Música clásica desde 1929

 

Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Viena: una Manon del siglo pasado - por Jorge Binaghi

Viena - 25/11/2024

La producción que lleva ya su tiempo de Andrei Serban, y que supone por empezar cortes injustificables dramáticamente aunque no lo sean desde el punto de vista musical, ya por eso sólo debería cambiarse cuanto antes. Es siempre mala solución colocar al coro a un lado (o ambos) del foso; aquí hay en el escenario unos impedimentos en forma de figuras recortadas que se alternan con seres de carne y hueso, sin demasiado sentido salvo quizás servir de apoyo a los cantantes o ahorrar comparsas.

‘Naturalmente’ estamos en los años cincuenta del pasado siglo y en vez de Cours la Reine estamos en Montmartre, lo cual genera un sinsentido con la historia y los personajes por más que se suprima el ballet. ¿Qué se hace luego con Saint Sulpice aunque las beatas se hayan convertido en monjas y haya un portero codicioso?

Dirigía Emmanuel Villaume que en muchos momentos pareció jugar una carrera contra el tiempo y en algunas ocasiones hizo literalmente que la orquesta de Massenet desbordara el foso. Los principales atriles se lucieron, pero las cuerdas sonaban poco sedosas y sensuales. Excelente la labor del coro preparado por Thomas Lang.

Kristina Mkhitaryan debutaba la protagonista, un rol temible. Lo hizo bien aunque su timbre parece el de una lírico-ligera y eso significa carencia de color y densidad en centros y graves –no siempre audibles- aunque la extensión en el agudo no le creó ningún problema y dijo y actuó bien.

Vittorio Grigolo ya ha cantado la parte y, en comparación con su habitual ‘extroversión’ se mostró contenido, en particular en los dos primeros actos donde –con la voz más oscura- intentó con casi siempre buenos resultados medias voces que corresponden a este Des Grieux. A partir de Saint Sulpice eligió el volumen (no sé si tenía otra opción) y el personaje se acercó al de Puccini.

Mattia Olivieri debutaba Lescaut y lo hizo estupendamente, con un francés óptimo y un fraseo siempre intencionado. Construyó su personaje todo lo que se lo permitió la dirección escénica que decidió que fuera el primero en manosear a su prima. Sus momentos cantables fueron fuente de auténtico placer auditivo como no recuerdo ni antes ni después de Ludovic Tézier.

Dan Paul Dimitrescu habló más que cantó su Conde Des Grieux y el Brétigny de Martin Hässler reveló buen material necesitado aún de orientación en cuanto a estilo y técnica. El personaje de Guillot, bastante recortado aquí, tocó a Thomas Ebenstein. De las tres ‘démimondaines’ la más conocida era Ileana Tonca (Poussette).

Entradas agotadas con un público apático que apenas aplaudió durante la función y se despertó (relativamente) para los aplausos finales.

Jorge Binaghi

 

Kristina Mkhitaryan, Vittorio Grigolo, Mattia Olivieri, Dan Paul Dimitrescu, Martin Hässler, y otros.

Dirección escénica: Andrei Serban.

Dirección musical: Emmanuel Villaume.

Manon, de Massenet.

Opera Estatal de Viena.

 

Foto © Michael Poehn

48
Anterior Crítica / Jakub Józef Orliński & Il Pomo d’Oro - por Agustín Blanco Bazán
Siguiente Crítica / Viena: un joven Don Pasquale - por Jorge Binaghi