Música clásica desde 1929

Elisa Urrestarazu
Febrero 2017 - Núm. 904

Elisa Urrestarazu

Saxo en el Mediterráneo

 

Bañada por el sol del mediterráneo de Málaga, la luz andaluza brilla sobre el instrumento que sostiene la malagueña Elisa Urrestarazu. Este instrumento no es otro que el saxofón, desde el que se expresa esta instrumentista, ya un referente de la nueva generación de saxofonistas europeos. Elisa defiende y apoya el saxofón en su vertiente clásica, ya que, como nos cuenta en la entrevista, es un instrumento relativamente breve, pues “su fecha de nacimiento es 1840”. Elisa estrenará, en breve, el 3 de marzo, en su Málaga natal con la Orquesta Filarmónica de la ciudad, el concierto para saxofón Mercurial, del compositor Eneko Vadillo. Este importantísimo estreno mundial es un acontecimiento para Elisa, pero no el único, ya que le espera una actuación con la Orquesta Nacional de España y su presencia en la temporada de conciertos de la Fundación Juan March de Madrid, además de formar parte recientemente de la lista de artistas Selmer y Vandoren. Becada con el Premio Fundación Musical de Málaga fin de carrera, la beca más importante de este país, dotada con 30.000 euros, que le permitió perfeccionarse en Burdeos con Marie-Bernadette Charrier, un referente mundial del saxofón contemporáneo actual, Elisa Urrestarazu es el saxo del mediterráneo. 

Presentémonos… ¿Quién es Elisa Urrestarazu?

Soy una joven malagueña de 29 años que se interesó por la música a la temprana edad de ocho años, enamorándose del saxofón, viéndose inmersa en el seno de una banda juvenil y paralelamente ingresando en el conservatorio para comenzar sus estudios musicales. En los diferentes grupos con los que he colaborado se despierta el constante interés por potenciar al saxofón en todas sus facetas y posibilidades: música de cámara en grupos irregulares, grupos tradicionales, obras contemporáneas de compositores actuales, transcripciones de otros instrumentos… Demuestra claramente que el saxofón es un instrumento polivalente, y que gracias a sus recursos, efectos y poder expresivo es capaz de adaptarse a cualquier estilo o género, pese a sus escasos años de vida.

¿Saxo o saxofón?      

¡Saxofón siempre!

¿Es el saxofón, llamémoslo por su nombre sin abreviación, un instrumento aún por consolidarse en el repertorio clásico?

Habría que tener en cuenta que el saxofón es un instrumento muy joven, su “fecha de nacimiento” es 1840, que contó con numerosas dificultades para integrarse en el género clásico, sin lograr que compositores importantes de la época se interesaran en él hasta el siglo XX. A pesar del esfuerzo de su inventor por introducirlo en la plantilla orquestal, el saxofón se vio relegado al ámbito de la música militar, dónde sí obtuvo más éxito.

Y las composiciones propias para el saxofón también tardarían en llegar…

Claro, este es otro motivo por el que no disfrutamos de un amplio repertorio clásico, principalmente porque se debe a la escasez del número de saxofonistas profesionales hasta bien entrado el siglo XX, siendo la mayoría clarinetistas, flautistas o fagotistas; este es un hecho poco atractivo para los compositores a la hora de componer directamente para el saxofón. El lenguaje de nuestro repertorio es en su mayoría moderno y contemporáneo, teniendo que recurrir a transcripciones si queremos disponer de obras de compositores importantes del siglo XIX o anterior a la creación del saxofón. Sin embargo, contamos con algunas obras importantes clásicas, entiéndase el adjetivo para principios del siglo XX, de compositores como Tomasi, Glazunov, Debussy o Ibert, entre otros.

¿Cuál es el saxofón que toca?

En cuanto a los tipos de saxofones a ejecutar, cualquier saxofonista posee una formación académica en la que al menos controla tres ejemplares de la familia del saxofón. Cada uno ofrece un timbre específico, algo que atrae a los compositores contemporáneos por la diversidad de colores. Mis gustos personales van orientados más por aquellos de registros graves, aunque utilice en mayor medida el soprano y el alto para la mayoría de obras.

Además de clásico, el saxofón se asocia inevitablemente al jazz, ¿le gusta? ¿Lo toca?

Los saxofonistas clásicos siempre oímos la misma pregunta… Son dos mundos totalmente diferentes; es inevitablemente que nuestro instrumento se relacione con este género. El éxito del saxofón en el jazz fue tan desmesurado que, inconscientemente, cualquier persona asocia dichos conceptos. Me agrada escucharlo, pero jamás me he iniciado a él, he tenido claro mis gustos desde el comienzo de los estudios musicales.

