Dos directores italianos muy vinculados a Mahler vuelven a grabar, ahora con imágenes, estas sinfonías: la Quinta Abbado y la Sexta Chailly (al cierre nos llega la triste noticia del fallecimiento de Abbado, hablaré más de ello en el próximo número). El primero repite gran acierto, el otro no tanto. La Quinta de Abbado con la Sinfónica de Chicago (DG, 1981) sigue siendo una de las interpretaciones más admiradas de esta obra, acaso la más veces grabada de todas las de Mahler después de la Primera. 12 años más tarde la volvió a registrar en audio para el mismo sello con la Filarmónica de Berlín, con resultados no siempre tan elogiados (hace tiempo que no la escucho; creo que pecaba de cierto preciosismo sonoro y de un carácter más decadente). Y en 2004 la filma en directo, en un concierto en Lucerna con la Orquesta del Festival, hecha a su imagen y semejanza. Esta tercera versión es más concisa e incisiva, más rabiosa y cortante, lo que me parece un gran acierto sobre todo en lo que se refiere al primer movimiento. También el segundo y el tercero (¡impresionante!) son más agitados y tumultuosos; en el Adagietto no hay rastro de empalago y el Finale suena especialmente lúdico. La mayor virtud de la versión es la extraordinaria transparencia que logra, oyéndose (casi) todo el complejísimo entramado de la frondosa partitura. Interpretación, pues, muy interesante, en la que Abbado no repite fórmula y que puede juzgarse como una de las mejores en DVD (y Blu-ray; por cierto: éste acoge también la Sexta de Lucerna, 2006).

Angel Carrascosa Almazán