Arvo Pärt es, tal vez, el compositor vivo más representado en el mundo y el secreto de su éxito se debe a que su obra es aplaudida tanto por el público conocedor o interesado en la música contemporánea, como por el que usa la música para meditar o para actividades diferentes al puro goce estético. La verdad es que la obra de Pärt parece una mancha de verdor en medio del panorama gris que han construido muchos de sus colegas, más preocupados por la experimentación que por la expresión. La música de Pärt se puede escuchar sin una calculadora en la mano. Está llena de melodías muy bellas, que invitan a la reflexión y no a cambiar el disco. 

En la grabación que presento, la Morphing Chamber Orchestra tiene un sonido redondo, delicado y preciso, que reproduce muy bien el tono entre melancólico y reflexivo, pero también dramático, del programa que ofrece. El disco cuenta, además, con la participación de tres voces de primer nivel: la soprano Aleksandra Kurzak, su esposo el tenor Roberto Alagna y el celebrado contratenor Andreas Scholl, que demuestran una gran sabiduría y gusto a la hora de enfrentar estas partituras.

Si usted es de los melómanos que siente que buena parte de la música contemporánea está dirigida a un público especializado, o académico, tal vez este disco le ayude a cambiar de opinión. Lo más importante de la música de Arvo Pärt, amén de su carácter místico o espiritual, es que es bella y escucharla produce un placer del que ningún verdadero amante de la música debería abstenerse.

Juan Fernando Duarte Borrero