Es usted también docente, ¿cómo es la experiencia con jóvenes? ¿Tiene el saxofón mucha aceptación en las nuevas generaciones?

Disfruto muchísimo con el proceso de aprendizaje de los alumnos; su entusiasmo cuando comienzan sus primeras clases, su desarrollo como intérpretes autónomos, reflexionando por sí mismos y, sobre todo, hacerles descubrir todo lo que nuestro instrumento es capaz de realizar. El saxofón es un instrumento muy popular, que agrada a casi todo el mundo por su atractivo, su forma, color, sonoridad, flexibilidad en todos los estilos, diversidad de recursos tímbricos… Se asocia con lo joven y moderno, atrayendo a todo tipo de público. La demanda del instrumento en los conservatorios y escuelas aumenta, debido también al protagonismo que ha alcanzado en la música popular. El saxofón vive una época dorada, dónde ha demostrado con creces su poder expresivo y sonoro, su timbre característico atrapa a casi todo el mundo.

Como un violonchelista que abraza a su instrumento, usted también tiene un contacto físico muy peculiar con su saxofón…

Adoro mi instrumento y lo considero parte de mi vida, se le tiene mucho apego, son muchas horas juntos al cabo del día…

¿Háblenos de profesores o solistas que le hayan influenciado?

Mi momento clave y culminante de mi aprendizaje artístico fue durante mi estancia en Francia; una vez finalizados mis estudios superiores, me concedieron la beca Fundación Musical de Málaga para estudiar durante dos años en el extranjero. Concretamente elegí el conservatorio Regional “Jacques Thibaud” de Bordeaux (Burdeos), con la profesora Marie-Bernadette Charrier, un referente mundial del saxofón contemporáneo actual. Su filosofía, disciplina de trabajo y manera de concebir la música me marcó de tal manera, que tuve claro que había que luchar por mostrar al saxofón, incluso en los estilos que no agradan a todo el público: el contemporáneo.

¿Hablamos de conciertos y proyectos próximos?

Durante este mes de febrero participaré con la Orquesta Nacional de España, y un mes después estrenaremos la obra para saxofón y orquesta de Eneko Vadillo Pérez, Mercurial, con la Orquesta Filarmónica de Málaga. Una semana más tarde realizaré un recital de saxofón y piano, dentro del circuito de conciertos de la Fundación March en Madrid, con un programa formado por transcripciones clásicas y obras originales del instrumento. También colaboraré como solista con la Camerata Arcangelo Corelli, con el siempre complicado Concierto para saxofón de Erik Larsson.

Mercurial… Qué nombre tan sugerente… ¿Cómo es esta música, que además será su estreno mundial?

Mercurial, para saxofón y orquesta, es un concierto muy extenso (unos 30 minutos de duración) y ha sido compuesto por Eneko Vadillo Perez, compositor malagueño, como yo, nacido en 1973. Gracias a la concesión de una ayuda de la Fundación BBVA, dentro del programa de ayudas a creadores culturales 2015, se estrena el próximo 3 de marzo en el Auditorio Edgar Neville, con la Orquesta Filarmónica de Málaga, dirigida por Diego González.

¿Cómo, cuándo y por qué surgió la idea o posibilidad de estrenar? ¿Estuvo usted ligada a la génesis y creación de Mercurial?

La génesis de este concierto creo que tuvo que ver con conocer la obra de Eneko Vadillo para saxofón. La experiencia previa de Eneko Vadillo con el saxofón es extensa. Desde la primera obra compuesta por Eneko Vadillo, Racines, para saxofón tenor y electrónica, que fue proyecto final del Curso de Composición del IRCAM (Institut de Recherche et Coordination Acoustique/Musique, fundado en 1970 por Pierre Boulez), ha trabajado e investigado, ampliando el repertorio de manera extensa, usando el saxofón en múltiples formatos. Existe, de hecho, una grabación comercial de varias de sus obras, Fusions, disco grabado por el Sax Ensemble (institución fundamental para entender el desarrollo y promoción del repertorio para saxofón en España), dirigido por Juan García Rodríguez. Esto fue importantísimo para poder proponerle que hiciera y que compusiera una obra tras escuchar su música. El formato CD sigue siendo importante y no debería ser eliminado o erradicado. Es vehículo de transmisión y es cultura.

Mientras tomábamos un café, me hablaba que Mercurial explora la creación y organización del material formal derivado de la aplicación consciente de modelos exógenos, acústicos y biológicos principalmente. ¿Puede aclararnos estos conceptos y explicarnos en qué manera o cómo se hace?

