DESDE ENTRE LAS BRUMAS

Cinco décadas se cumplen desde que Paul Van Nevel fundó Huelgas Ensemble (HE) como un epítome de su carrera en la Schola Cantorum Basiliensis. Musicólogo e historiador del Arte, Van Nevel creó el Ensemble con un grupo reducido de voces que, desde una interpretación sobria y límpida, iluminaran para el público los pasajes menos conocidos de la música de la Edad Media y el Renacimiento. Desde entonces una impecable carrera regida por el rigor y la excelencia interpretativa ha dado como fruto tangible más de un centenar de discos (muchos de ellos premiados) que recorren ámbitos espaciales y temporales cada vez más amplios.

The landscape of polyphonist es la conmemoración de un aniversario y la vuelta a los orígenes. Partiendo de su libro Het landschap van de polifoniten, Van Nevel explica cómo el paisaje franco-flamenco influye en la música de sus compositores de dos maneras: los infinitos horizontes y repetitivamente ondulados se expresarían a través del movimiento del contrapunto. Las brumas, mediante la melancolía que impregna muchas de las obras. Niños criados entre estos neblinosos paisajes se formarían como cantores a las catedrales de Cambrai o Arras para marchar después a la corte borgoñona o a Roma y no volver. La recreación del paisaje de sus orígenes en sus composiciones es una manera de volver a los orígenes, de cerrar un círculo vital.

El disco comienza con el hipnótico virelai Ma douce amour de Johannes Symonis Hasprois, el más arcaico de los compositores escogidos, al que le siguen nombres no conocidos como Févin, des Celliers de Hesdin, L’Héritier y titanes de la polifonía nórdica como Ockeghem, Josquin, Manchicourt, Mouton y Gombert. Hay movimientos de misas, motetes y lamentaciones  que se alternan con chansons y lamentos. Como jirones de niebla, las líneas de unión son la sensación de infinitud que producen imitación entre las voces y la repetición en forma de canon, la dulzura de la nueva sonoridad de las terceras superpuesta y la desolación de los textos (Malheur me bat, O malheureuse journée…).

Siempre colocados en círculo, la excelencia de los doce cantantes de Huelgas Ensemble no dejan nunca de impresionar. En uno de los terrenos más exigentes vocalmente de toda la polifonía hacen verdadero alarde de afinación, fiato, expresividad y perfecta declamación del texto. La belleza de los timbres de las voces queda patente en el flexible ir y venir de los arcos que traza el contrapunto. Asombra oír cómo en una música de construcción tan intelectual, los HE son capaces conseguir una gama tan amplia de matices sonoros, dinámicas, arcos de tensión y en definitiva de emociones. Pocos grupos alcanzan y mantienen el altísimo nivel interpretativo y el rigor en el estudio como los belgas y en esta vuelta su comienzo lo demuestran.

Una generación antes, el canon circular de Guillaume de Machaut rezaba “Ma fin est mon commencement et mon commencement ma fin”. El círculo, símbolo medieval de la perfección, nos trae al recuerdo la frase del venerable Jorge de Burgos en El nombre de la rosa: “No existe el progreso, sino una continua (y sublime) recapitulación”. Huelgas Ensemble celebran aniversario con una sublime recapitulación, The landscape of the polyphonist.

Mercedes García Molina