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XXI edición del Ciclo Internacional de Órgano de Torreciudad

Tradición y vanguardia en el Somontano de Barbastro (Huesca)

septiembre 2015


La presencia de instrumentos melódicos junto al órgano es una de las señas de identidad de este Ciclo Internacional de Órgano de Torreciudad, que se celebra cada año en el santuario de la ciudad oscense y un gran atractivo para el público que asiste a las actuaciones.

Desde su primera edición en 1995, ha llegado a constituirse en un referente de los festivales de música de Aragón, con reconocida calidad artística, larga tradición y arraigo popular. Esta consolidación ha quedado manifiesta por la gran afluencia de asistentes, más numerosos que en ediciones anteriores.

Inauguración con trompeta y órgano

El primer concierto corrió a cargo del dúo de trompeta y órgano formado por Ángel San Bartolomé y José Santos de la Iglesia, respectivamente. Los músicos ofrecieron un programa centrado en el Barroco (en las obras a dúo). Las dos obras para órgano solo que interpretó José Santos de la Iglesia mostraron la riqueza tímbrica del gran órgano de Torreciudad, con sus 4.072 tubos, obra de Gabriel Blancafort, Maestro organero. Destacar las Variaciones sobre Merck toch hoe sterc, donde Santos consiguió combinaciones de registros contrastantes que daban dinamismo a la pieza, cargada de una profunda melancolía. El público disfrutó con el Concierto en si bemol mayor de Albinoni, una obra brillante, melódica, luminosa, del popular autor veneciano, pieza que cerró el recital.

Sociedad Coral de Bilbao

La segunda actuación se enmarcó dentro de los actos celebrados con motivo de la festividad de la Virgen de Torreciudad. La Sociedad Coral de Bilbao, dirigida por Julio Gergely, fue la encargada de conmemorar esta fiesta con un programa romántico, acompañados al órgano por Gerardo Rifón.

El programa comenzó con un Ave María para coro de mujeres, a la que siguió Hör mein Bitten de Felix Mendelssohn, donde la solista Isabel Sanz alternó su canto con el coro. La obra central fue el Te Deum, también de Mendelssohn, pieza muy adecuada por tratarse de un himno de acción de gracias, coincidiendo con la celebración del 40 aniversario de la inauguración del santuario. Pudo escucharse un Mendelssohn genuino, interpretado con un excelente cuidado de los matices.

El auditorio no se conformó con el programa previsto, y la coral cantó tres bises, entre los que destacó el Aita Gurea del Padre Madina, obra sobrecogedora de grandes contrastes, y el Ave de Torreciudad, melodía que interpretó en el 25 aniversario del santuario el Orfeón Donostiarra. En aquella ocasión les acompañaba igualmente el organista Gerardo Rifón, quien decidió rescatar la partitura, preparando para esta ocasión un arreglo completamente original.

Dos organistas al unísono

La participación internacional vino de la mano del matrimonio Michel Bouvard (Francia) y Yasuko Uyama Bouvard (Japón). El repertorio elegido incluía obras inglesas y francesas de los siglos XVI y XVII, escritas para tres y cuatro manos, abriendo y cerrando el concierto con sendas transcripciones de Mozart. La viveza y pulcritud de la escritura de estas obras quedaron patentes en la magistral ejecución de las mismas por parte de los organistas.

En este concierto, la interpretación conjunta de dos organistas acentuó decisivamente el efecto orquestal del instrumento. En varias de las obras hubo un marcado diálogo entre el órgano de coro, más pequeño, y el órgano de tribuna, de forma que el resultado pudo asimilarse en ocasiones a un concierto para solista y orquesta.

En el popular Preludio al Te Deum de Charpentier, el órgano lució su mejor trompetería. Fue ésta quizá la obra más comentada junto a Musètes de Choisi et de Taverni enchainées de Couperin, una original y hasta divertida composición poco conocida.

El saxo de Iturralde con Aranzabal al órgano

Para la clausura del Ciclo, la organista titular del santuario, Maite Aranzabal, formó dúo con el gran saxofonista, clarinetista y compositor Pedro Iturralde, interpretando siete de sus obras. Este músico navarro ha alternado, a lo largo de su vida, las tareas pedagógicas con la interpretación del jazz, su gran pasión. Su gran preparación técnica y su conocimiento exhaustivo de la música clásica le han hecho poseedor de un estilo propio que rezuma ingenio y talento interpretativo.

La presentación de las piezas las hizo el propio Iturralde, lo cual permitió una mayor cercanía con el público. Era la primera vez que este compositor tocaba todo un programa solista con acompañamiento, fórmula delicada y muy exigente. Él mismo manifestó: “la propuesta de este concierto con órgano, interpretando mi propia música, me pareció un reto interesante”. El resultado fue una espectacular experiencia sonora, en la que el sonido del saxo, especialmente, llenó con fuerza el interior del templo y de admiración el ánimo de los presentes. Hubo unanimidad en calificar la actuación como concierto especial y único.

Homenaje a Granados, Miniatura Impromptu, Balada Galaica, Suite Helénica, El Molino y El Río… fueron sucediéndose “in crescendo” hasta culminar con Memorias, una de las obras más emblemáticas de Iturralde.

Aranzabal, por su parte, mostró un excelente dominio del órgano y realizó una obra maestra en su labor de acompañamiento, recibiendo una gran ovación final del público y los elogios de Iturralde, muy satisfecho del resultado.

Más información

Santuario de Torreciudad

http://www.torreciudad.org/ciclo-organo/ 

Por: M. J. Egido - M. Aranzabal

Foto: Pedro Iturralde y Maite Aranzabal durante los ensayos para clausurar brillantemente el Ciclo.
Acred: J. A. Arregui y P. Pérez Tomé

 

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