Ni siquiera es el primer disco recopilatorio dedicado a Glenn Gould bajo este nombre de “The sound of Glenn Gould”, lo que es ciertamente atípico y repetitivo, que quizá ya canse un poco al aficionado, acostumbrando a que una y otra vez se reediten los discos de este genio y que su Bach, por ejemplo, tenga diferentes trajes para el mismo cuerpo, pero nadie puede dudar de la genialidad de este pianista, al que nada más le pudo favorecer su misantropía y su temprana muerte. Este sencillo CD, que debe y puede ser una perfecta muestra de afecto al más neófito en las cercanas navidades, es el resumen sonoro de la enorme caja de lujo que Sony ha editado con todo el Gould posible en 81 álbumes, al que acompañan, por lo que vemos en la campaña promocional, un adornado libro con fotografías e información del pianista.

Acierto es que este disco se abra con lo que tiene que abrirse, el Aria y las tres primeras variaciones de las Goldberg de Bach, así como se cierre con la última variación y el Aria da capo, alfa y omega de su misma vida discográfica (1955-1981, ambas con las Goldberg). Además, partes de obras no completas pero muy bien escogidas, incluyendo cosas tan suculentas y tan del gusto de las rarezas del pianista, como Sibelius o Richard Strauss. Un regalito perfecto.

Gonzalo Pérez Chamorro