Música clásica desde 1929

Cavatina Duo
Junio 2016 - Núm. 897

Cavatina Duo

Ecos sefardíes

La música es un eficaz método de transporte para viajar tan lejos como la imaginación lo permita. En esta ocasión, la travesía viene de la mano del Cavatina Duo, Denis Azabagic y Eugenia Moliner proponen en su último proyecto un llamativo recorrido que se inspira en las raíces de ambos, bosnias y españolas, para viajar hasta el corazón de Europa. Melodías sefardíes, ritmos andaluces y cadencias del Mediterráneo con formas y presencias de la música del siglo XXI se suceden nada más cerrar los ojos y escuchar Sephardic Journey. La propuesta, novedosa y muy interesante, ha contado con la colaboración de varios compositores e intérpretes y ha tenido como principal objetivo ampliar el repertorio para flauta y guitarra. A través de las nueve obras que lo componen, el folklore y la música clásica se unen para trazar caminos comunes y susurrar al oyente historias de ayer y promesas del mañana.

El Cavatina Duo tiene una larga trayectoria musical ¿cómo y cuándo pensaron en convertir su dúo en profesional?

En el año 1999 el sello Ópera Tres publicó nuestro primer disco como dúo. Tuvimos buena acogida por parte de la crítica internacional y este fue el primer impulso que nos animó a implicarnos de lleno. Después, para que siga funcionando, es muy importante ser constante y forjar el camino día a día. Ya han pasado muchos años desde nuestro primer CD, pero la curiosidad artística y las ganas de  descubrir y crear nuevos proyectos siguen intactas.

¿Qué tiene de especial la música de cámara para flauta y guitarra?

La guitarra es un instrumento íntimo y la flauta se adapta muy bien a ese nivel de sonoridad. En otros aspectos nuestra combinación es comparable a la de flauta y piano, donde la polifonía del piano, como la de la guitarra, tiene un papel más acompañante. La falta de volumen de la guitarra en comparación con la del piano se elimina con el uso de la amplificación. Hoy en día la tecnología está tan avanzada como para ayudar a la guitarra a sonar más fuerte sin que se pierdan otras cualidades acústicas. Debemos aceptar su uso con determinados instrumentos, de la misma manera que la tecnología mecánica se aplicó a muchos otros con anterioridad. El piano es un instrumento mecánicamente muy avanzado, la flauta ha dado un salto tremendo gracias a las innovaciones de Boehm, y lo mismo debería ocurrir con la guitarra… De momento no se puede incrementar el volumen de su sonido de forma acústica, pero con la adecuada amplificación se soluciona. Eso sí, se tienen que aplicar el oído y el sentido estético para equilibrar el volumen sin que se pierdan los colores propios del instrumento.

¿Qué repertorio existe para esta agrupación de cámara? 

Existe bastante música escrita para esta combinación, aunque destaca la compuesta en los últimos treinta años, porque es más intricada melódica y armónicamente y porque equilibra las partes técnicas de ambos instrumentos. Sin embargo, no tenemos obras originales escritas por los grandes músicos: Mozart, Bach, Beethoven, Debussy..., por lo que recurrimos a los arreglos y transcripciones de sus obras. En este sentido, estamos dedicando gran parte de nuestro esfuerzo a encargar obras originales con la intención de enriquecer nuestro repertorio, tanto para el dúo de flauta y guitarra como para otras combinaciones de cámara que incluyan la flauta y la guitarra como instrumentos principales.

Entre vuestras grabaciones se encuentra un disco dedicado a Piazzolla y otro a la música de los Balcanes, lo que denota una inclinación por el folklore. ¿Qué os atrae de esta música?

