como profesor de repertorio, un gran profesional con una larga trayectoria. Esta asignatura es muy importante para el cantante, ya que en ella se trabajan los diferentes estilos, idiomas y todos los detalles para una buena interpretación. La elección de un repertorio adecuado es fundamental en el cantante, porque de ello dependerá qué rumbo tome su carrera y también a la larga su salud vocal. En este sentido, tanto el profesor de canto como el de repertorio deben hacer un buen tándem; esto es lo que hemos conseguido en ESMAR. En nuestros cursos de verano contamos también con la colaboración de Vicente David Martín, otro gran profesional con mucha experiencia como repertorista de canto.

DANIEL FUSTER
Daniel Fuster dirige el aula de Oboe en ESMAR donde, además de impartir las clases del grado superior, se organiza el Seminario Internacional de Oboe con un perfil aún más especializado.

¿En qué consiste este seminario y qué profesores imparten docencia?

El Seminario lo comparto con Jesús Fuster, quien fue mi maestro, y con Stefan Schilli, uno de los intérpretes de oboe más importantes hoy en día, con quien tuve el honor de estudiar en el Mozarteum de Salzburgo. El seminario consiste en dos encuentros al mes que se imparten en fines de semana alternos y duran cada uno de ellos tres días. El nivel del alumnado es muy alto. Técnicamente tienen ya unos buenos conocimientos y eso nos permite centrarnos más en la parte meramente musical e interpretativa de las obras. Tratamos de ayudarles en el camino de encontrar una personalidad propia como intérpretes.

Algunos de sus alumnos son ya destacados intérpretes que están ganando concursos internacionales y plazas en orquestas de reconocido prestigio. Seguramente tendrá mucho que ver con la docencia que imparte, después de acumular experiencia en la Gewandhausorchester Leipzig o la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera de Múnich. ¿Cómo prepara usted a sus alumnos en ESMAR? ¿Qué destacaría de sus clases de oboe?

Cada alumno tiene su propia evolución, aunque estén en el mismo curso. Procuro trabajar con ellos adecuándoles el repertorio y el trabajo técnico que considero adecuado en cada caso. La estrecha relación que tenemos me permite programar un contenido por cursos para cada uno de ellos. En la preparación de concursos o pruebas para orquestas, aprovecho mi experiencia personal para transmitirles los conocimientos adquiridos a lo largo de estos años: Cómo prepararlos a nivel instrumental a través de una buena planificación del estudio, cómo afrontar los nervios o cómo gestionar los propios sentimientos.   

Cuando el río suena, agua lleva… Anuncia usted un curso de oboe en ESMAR y tiene que colgar el cartel de completo a las pocas horas. Está claro que tiene usted un poder de convocatoria enorme. ¿Por qué recomendaría ESMAR a quienes quieren estudiar con Daniel Fuster?

Recomendaría que viniesen a estudiar a ESMAR claramente porque es un centro muy innovador con una carga lectiva que permite dedicarse a tocar el instrumento, que es lo más importante en un conservatorio superior. También porque ESMAR ofrece una flexibilidad que nos da la oportunidad de hacer un trabajo totalmente individualizado con cada alumno. Además, procuramos experiencias formativas más allá del aula como el Seminario Internacional, la Orquesta Sinfónica ESMAR, toda la intensa actividad concertista y de cámara, y otras actividades como los talleres de construcción de cañas con el prestigioso Julien Berthelot o las exposiciones de la marca de oboes Howarth, de la que soy artista representante. De verdad que por todo esto, pero sobre todo por el altísimo nivel del alumnado de mi aula y el buen ambiente, me siento realmente un privilegiado por formar parte de ESMAR.

XELO GINER
El aula de saxo es una de las más numerosas de ESMAR, con una saxofonista que acaba de grabar un disco en Naxos y premiado internacionalmente.

¿Cuál es el secreto para que los alumnos y alumnas confíen en una saxofonista como Xelo Giner? ¿Qué magia encierran sus clases que despiertan tanta expectación?

El proyecto del Aula de Saxofones ESMAR pretende reunir los requisitos necesarios para conseguir una formación integral de los alumnos: ser intérpretes a través de la propia experiencia de manera activa y a través de los conciertos. Considero varios factores indispensables: el nivel de exigencia individual, tanto técnico como interpretativo, y el conocimiento estético del repertorio programado. Otros aspectos indispensables son el trabajo de música de cámara, la preparación de concierto con piano, el cuarteto y la música de cámara en pequeño formato. Para todo esto, sin duda alguna, el contacto directo con los escenarios y el público son el eje vertebrador del proyecto del aula. Considero que la magia no existe, el secreto es fomentar y mantener viva la motivación para que puedan aprender a realizar un estudio con un elevado nivel de exigencia y, por supuesto, muchas horas de trabajo. Todo ello con un importante toque de energía. 

Vemos constantemente la actividad artística de Xelo Giner sobre los escenarios, tanto que usted se ha convertido en un referente de la música de vanguardia. Incluso mantiene una relación personal con György Kurtág, quien la invitó personalmente a participar en su 90 aniversario en el Palace of Arts de Budapest. Recientemente ha visto la luz en el mercado un nuevo disco suyo en Naxos, ¿cómo consigue compaginar la actividad artística con la docente?

Soy una persona con muchas inquietudes, amante de mi trabajo e involucrada en muchos proyectos y ello me ayuda a crecer tanto en lo personal como musicalmente. Actualmente, para mí los conciertos y la docencia son dos aspectos inseparables. Me considero una mujer visceral, muy exigente, pero sobre todo con una energía desbordante, ¿será por ello que puedo compaginar ambas? 

Además, dirige usted en ESMAR otros proyectos relacionados con la música contemporánea, como Horizontes Sonoros XX-XXI. ¿En qué consiste exactamente?

Horizontes Sonoros XX-XXI ha sido la primera propuesta contemporánea grupal que ha sido llevada a cabo dentro de ESMAR. Está formada por veinticuatro alumnos y el programa de concierto ha sido diseñado con obras de Mauricio Kagel, Louis Andriessen y John Cage. Destacando los dos primeros, ha sido abordado el concepto de la música teatral y para muchos alumnos ha llegado a ser la primera toma de contacto con la música de la segunda mitad de siglo XX. El aspecto teatral les ha permitido acercarse mejor al concepto estético después de haberlo experimentado a través de la interpretación. Está siendo todo una experiencia fantástica y única.

por Gonzalo Pérez Chamorro

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