Música clásica desde 1929

Discos recomendados de Ritmo

En esta sección encontrará los 10 discos que la revista RITMO recomienda cada mes, clasificados por meses y por su orden de recomendación del 1 al 10. Se archivan los recomendados desde junio 2011, para ver anteriores ir a "Ritmo Histórico".
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Ritmo MAYO 2014 - Núm. 874

BRUCKNER: Sinfonía n. 7

Staatskapelle Berlin / Daniel Barenboim.
Accentus, ACC202177 (DVD)



La crítica

Emocionante

He aquí lo que escribí en abril de 2012 a propósito de la edición en CD (DG) de la Séptima de Bruckner que se supone es la misma interpretación (sólo la hicieron un día en Berlín ese mes) que ahora ve la luz en DVD y Blu-ray: “La Séptima Sinfonía de Bruckner, grabada en público en la Philharmonie de Berlín en junio (concretamente el día 25) de 2010, ha sido un chasco, pero no por la interpretación, sino por la muy deficiente grabación, con apreciable compresión dinámica, carente de cuerpo y de pegada. El sonido de la retransmisión de una emisora alemana es sin duda superior al del presente CD, lo que me resulta inexplicable y descorazonador. Pero no hay que enfadarse demasiado: el sello Accentus tiene intención de publicar en DVD esta Sinfonía, así como las tres anteriores y las dos siguientes, todas ellas filmadas aquellos días en la misma sala, cuya espléndida acústica ha sido recogida con acierto en multitud de ocasiones; confío en que los DVDs suenen no mejor, sino mucho mejor que este CD”.

Pues bien, por suerte así es: el DVD suena mucho mejor que el disco de DG. Es decir, suena de escándalo (y estoy seguro de que el Blu-ray sonará aún mejor, aparte de verse con una definición extraordinaria, como ha ocurrido con las Sinfonías ya editadas: de la Cuarta a la Sexta). Lo único que desespera es la lentitud con que van viendo la luz estas Sinfonías, de las que faltan aún las dos últimas, así como que vengan todas solas, cuando podían haberlas acoplado de dos en dos (ignoro si lo harán cuando salgan en álbum todas juntas: compilación prometida por Accentus). También es una pena que estos intérpretes no hayan filmado las tres primeras Sinfonías, que han tocado en varias ocasiones estos tres o cuatro últimos años: sería el tercer ciclo completo dirigido por el argentino, tan ligado desde su juventud a este compositor. Hay que admitir que el primer ciclo, para DG y con la Sinfónica de Chicago (de la que entonces no era aún director titular), comenzó un poco prematuramente: la Novena (registrada en mayo de 1975) y, más aún, la Cuarta (noviembre de 1972), no habían cuajado aún por completo en el haber musical de Barenboim. Tampoco aquella Séptima (marzo de 1979) es uno de los grandes logros de aquella serie, que descollaba en la “Cero”, las ns. 1, 2, 3, 5, 6 y 8.

La que Barenboim grabó, en cambio, en febrero de 1992 dentro de su segundo ciclo, con la Filarmónica de Berlín y para Teldec, es una de las geniales interpretaciones de toda la discografía, y estamos hablando de una de las Sinfonías más privilegiadas en disco de su autor: Furtwängler, Jochum, Böhm, Solti, Karajan, Giulini, Haitink, Celibidache... Esa de 1992, apreciablemente más lenta (70’40”) que la de 2010 (67’), es una visión más calma y contemplativa, pero no por ello menos emocionante, que esta de la Staatskapelle, una versión más apasionada y ardiente, también algo más rebelde, angustiosa, dramática y combativa, de contrastes emocionales más acusados, que quizá supere a la de 1992 en naturalidad y lógica, pues Barenboim parece haber llegado a poseer esta música, algo más difícil de explicar que de sentir escuchando su última versión, aspecto que la crítica internacional ha resaltado claramente: “¡Impresionante!...

Barenboim y la Staatskapelle parecen llevar esta obra en sus venas. La sensación de conjunto es de música que fluye de modo orgánico, a un ritmo natural, más que de una pieza ejecutada o interpretada con precaución”, escribió por ejemplo The Guardian. Creo que esta frase del diario británico pone el dedo en la llaga, y con razón incluye a la Orquesta en la consecución de tan admirables resultados. Pese a las más grandes del mundo, escuchando esta versión no se echa de menos a ninguna otra: la sonoridad es noble, hermosa, compacta y a la vez transparente (¡la cuadratura del círculo!), bruckneriana a más no poder, y de una perfección anonadante. Sólo se puede tocar así cuando la convicción y la entrega más absolutas de los músicos se superpone a su gran competencia como instrumentistas. Más de una buena versión de la Séptima de Bruckner parece decaer, incluso hasta casi desinteresarse un tanto, tras los dos excelsos y extenuantes movimientos iniciales; pues bien ¡atentos en ésta a los dos últimos! En lo que la versión de 2010 (el DVD/Blu-ray, no así el CD como he dicho) supera ampliamente a la de 18 años antes es en la calidad del sonido, que entonces era bueno pero mejorable, y ahora es prácticamente insuperable. La realización, de Paul Smaczny (“produced by”) y Elisabeth Malzer (“directed by”), es también ejemplar. Bueno, ya disponemos en DVD y Blu-ray de una interpretación sublime (la de Celibidache y la Filarmónica de Berlín, EuroArts), inmensamente personal, y de otra modélica, mucho más canónica. Sería una pena perderse cualquiera de las dos, muy complementarias.

Barenboim y Bruckner

A los 26 años, con pocos discos dirigiendo, grabó ya su primer Bruckner: el Te Deum, el 4-1-1969 para Emi, al frente del Coro y la Orquesta New Philharmonia de Klemperer. En junio de 1971 siguió la Misa n. 3 con los mismos conjuntos. En mayo de 1974 sumaría la Misa n. 2 en mi menor, con el Coro Alldis y la English Chamber. Pero dos años antes, en noviembre de 1972, justo cuando cumplía los 30, abordaba la grabación de una Sinfonía, la Cuarta “Romántica”, en el podio de la Sinfónica de Chicago de Solti. El ahora artista de DG iniciaba así su primer ciclo sinfónico (“Cero” incluida), que se dilataría hasta marzo de 1981. Ese mismo mes añadía a la serie Helgoland y otro Te Deum, con el Coro de Chicago y un elenco excepcional (Norman, Minton, Rendall, Ramey). Solti y ciertos músicos de la Orquesta ya le habían echado el ojo para que fuese director titular, lo que ocurriría una década después. Tras firmar con Warner, Barenboim quiso repetir ciclo, completado de nuevo con Helgoland, entre 1990 y 1997 con la Filarmónica de Berlín. Era así el segundo director, tras Jochum, en tener dos series sinfónicas en su haber. Dos meses después de estas seis últimas Sinfonías con la Staatskapelle, el 26 de julio de 2010, CMajor filmaba en Salzburgo un tercer Te Deum, con el Coro de la Ópera, la Filarmónica de Viena y otro cuarteto de lujo (Röschmann, Garanca, Vogt, Pape).

Ángel Carrascosa Almazán

1873
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