Nos atrae la belleza de estas melodías, ya sean danzas o canciones. Determinados compositores buscan la inspiración en el folklore de su país o en el de otros países y culturas. El de España es uno de los mejores ejemplos porque muchos músicos españoles lo han utilizado para sus obras: De Falla, Granados, Albéniz, Mompou, Turina, Torroba, etc.; y también ha influido en otros compositores fuera de España, como Ravel y Rimksy-Korsakov. Pero no fueron los primeros, desde el Renacimiento, y más tarde en el Barroco, las formas tradicionales se han usado para componer música, las Passacaglia, Pavana, o Alemanda surgieron a partir de la música de danzas.

¿Y entre todos estos grandes maestros, destacarían algún compositor?

Has mencionado a Piazzolla, él es otro caso que claramente enseña cómo un compositor coge el folklore y lo hace “suyo”. Para nosotros, Piazzolla es uno de los ejemplos que nos “abrió” el camino en la búsqueda de otros tesoros folklóricos. Sergio Assad, amigo y mentor, nos aconsejó explorar la música folklórica de nuestros países de origen. Así nació el Balkan Project, utilizando las melodías de los Balcanes como punto de referencia se compusieron las obras para nuestro dúo. Digo componer, porque las piezas tienen la forma de una obra inspirada en una melodía particular, es decir, son “Impresiones” basadas en temas.

¿La flauta y la guitarra se adaptan bien a la sonoridad del folklore?

Esta pregunta tiene varios enfoques: si tenemos en cuenta que la forma más utilizada en la música folklórica es muy sencilla porque sus elementos principales son la melodía y el acompañamiento, entonces debemos contestar que sí, se adaptan perfectamente; pero por otra parte, el compositor es el que realmente escoge una joya folklórica y crea una obra más compleja a partir de ella, para cualquier instrumento. Desde esta perspectiva el éxito de la música lo merecen su talento y capacidad para componer.

¿Qué aporta esta música a la clásica?

El folklore enriquece a la música clásica. Es la inspiración que los compositores buscan con frecuencia porque los temas son reconocibles y esto les ayuda a conectar su música con la audiencia. Muchos compositores de diferentes orígenes (españoles, rusos, alemanes, italianos) han tenido su momento “nacionalista musical”, en él han explorado la música con la que han crecido, tradicionalmente hablando.

¿Consideran España un país permeable a este tipo de música?

Sí, la gran variedad y riqueza folklórica de España es una fuente de inspiración para muchos compositores; y según nuestras propias experiencias, casi siempre es bien acogida por la audiencia.

Acaban de presentar su nuevo proyecto, Sephardic Journey, cuyo origen se encuentra en su familia ¿podrían explicarlo?

En 1996, cuando se acabó la guerra civil en Bosnia-Herzegovina, fuimos a visitar a la familia de Denis y conocimos a su tía-abuela Razija. Al enterarse que yo era española, empezó a hablarme en castellano antiguo, medieval. Esas primeras palabras resonaran en mis oídos como si de un personaje de Cervantes se tratase. Nos sorprendimos, de hecho Denis se quedó boquiabierto, pues nadie sabía que hablaba español. Razija nos dijo que era descendiente de los judíos sefardíes y que la lengua que hablaba, así como las canciones e historias que sabía, fueron pasándose de generación en generación desde que sus antepasados fueron expulsados de España a finales del siglo XV. Nos explicó que su madre se convirtió al Islam cuando estalló la Segunda Guerra Mundial para escapar de los nazis. Para terminar, nos contó que su verdadero nombre era Matilde de Mazal Medina y que lo había cambiado a principios de los años cuarenta. Tiempo después, una amiga mía en España, profesora de Historia, me informó casualmente que mis apellidos, especialmente Ferrer, son de origen sefardí.

¿Fue entonces cuando se decidieron por la música sefardí?

Todavía pasarían muchos años hasta que todas estas experiencias se hicieron realidad. Fue en el año 2010, después de que se publicara nuestro disco The Balkan Project. Para este trabajo habíamos encargado las piezas (excepto dos de ellas) a varios compositores, y todas tenían una base que proviene de las danzas y canciones tradicionales de los Balcanes. Cuando pensamos en hacer un proyecto similar basado en el legado folklórico español no encontrábamos una idea que se ajustara a nuestros propósitos, España es un país con una riqueza cultural inmensa y la música no es una excepción.

