Música clásica desde 1929

Discos recomendados de Ritmo

En esta sección encontrará los 10 discos que la revista RITMO recomienda cada mes, clasificados por meses y por su orden de recomendación del 1 al 10. Se archivan los recomendados desde junio 2011, para ver anteriores ir a "Ritmo Histórico".
Haciendo "clic" en el título de cada disco o sobre la foto, accederá a su ficha y a la crítica publicada en Ritmo y, cuando es posible, a las diferentes tiendas donde podrá adquirir el disco físico, o a las plataformas digitales desde donde podrá escucharlo en "streaming" o descargarlo online.

Ritmo MAYO 2016 - Núm. 896

THE MENUHIN CENTURY. Caja Deluxe (80 CD + 11 DVD + libro).

Yehudi Menuhin, violín. Varios intérpretes.
Warner, 0825646782741 · CD/DVD/Libro 



La crítica

El violín del siglo

Una rápida ojeada al calendario mientras estoy escribiendo estas líneas me confirma que es 22 de abril de 2016, el mismo día que se conmemora el centenario del nacimiento del violinista y luego también director, al que la música, reducida a su violín, le parecía haber quedado pequeña, necesitada de ampliar a eso tan intangible, que debe ser para un músico frotador, la llamada dirección de orquesta. Aunque vamos a hablar del Menuhin violinista, al que Warner homenajea de manera excepcional con esta lujosa caja, el Menuhin director fue un maestro de indudable elegancia, aciertos y musicalidad, siempre aceptado por las orquestas con respeto ante la histórica figura musical que se les colocaba delante. Hay ejemplos en esta caja, en audio y DVD, que ofrecen interpretaciones del Menuhin director sobradas de lucidez y maestría, defectos aparte.

Una descripción de la caja nos lleva a establecer tres categorías: audio, vídeo y papel, es decir, un enorme libro en tres idiomas (inglés, francés y alemán, en español no hay nada de nada) firmado por su admirado Bruno Moinsangeon, también cineasta que es el encargado de los variados documentales (ya editados por EuroArts, que colabora en esta edición) que consiguen exprimir la personalidad del músico y que se convierten en documentos imprescindibles para saber más de un violinista que en su búsqueda personal no dudó en tocar junto al sitar de Ravi Shankar, al violín ligero de Grapelli o con los zíngaros y sus aires gitanos improvisados. Todo esto mientras tomaba un vuelo para tocar Bartók con Dorati o Beethoven con Haitink. Y el audio se conforma en las siguientes colecciones: “Unpublished Recordings and Rarities” (Rarezas y grabaciones inéditas, 23 CD); “The Historic Recordings” (Grabaciones históricas, 18 CD); “The Virtuoso & His Landmark Recordings” (El virtuoso y sus grabaciones de referencia, 13 CD); “Complete Recordings with Hephzibah” (Grabaciones completas con Hephzibah, 20 CD) y “Live & Festival Recordings” (Grabaciones en vivo y festivales, 7 CD).

Un siglo de música

Auténtico gentleman, el mismo músico afirmaba haber nacido demasiado tarde, no ir en consonancia con los tiempos que le habían tocado vivir. Su brazo izquierdo puede pasar como patrimonio de la humanidad, jamás violinista alguno ha sonado con tanta naturalidad en su vibrato, del que se sentía evidentemente muy orgulloso. Hay una toma con Monsaingeon, en uno de los documentales, que al escucharse tocar de muy joven la Habanera de Sarasate, el violinista afirma que “solo con esto ya habría ganado hoy el Gran Premio de Bruselas…”. Precisamente Yehudi, cuyo nombre fue puesto para que nadie dudara un segundo de su origen judío, solo participó en un concurso, en San Francisco, ciudad donde se crió, a la edad de 8 años, interpretando los movimientos segundo y tercero del Concierto de Mendelssohn; el único miembro del jurado, el director de la Sinfónica, le preguntó porqué había tocado tan rápido el tercer movimiento, contestando el pequeño Yehudi: “temía que me interrumpiera…”.

Las múltiples grabaciones de esta caja excepcional dejan cosas tan admirables como su Brahms, sobre el que trabajó un movimiento de arco con secuencias de notas diferentes, logrando un fraseo que hoy resulta hipnótico en su belleza. Bartók con Dorati, Beethoven con Furtwängler, son ejemplos de la más elevada música, la misma que Albert Einstein, al escucharlo en una misma noche con Conciertos de Brahms, Bach y Mendelssohn, el físico “perdió” su sentido de la relatividad, preguntándose por primera vez si había un origen divino y no físico al escuchar a Menuhin.

No hay que olvidar el componente humano de este hombre, que era generoso, caritativo y que se opuso firmemente a las exclusiones. Es conocida su confrontación con Heifetz, que poco antes de acabar la guerra, fundó la Asociación de Músicos Americanos y le propuso a Menuhin que se uniera en defensa de la avalancha de músicos europeos que llegarían a Estados Unidos al acabar la guerra… Esta forma de pensar, abierta y moderna, chocó con Heifetz y, según el propio Menuhin, este pensamiento racista lo tenían también Ormandy y Toscanini.

Son de una belleza total las grabaciones con Hephzibah, su delicada hermana, pianista que sacrificó su vida por el piano y que se plegó a su hermano en cuerpo, alma y manos, un sacrificio que parece minar al músico, al que le sobrevuela una tristeza cuando habla de ella. Músico excepcional, con el que la música vivía (no dudaba en afirmar que con Karajan y su pose la música estaba muerta), esta edición se convierte en un monumento al arte más puro.

Gonzalo Pérez Chamorro

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