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Shoah, un violín en el templo sagrado

Música para evitar el olvido

abril 2017

Friedl Dicker-Brandeis (1898-1944) llenó dos maletas con cerca de cuatro mil quinientos dibujos realizados entre 1942 y 1944 por los niños a quienes daba clases clandestinas en el gueto de Terezín. Hizo ver a sus alumnos que el dibujo era una forma de comunicarse y les sirvió como una clase de terapia. Esos dibujos son todo lo que queda de las almas de aquellos niños. Al compositor Jorge Grundman esas almas en conjunto le hicieron llorar, sintiendo la necesidad de escribir música para que nunca nadie les olvide.

En estas páginas relatamos el proceso de creación de Shoah y su creador nos rememora, en sus propias palabras, como surgió Shoah. Este proyecto se presentó el 25 de abril en la Sinagoga del Tránsito de Toledo y el lanzamiento del Libro CD será en septiembre de este 2017.

El proyecto

En síntesis, se trata una partita para violín solo denominada Shoah for Solo Violin and Sacred Temple, escrita con la intención de emocionar y de recordar al público la Memoria de las Víctimas del Holocausto, con la filosofía de interpretarse siempre en lugares sagrados o señalados. A esta obra le acompaña un texto específico que contiene un relato de lo que se narra musicalmente junto con los hechos históricos que dan lugar a cada pieza. La duración de la partita es de aproximadamente una hora.

El proyecto se complementa con la grabación de un libro CD, también con el violín Stradivari “Auer”, de 1691 (que les fue cedido por el Grupo Canimex, gracias al Sr. y a la Sra. Dubois, creado cuando Bach vivía y del que fue propietario Leopold Auer, quien fue el dedicatario original del Concierto de Tchaikovsky), que se publica entre junio y septiembre de 2017 a nivel mundial. Todos los conciertos en lugar sagrado se intentan que sean de carácter gratuito para poder llevar la Memoria del Holocausto al mayor número de personas.

Se ha pretendido también que, aunque el proyecto sea autosostenible, la venta de los CD a la finalización de los conciertos y, en el caso de ser necesario, la venta de entradas permita mantener en la memoria de aquellos que los adquieran el recuerdo a las Víctimas del Holocausto.

Por qué escribí la partita

A menudo y tras un suceso luctuoso, se realiza un acto de homenaje en su memoria. A menudo ese homenaje incluye la música como vehículo de comunicación emocional. También a menudo se elige música para ser interpretada por un único solista. Un violonchelista a veces. Otras, un violinista. A menudo, para este tipo de actos, se utiliza música que fue escrita en el Barroco. Y mucho más a menudo se elige música de Bach. Finalmente, de la forma más general, se eligen movimientos de sus partitas.

Lo que la gran mayoría desconoce es que en el Barroco aún la música no había llegado a su máxima expresión de emotividad, al menos, tal y como la conocemos ahora. También resulta desconocido, para la gran mayoría, que una partita está formada por un conjunto de danzas: alemanda, corrente, zarabanda, bourrée, giga, gavota o chacona son algunas de esas danzas que se encuentran entre las partes de ese tipo de suite. Es obvio que Bach no escribió esas danzas con el fin de emocionar. Mucho se ha escrito sobre la Chacona en re menor. En algún momento, entre 1718 y 1720, se ha especulado que Bach puso sus notas en el pentagrama tras volver de un viaje y encontrar que su mujer, Maria Barbara, había fallecido. Pero el Maestro entre maestros no escribía la música como vehículo emocional para el disfrute del arte sino como parte de su función cívica o religiosa, como organista luterano.

Ahora bien, Grundman sintió la necesidad de escribir música que honrase directamente la Memoria de las Víctimas del Holocausto porque creyó que podría invocar su recuerdo desde la emoción. No se trata, pues, de intentar que un violinista demuestre todo su virtuosismo inaccesible al sentimiento de la tristeza y de la evocación. No se trata, pues, de una partita en el sentido estricto de una suite de danzas. No guardan los movimientos ni siquiera la misma tonalidad. No alternan un movimiento rápido con otro lento. No se trata, tampoco, de elevar la escritura violinista a cumbres soñadas por Ysaÿe. Ni mucho menos.

Stradivari “Auer”

“Tener la suerte de disponer del Stradivari “Auer”, ha hecho que la obra que van a escuchar tenga aún más significado emocional para mí como humilde escritor de música. Tener también el lujo de poder escribir la obra teniendo al lado al violinista Vicente Cueva, ha llevado la misma a la categoría de interpretable, algo por lo que Auer rechazó estrenar la obra de Tchaikovsky, calificándola de “intocable”. Yo no soy violinista. Tchaikovsky tampoco. Y si Tchaikovsky y Brahms necesitaron a un violinista para hacer su obra interpretable, con mucha más razón lo he necesitado yo para esta partita. Dicho desde la sinceridad y la humildad más absoluta”, afirma el compositor.

La obra más larga para violín

Probablemente, al escribir estas líneas en febrero de 2017, afirma el creador, nos encontremos ante la obra para violín sólo de más larga duración de la historia de la humanidad. Esto no la hace mejor que la peor danza que escribiese el Maestro, pero sí que tiende a elevar a un gran nivel de dificultad el que un violinista se enfrente a más de cincuenta y seis minutos por delante para llevar la máxima espiritualidad.

Tantos minutos de violín desnudo podrían llevar al desafecto a cualquier oyente, por mucho que este quiera hermanarse espiritualmente en comunión con el alma de los desaparecidos. Y por si fuese poco superar tanto tiempo de ejecución, el hecho de contener el estado de tristeza durante todo ese tiempo, no es algo que pueda sobrellevarse sin preparación psicológica, técnica y física.

Jorge Grundman ha procurado que Bach estuviese presente durante la escritura de su obra de forma subliminal. Como también ha intentado que la música judía se albergase en su corazón y se mezclase con su forma de escribir música. No se trata, pues, de una suite de danzas. Sino de una suite de recuerdos de hechos infames. “Todo aquello que nosotros no hicimos pero que debería hacernos sentir permanentemente avergonzados”.

La partita

I. Yom HaShoah

Día del Recuerdo del Holocausto. Fuga del campo de exterminio de Sobibor.

II. Getto Warszawskie

La vida día a día en el gueto de Varsovia.

III. Terezín Through the Eyes of the Children

Los dibujos realizados entre 1942 y 1944 en el campo de concentración de Theresienstadt.

IV. Babi-Yar

Los tres días de la masacre de los judíos en Kiev.

V. Bergen-Belsen

El campo de concentración donde se trasladó la orquesta de mujeres de Auschwitz-Birkenau.

VI. The Last Breath

La actitud ante la muerte en la cámara de gas tras el testimonio de un sonderkommando.

 

Non Profit Music

• Premio de la Crítica 2012

Por la calidad de sus grabaciones discográficas de manos de Positive Feedback en Estados Unidos

• Premio de la Esperanza 2011

En la modalidad de Mejor Empresa Privada por parte de la Asociación de Esclerosis Múltiple de Toledo

• Nominaciones como Mejor Álbum de Música Clásica

En los años 2015, 2013, 2012, 2011, 2010 y 2008, en los Premios de la Música y en los Premios de la Música Independiente

http://shoah.nonprofitmusic.org/

http://www.nonprofitmusic.org/

 

Foto: El compositor Jorge Grundman, creador de Shoah, música impregnada de dolor y de la Memoria de las Víctimas del Holocausto.
Acred: Sergio Cabanillas 

Por Lucas Quirós

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