Entonces, ¿cuál fue el detonante definitivo?

El encuentro con Razija y la historia de mis apellidos seguía en nuestros pensamientos después de todos estos años, pero la música sefardí parecía lejana y desconectada de la España que yo conocía. Por aquel entonces, recibimos una invitación para tocar unos tríos con una cantante y el programa incluía, entre otras obras, unas canciones sefarditas de Manuel Valls. Después del concierto se disiparon las dudas, nuestro siguiente proyecto tenía que estar basado en estas canciones antiguas con las que nos sentimos conectados desde el primer ensayo. Empezamos a escuchar música sefardí y descubrimos que hay canciones en las que se percibe “España”, pero hay muchas otras donde la música es diferente. Al marcharse de este país, los judíos se habían llevado consigo las canciones, tanto la letra como la música, pero con el paso del tiempo y las influencias musicales de cada lugar en el que se asentaban, la música había cambiado muchísimo. A pesar del arduo y difícil camino recorrido por tantas personas expulsadas, no habían olvidado su lengua, su cultura y su música. Por todo ello este proyecto tenía que ocurrir; Matilde era la prueba de ello.

Cuestión de voluntad y principios…

En la historia de la música clásica han sido muchos los compositores que han cogido prestado el folklore de diferentes países, que es lo mismo que pensamos que había que hacer con esta. Aún sin una patria común, la cultura sefardí y por tanto su música, sigue viva en la memoria de los descendientes y los que hemos tenido la suerte de estar expuestos a ella. Teníamos que poner nuestro granito de arena para mantener viva esta rica cultura que floreció hace casi mil quinientos años en la península Ibérica.

¿Cuáles son los puntos en común entre The Balkan Project y Sephardic Journey?

Para ambos hemos explorado las músicas folklóricas de nuestras respectivas raíces y hemos escogido las melodías sobre los que se han basado las nuevas composiciones.

¿La música sefardí debería considerarse música antigua, emparentada con la clásica o folklórica?

Ambas. Las melodías de las canciones sefardíes nacen del folklore del pueblo. Son temas simples, sin mucha complejidad armónica, que se enriquecen, sobre todo rítmicamente, por la influencia de las diferentes culturas con las que se convivieron los sefardíes en sus viajes. Uno de los compositores que ha trabajado con nosotros en este proyecto, Clarice Assad, en su sexteto Sephardic Suite, expresa claramente la influencia rítmica de la cultura del medio oeste en las canciones sobre las que la ha compuesto.

Desde la música clásica, ¿se le ha prestado la suficiente atención a la música sefardí?

Nos parece que no, pero podemos estar equivocados. No conocemos otras obras “clásicas” que incorporan estas melodías, pero eso no quiere decir que no existan. Sería mejor preguntar a los musicólogos.

¿Qué puntos en común guardan la música de España y Bosnia-Herzegovina?

Las influencias culturales, y por lo tanto musicales, de los árabes en España están bastante claras. Los árabes y los judíos sefarditas convivieron aquí durante muchos siglos, por lo tanto estamos casi seguros de que las melodías sefardíes también han asimilado estas influencias. Por otra parte, todo el territorio balcánico está marcado por la conquista del Imperio Otomano, con el que tenemos influencias similares. Muchas canciones que Denis cantaba cuando era un adolescente en Bosnia (entonces Yugoslavia) se parecen muchísimo en tonalidad, modalidad, forma y mensaje a las canciones sefardíes. De hecho, había canciones que él creía que eran bosnias solo para descubrir más tarde que eran sefardíes. Desde este punto de vista, hay mucho en común.

Hoy día numerosos solistas y grupos de cámara se sumergen en las bibliotecas para rescatar las obras que interpretarán después. ¿Cómo ha sido el proceso de reunir el repertorio en su caso?