Mercurial está dividido en 4 movimientos, cada uno de ellos explora una o varias manifestaciones de la expansión, crecimiento y la proliferación a nivel microscópico y macroscópico. De esta manera, el movimiento 1 usa la inflación cósmica y la energía y flujo oscuro como modelo de expansión. Los movimientos 2 y 3 toman como modelo la dimensión fractal como proceso de generación y proliferación armónica y el movimiento browniano como arquetipo de texturas complejas micropolifónicas y ciertas notas actuando de “atractores”. El cálculo de expansiones armónicas fractales y mapeos Baker se ha realizado con OpenMusic, un programa desarrollado por el IRCAM y que sirve para el cálculo y creación algorítmica de la composición. Permite que operaciones complejas o modelos exógenos (como los fractales o biológicos) sean posibles de manipular desde el punto de vista de un músico, esto es, con notas y relaciones armónicas. Esto es lo que ha hecho muy bien Eneko. Asimismo, esta partitura hace uso de las últimas técnicas de cálculo y manipulación tímbrica, mediante el programa informático Computer-Assisted Orchestration Orquidée, recreando sonidos individuales (Mi bemol en el saxofón, por ejemplo), mediante la mezcla de otros instrumentos.

Mercurial parece un antes y un después en su carrera… ¿Ha sido todo un reto? ¿Es la obra más difícil y compleja hasta ahora de las que ha interpretado?

Estrenar una obra de un compositor de estas características supone, para mí, tener entre manos uno de los proyectos más interesantes de mi carrera. Eneko Vadillo ha confiado en mí y me ha empujado a seguir luchando por incluir al saxofón solista. Sí que ha supuesto un antes y un después en mi carrera, me ha enseñando a tener confianza en mí misma; trabajar con él ha sido un verdadero lujo. Desde el punto de vista técnico, he de destacar de la obra el movimiento 3. Para mí y para cualquier intérprete es un reto por la exigencia, concentración y complejidad técnica. No es un movimiento que explote los recursos tímbricos, sino la energía física del instrumento, en este caso, el saxofón tenor. Es de un alto virtuosismo. Se basa en la adaptación de material que simula movimientos Baker y caóticos según un comportamiento fractal. Un procedimiento de distribución homogénea, pero caótica, a través de un diseño rector fractal.

Un patch de OpenMusic que crea resultados, según parámetros, proporciona un modelo, gesto con el cual se elabora y crea el objeto musical principal del movimiento. Es temático en realidad, obsesivo, implacable en su pulso rítmico, pero para hacerlo hay que meterse a fondo y tener una técnica muy depurada. Eneko Vadillo ha trabajado este movimiento conmigo para poder hacerlo más viable, sin perder ni un ápice de la idea original. Esa creo que es la clave en la interacción entre intérprete y compositor. Encontrar el cómo se puede hacer y no eliminar posibilidades sin más.

Al estar en contacto directo con el compositor, ¿qué destaca de Mercurial?

Destacaría la unión de una profunda reflexión sobre los aspectos que son contemporáneos en al creación actual… Aquellas fuentes de inspiración que son propias de este momento, y como las ha transformado en música que podría ser interpretada y analizada desde puntos de vista tradicionales, fusionando modernidad y cierta tradición. Así, por ejemplo, el movimiento browniano, la dimensión fractal, la reverberación, los delays, procedimientos y terminologías nada usuales son usadas, calculadas y traducidas en texturas y armonías que además de muy complejas, reflejan la idea sobre la que se inspiran, casi “sientes” una reverberación, delay o movimiento browniano.

Su vinculación con esta música parece muy fuerte, imagino que la interpretará, además del estreno del día 3 de marzo, en más ocasiones…

Creo que Mercurial es una obra que culmina una etapa creativa en la trayectoria de Eneko Vadillo y que abre nuevos horizontes y caminos por desarrollar, donde tecnología, ciencia, arte e intérprete interactúan en un todo unificado. Creo que es una obra que no solo aporta algo único al escaso repertorio para saxofón y orquesta español, es o va a ser una obra a la que espero darle difusión internacional, pero es difícil hoy en día, por muchas razones…

Esas razones nos tememos que en RITMO las conocemos… Cambiemos de instrumento… Después de un intenso trabajo, experiencia y numerosos premios, qué piensa Elisa Urrestarazu de la dedicación profesional a la música, ha siso premiada en numerosos concursos, ¿qué experiencia le han dejado? ¿Qué cosas cambiaría o mejoraría?

Pienso que cada vez es más difícil hacerse un hueco en el panorama clásico actual, y más siendo un saxofón, que aún se cataloga como instrumento jazzístico o contemporáneo, sin apreciar su sutileza en el género clásico a través de transcripciones u obras originales. La experiencia en los concursos tiene una doble vertiente, por un lado se convierte en la meta perfecta de motivación para preparar un recital, una manera de ponernos a prueba, a un nivel de exigencias muy alto, algo muy gratificante y constructivo como intérpretes. El premio podemos considerarlo como algo meramente representativo a esa prueba de esfuerzo personal, ayudándonos en el desarrollo hacia una mejor autoestima y un mayor control en el escenario. Sin embargo, si no somos premiados, tendemos a lo contrario, pero debemos pensar en el objetivo del concurso; metas personales, experiencia y disfrute con la música.

