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Crítica / Vivificante aire fresco - por Francisco Villalba

Madrid - 17/12/2023

La norma de que el Lied debe ser interpretado para llegar a su esencia por cantantes maduras y, generalmente, de origen germánico ha sido desafiada por la joven Erika Baikoff, de 30 años escasos y nacida en Nueva York, aunque de origen ruso, y el pianista de 53 años, aunque parezca un casi adolescente, de origen coreanos Soohong Park.

Ambos se lanzaron, con una seriedad y rigor fuera de serie, en el XXX Ciclo de Lied del Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) en el Teatro de la Zarzuela, a interpretar en esta su presentación en Madrid un programa integrado por obras de Schubert, Robert Schumann, su mujer Clara, Korngold y dedicando la segunda parte de la velada a obras de NIcolái Rimsky-Korsakov, Serguéi Prokófiev y Serguéi Rachmaninov.

Decía la más grande Liederista de todos los tiempos, con Brigitte Fassbaender, la enorme Christa Ludwig, que un recital de Lieder debería siempre comenzar con una obra comprometida y difícil, nada de ir calentando motores poco a poco, y Erika Baikoff parece haber escuchado este consejo porque comenzó cantando, nada más y nada menos, Der Zwerg (El enano) de Schubert, una obra comprometida donde las haya en la que hay que expresar la desesperación de un ser humano disminuido físicamente, cosa que le impide alcanzar a su amada, y a causa de los celos decide estrangularla para, tras recibir su perdón, sumergirse con ella en el mar.

Baikoff, poseedora de una bella voz liriquísima, transparente, que corre con precisión irresistible en todas las tesituras y que además posee instinto para el drama, la bordó sin paliativos, completada por un Soohong Park en estado de gracia, estado que el pianista coreano mantuvo toda la noche.

Después de “El enano”, la tensión disminuyó incluso a nivel interpretativo con Suleika I y II, también de Schubert, y con el grupo de composiciones de Robert y Clara Schumann.

Las nubes se disiparon ante los hermosísimos, “Tres lieder” de Erich Wofgang Korngold, con los que la soprano, sin partitura, cosa que la honra, y el pianista nos ofrecieron interpretaciones modélicas.

La segunda parte del programa estuvo dedicada a obras de Nicolái Rimsky-Kórsakov, Prokófiev y Rachmaninov. Y fue en esta sección en la que la cantante, quizá por sus raíces eslavas, engarzó una verdadera serie de joyas que fueron el no va más de fuerza y delicadeza, sin amaneramientos ni falsas exquisiteces. Admirable su interpretación de “El patito feo” de Prokófiev, una obra narrativa de gran extensión a la que supieron ella y Park sacarle tal cantidad de matices que se hizo un placer escucharla. No digamos de las inspiradísimas canciones de Rimsky-Kósakov y Rachmaninov, que fueron un verdadero festín de maravillosa música y exquisitez artística.

Para corresponder a los aplausos del público, nos obsequiaron con “Frühlingsglaube”, Fe en la primavera, de Schubert y  Жаворонок (Zhavoronok), La alondra, la más conocida de las 12 canciones del ciclo “Adiós a San Petersburgo”, de Glinka.

Una grata sorpresa inesperada.

Francisco Villalba

 

Erika Baikoff y Soohong Park

XXX Ciclo de Lied del Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM)

Teatro de la Zarzuela, Madrid

 

Foto © Elvira Megías

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