Todas las obras han sido encargadas y compuestas expresamente para este proyecto. Hemos buscado las melodías que más nos gustaban y hemos colaborado con todos los compositores para que cada uno utilizase canciones diferentes en las que basar sus obras. El resultado son 5 piezas muy diferentes con un denominador común, la música sefardí, y con el sello personal de cada compositor.

A. Thomas, J. Williams II, C. R. Rivera, D. Leisner y C. Assad han puesto la música a su servicio, ¿cómo consiguieron involucrarlos en el proyecto?

No era difícil explicar lo que queríamos, porque a todos les conocíamos profesionalmente, excepto a Joe Williams. Este es el tercer disco en el que colaboramos con Alan Thomas,  después del Balkan Project y Cavatina at the Opera. Clarice Assad y Carlos Rafael Rivera también colaboraron con nosotros en el trabajo de los Balcanes y, además, grabamos con ellos toda la obra que incluye nuestra combinación de instrumentos y unos tríos de David Leisner en el CD Acrobats. En cuanto a las obras, recaudamos fondos para encargarlas, todas excepto la de Joe Williams, que fue un regalo de la Sociedad de Guitarra y la Sociedad de Música de Cámara de Austin del año 2014.

También han contado con la colaboración de varios músicos (The Avalon Quartet, Desiree Ruhstrat and David Cunliffe). ¿Qué les atrajo de su proyecto y qué han aportado?

Colaborar con otros músicos ofrece oportunidades para aprender, enriquecerse y desarrollarse como músico y como persona. Jim Ginsburg, el presidente de Cedille Records, nos presentó al Avalon Quartet y con David y Desirée estamos colaborando desde años, les conocemos por medio de nuestra representante. La idea del Sephardic Journey supone una gran experiencia para todos.

En cuanto a la instrumentación, ¿los compositores han tenido indicaciones específicas?

Sí, queríamos incluir instrumentos de cuerda, así como la flauta en sol. Específicamente queríamos tríos de flauta, flauta en sol, guitarra y algún otro instrumento de cuerda; de esta manera nacieron los tríos con violonchelo y con violín. También queríamos colaborar con cuarteto de cuerdas y combinar nuestro dúo con esta agrupación y de esta idea surgieron los dos sextetos del proyecto. Pedimos a los compositores que la duración de las piezas fuera de entre 15 a 20 minutos, a excepción del dúo de Joe Williams, que es la más corta y dura 6 minutos.

¿Cuál de las agrupaciones instrumentales les ha sorprendido más favorablemente?

Quizá ha sido el trío de Carlos Rafael Rivera, Plegaria y Canto, pues la combinación de flauta en sol (la flauta en do se emplea muy poco), guitarra y violín dan un resultado muy especial. Rivera expande la paleta tradicional, tirando a oscura, de la flauta en sol, escribiendo en los registros agudos y combinando las partes melódicas de los tres instrumentos sin límites de registros, solo guiado por su intuición artística y emocional, pues es el eje de las canciones sobre el que están basadas las piezas. El resultado es una explosión de color en la paleta de sonidos que surgen con esta combinación.

¿Qué aportan sus composiciones a la música sefardí y a la música clásica?

Ambos estilos se benefician de esta fusión: la música clásica cuenta con una fuente de inspiración más y la música sefardí obtiene otro ámbito artístico para ser expuesta.

Algunas de las composiciones, como Isabel, tienen un fuerte componente contemporáneo. ¿Es este un elemento diferenciador de otros que también utilizan el folklore?

Cuando encargamos las obras dejamos el campo abierto para que cada compositor pusiera su “sello” personal en cada obra, por lo que cada composición es diferente. En el caso de Isabel, el lenguaje es el de Joe Williams, más contemporáneo, pero no porque le hayamos pedido que fuera así específicamente. Williams quiere invocar los gritos desgarradores de la joven Isabel, que fue quemada por no aceptar la conversión. El resultado son unos multifónicos muy efectivos logrados con mi voz y el sonido de la flauta simultáneamente. Otro ejemplo contemporáneo está en la pieza de Clarice Assad, donde utilizamos la percusión corporal y un efecto audiovisual interesantísimo.