Y como aspectos a cambiar; considero que es una pena que todos los instrumentos puedan realizar pruebas para acceder a las orquestas y escaseen dichos exámenes para los saxofones… Se debería incentivar por igual a todos los instrumentos para dar nuevas oportunidades. Por otro lado está el diseño de las programaciones de las orquestas, existe un número pequeño de obras con saxofón integrante o con saxofón solista, lo ideal sería abrir un poco el horizonte a nuevos estilos imperantes vanguardistas, aunque sólo guste a un público minoritario, debemos continuar con la tradición escrita de músicos vivos.

Tiene redes sociales y se muestra a favor de su uso para difundir la música y sus actividades. Además, su atractiva y juvenil imagen refresca un mundo, el de la música clásica, algo rígido. ¿Cree que son necesarios cambios?

Las redes sociales son cruciales en los tiempos que vivimos, pues estamos demasiado condicionados y unidos al desarrollo tecnológico. Como medio de difusión, supone el principal camino de promoción de conciertos, festivales y eventos. No considero que el mundo de la música clásica sea rígido, se mantiene una tradición de muchos años y pienso que es necesaria, pero podemos darle un toque moderno al lanzar o presentar nuestros conciertos en redes sociales para que llegue a más gente. También es cierto que, desde fuera, el género clásico se percibe como algo difícil de comprender y elitista, en un auditorio “cerrado”, con un protocolo determinado… Pero no existen medidas repentinas que puedan ayudar al cambio de mentalidad, aunque sí es cierto que el concepto del clásico en otros países es, lamentablemente, diferente al nuestro.

Además de solista, trabaja intensamente en formaciones de cámara y sinfónicas…

A la hora de programar, las formaciones camerísticas son más factibles que las solistas, y además contienen un nivel de exigencia grande para el intérprete, como es la formación de saxofón y piano. Me encanta trabajar con otros instrumentos, como instrumentos de viento, familia de saxofones, con piano, etc. Aprendo muchísimo con cada uno de ellos, intentando adaptarme a cada timbre y concepciones musicales propias.

El Premio Fundación Musical de Málaga fin de carrera le permitió una beca de dos años para realizar estudios en Burdeos…

Burdeos fue una experiencia importante en mi vida, existe una gran actividad musical y cultural, pudiendo disfrutar de compositores importantes contemporáneos como F. Rossé, C. Havel o T. Alla, entre otros. El mismo J. M. Londeix también vive cerca de la ciudad y podíamos disfrutar de sus conferencias y mesas redondas. El premio Fundación Musical de Málaga, que está dotado con 30.000 euros, me ayudó a abrir un poco más mi mente.

¿Háblenos de sus instrumentos? ¿Tiene varios?

Tengo soprano, alto, tenor, aunque en Burdeos los toqué casi todos, incluido el bajo, ¡me encantaría tener en un futuro la familia entera!

¿Elíjanos una obra para saxofón de la que esté enamorada…?

No tengo ninguna obra favorita, pero sí tengo algunas con las que disfruto mucho, eso sí, las trabajo durante un tiempo sin repetirlas en demasiados conciertos, prefiero renovar repertorio para motivarme con el descubrimiento de la siguiente… Una obra que considero muy interesante es Chemin VIIb de Berio, para orquesta y saxofón alto, basada en su propia Sequenza IXb, escrita dentro de las 14 Sequenzas que Berio compuso para instrumentos a solo. Actualmente, la obra original para saxofón que más me ha atrapado es la Sonata de Albright y, ¡por supuesto, mi estreno de Mercurial!

Hablaba de la polivalencia del saxofón en las transcripciones…

Alucino con las transcripciones, casi cualquier obra clásica capta mi atención,  ahora estoy disfrutando de la Sonata Op. 120 n. 2 de Brahms, un lujo para los sentidos. Sí que me gustaría poder hacer (si me lo permite el compositor) una transcripción del Concierto para clarinete del compositor Magnus Lindberg para saxofón y poder estrenarlo algún día…

Señor Lindberg, si nos lee, tome nota, con Elisa todo es posible… Gracias por su tiempo, ha sido un auténtico placer.

http://www.elisaurrestarazu.com/

http://www.fundacionmusicaldemalaga.es/

Por Gonzalo Pérez Chamorro
Fotografías de © Jorge Urbano

 

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