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José Trigueros

Ritmo en la dirección de orquesta

febrero 2017

Se ha convertido en uno de los directores españoles jóvenes con mayor empuje, gracias a una sólida formación y a los profundos conocimientos de una orquesta que le ha dado su larga experiencia como primer percusionista en la Sinfónica de Galicia. Premiado en el Concurso de Dirección de la Orquesta de Córdoba y ganador del Primer Premio del concurso organizado por la OSG, bajo la dirección de Dima Slobodeniouk, el pasado mes se puso al frente de esta orquesta para dirigir dos de sus conciertos de temporada.

Acaba de dirigir a la Orquesta Sinfónica de Galicia en dos conciertos con un programa totalmente nuevo para ella. ¿Cómo ha sido la experiencia?

Fue un doble reto, primero por dirigir a una orquesta como la Sinfónica de Galicia, por su calidad y porque me siento muy unido a ella y, segundo, por la dificultad del programa, que incluía tres obras nunca interpretadas por la OSG: un estreno mundial de Mosquera, una Sinfonía de Dutilleux y una obra de Leo Weiner. Fueron semanas de intenso trabajo, pero quedé muy satisfecho con el resultado.

¿Cómo ha afrontado el Concierto para tuba y orquesta de Federico Mosquera?

El concierto tiene pasajes con verdadera dificultad rítmica y resultó sorprendente para el público comprobar la enorme agilidad que puede conseguir un instrumento como la tuba. Trabajé codo con codo tanto con el compositor, como con el solista, Jesper Boile Nielsen, que hizo una interpretación brillante. Creo que hicimos un buen equipo.

¿Y una obra tan interesante y tan poco programada como es la Sinfonía n. 2 de Dutilleux?

Esta Sinfonía tiene el título de “La Doble”, ya que en el escenario conviven dos orquestas: una pequeña de doce músicos, sentados justo enfrente del director y detrás, la orquesta sinfónica. Dutilleux elabora un juego de imágenes sonoras reflejadas entre las dos orquestas a modo de espejo. Encierra una gran complejidad de ritmos, texturas y colores, pero requiere un trabajo minucioso para conectar todos estos elementos. Una vez se logra encajar todas las piezas del puzzle, el resultado es impactante, tanto para el público como para la propia orquesta. Es una obra que no deja indiferente a nadie. De hecho, uno de los músicos me comentó que, tras la primera lectura, la obra le pareció una pesadilla, pero después del último concierto, tenía la sensación de haber interpretado una auténtica obra maestra.

¿Cómo se convierte un percusionista en director de orquesta?

Creo que fue una evolución natural. Llegó un momento en el que sentí curiosidad y atracción por el mundo de la dirección. Simplemente me pregunté “¿y por qué no?”.

A partir de ahí, años de estudio y formación. Cursos, clases magistrales, viajes al Conservatorio de Bruselas y poco a poco, ir acumulando experiencia. Mi profesor de Bélgica me repetía siempre: “a dirigir sólo se aprende dirigiendo”. En estos últimos años he incrementado progresivamente mi actividad como director, dirigiendo a orquestras como la Orquesta de Valencia, la Sinfónica del Vallés, la Orquesta de Córdoba, la Oviedo Filarmonía, la Orquesta de Extremadura…, pero no he dejado de seguir formándome. Por ejemplo, el pasado mes de junio tuve la posibilidad de trabajar con la Tonhalle de Zurich y el maestro David Zinman. Fue una experiencia magnífica.

¿Qué cree que su largo bagaje como músico aporta a su trabajo como director de orquesta?

Me atrevería a decir que el 75%. Conocer la orquesta desde dentro, ver durante 16 años a directores diferentes cada semana y observar cómo gestionan un ensayo, constituye un verdadero Máster en dirección de orquesta. Obviamente hay otros dos aspectos fundamentales que requieren mucho tiempo de estudio individual: la técnica gestual y el aprendizaje de la partitura.

¿Quiénes son sus directores de referencia?

Puedo opinar de aquellos con los que he trabajado, porque lo que me interesa es el proceso de construcción de una obra. Ahora mismo le diré que estoy aprendiendo mucho de Dima Slobodeniouk, director titular de la Sinfónica de Galicia. Además de verle en los ensayos, quedamos a menudo para estudiar algunas partituras. Siempre me repite el mismo mantra: “cuanto mejor conozcas la partitura, mejor vas a dirigir”. Y estoy de acuerdo. Una partitura contiene un inmenso caudal de información que es necesario descifrar para comprender la idea esencial del compositor.

¿Cuáles son sus siguientes proyectos como director?

En abril dirigiré a la Orquesta Ciudad de Granada en un proyecto que me hace mucha ilusión, con Mozart como protagonista. También trabajaré como director asistente con el maestro Alberto Zedda y la Orquesta Joven de la Sinfónica de Galicia, en un programa que incluye la Sinfonía n. 9 de Shostakovich. Y ya en verano dirigiré el encuentro de la Orquestra Jove de la Simfònica del Vallés en el que interpretaremos, entre otras obras, la Quinta Sinfonía de Tchaikovsky.

Por:  Lucas Quirós

http://www.josetrigueros.es/

Foto: El director José Trigueros, que acaba de dirigir con éxito a la Orquesta Sinfónica de Galicia.
Crédito:  Miguel Ángel Fernández

 

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