¿Cómo recaudaron fondos para el nuevo proyecto?

Tenemos la enorme suerte de contar con algunos amigos que también son fans de nuestro trabajo y han contribuido notablemente en la financiación de los encargos de las composiciones. Aparte de esto hemos hecho una campaña de crowdfunding a través de Kickstarter con la que hemos conseguido fondos para la publicidad.

¿Habrá un tercer proyecto siguiendo esta misma línea?

Estamos planeando los próximos proyectos, de los cuáles uno de ellos seguirá esta línea de inspiración.

La música clásica tiene ciclos de recuperación de épocas pasadas, ¿estamos viviendo, a comienzos del siglo XXI, uno de ellos?

Creemos que esto ocurre constantemente, como hemos explicado antes. La música folklórica y la música popular son muy a menudo fuentes de inspiración para compositores de todas las épocas y estilos.

Vivís en EE.UU, ¿sería posible vuestra actividad musical en Europa?

Sí sería posible, por supuesto. Pero dada la crisis económica global, y particularmente en España, nuestra actividad en Europa ha disminuido en los últimos años. Pero eso simplemente significa que tenemos que trabajar más duro para organizar actividades allí. Creemos que las cosas están en constante cambio, así que nuestro deseo y objetivo es tocar más en Europa. Primero, por razones profesionales, pero también porque somos europeos y queremos “respirar el aire cultural e histórico” del llamado viejo continente. Este año vamos a tocar en Coria y en Copenhague.

¿Cuáles son vuestros próximos proyectos con el Viaje Sefardí?

Ahora que el disco acaba de salir, empieza la parte promocional; trabajando con nuestros representantes de conciertos y publicidad. La próxima temporada presentamos Sephardic Journey en EE.UU y Taiwán. También queremos traerlo a los escenarios camerísticos de toda Europa, y por supuesto, al resto del mundo.

Sin duda, el Cavatina Duo está realizando una de las labores más importantes de recuperación y ampliación del repertorio de música de cámara. Desde RITMO les agradecemos su esfuerzo.

Por: Por Esther Martín

http://www.cavatinaduo.com/

DISCOGRAFíA SELECCIONADA

The Balkan Project (Cedille 2010)
Este es el proyecto con el que comenzaron la recuperación del patrimonio musical. Nueve compositores crearon, por encargo, obras para el dúo inspiradas en la música de los Balcanes de donde Denis es originario. Macedonia, Montenegro o Croacia son algunos de los lugares cuyo folklore dio pie a las nuevas composiciones. 

Cavatina Duo Plays Astor Piazzolla (Bridge 2010)
El arreglo de obras creadas para otros instrumentos o para flauta sola se encargó a Sergio Assad, que conoció a Piazzolla personalmente, y a su hija Clarice Assad. El resultado fue una perfecta adaptación de la música del compositor argentino, a la que el dúo contribuyó con una poderosa energía y pulso hipnótico. 

Cavatina at the Opera (Bridge 2015)
El músico Alan Thomas colaboró en este disco para hacer posible que las variaciones y fantasías compuestas para flauta o guitarra sola se convirtiesen en dúos. La expresividad y sincronización de las interpretaciones que se escuchan en este trabajo recibieron entusiastas críticas y lo convirtieron en uno de los mejores discos de 2015.

Sephardic Journey (Cedille 2016)
Este último CD del Cavatina Duo se publicó el pasado abril de 2016. Su intención es recuperar el folklore sefardí y aumentar el repertorio para flauta y guitarra, para lo que encargaron obras a diversos compositores que han trabajado a partir de canciones populares. El resultado es una música muy atractiva y novedosa en la que también se aprecian reminiscencias del pasado y de otras culturas. 

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