Festejando el aniversario de Granados, Daniel Ligorio, muy vinculado a la figura del compositor leridano desde sus primeros estudios, ofrece un recorrido por su música sin dejarse llevar hacia la orilla de las Goyescas, que es donde parece que la luz de Granados más pura brilla. Pero el recorrido es delicioso en el ir y venir por la inventiva melódica, por la pieza breve, como los intensamente sensuales Valses Poéticos, que encuentran en Ligorio a un fino especulador del rubato (hay una cantidad de posibilidades rítmicas tremendas, hasta ecos de rag, habaneras y blues), a un acertado traductor de su poesía, que encuentra las conexiones de Schumann, Grieg y el primer Falla. Para algunos grandes pianistas de este país, esta es la obra maestra de Granados, siempre que no la digan en público… La selección de cuatro Danzas Españolas (Allegro, Oriental, Rondalla Aragonesa y Molto allegro brillante) nos revierte al Granados que ilumina el piano de una manera apabullante, alcanzando colores que para el pianista son retos para controlar (Rondalla). Ligorio, tras mucho estudio, equilibra tanto control con un cuidado expresivo ejemplar. El pulcro Allegro de Concierto, que envuelve en su virtuosismo una atenta y refinada paleta sonora, concluye con las Escenas románticas, otra carta de amor entre pianista y música.

Gonzalo Pérez Chamorro