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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica – Vértigo musical en la sala de cine

Barcelona - 17/12/2018

Una vez más el conjunto sinfónico continua con la acertada iniciativa de mostrar el poder de la música integrado en el séptimo arte, interpretando en vivo sus bandas sonoras en una perfecta interacción entre proyección, orquesta y público. En este caso nos encontramos con una de las más perfectas conjunciones de talentos, Hitchcock y Herrmann.

Secuencias largas, dolorosamente solitarias y silenciosas en un hermoso telón de fondo de San Francisco, reuniendo los detalles de lo que claramente emerge como una obsesión fatal con un antepasado trágico. Comparada frecuentemente con las melodías más líricas y expresivas compuestas por Richard Wagner para "Tristán e Isolda", mas la referencia musical no es gratuita sino coherente con las imágenes a las que acompaña.

Una interpretación en directo en exhaustiva sincronización con la proyección con una larga y magistral partitura de Herrmann que entrelaza y da energía a la fuerza narrativa principal, desarrollando melodías más largas, y empleando la variación con técnicas "celulares" en esta partitura wagneriana del leitmotiv.  Más allá del hermoso tema de Madeleine, el compositor parte de él para crear un tema de amor que expresa la pasión surgida. Las armonías y la orquestación se hacen más ricas. El tema alcanza toda su plenitud es en la secuencia crucial de la película, una de las más memorables de toda la obra de Hitchcock: el momento en el que Scottie ve a Judy por fin transformada completamente en la difunta Madeleine, bajo filtros verdes que fomentan la esperanza, que Hitchcock remata con un plano circular que rodea a los dos amantes fundiéndose en un apasionado beso. Herrmann desarrolla el tema romántico en todo su esplendor, si bien la coda musical de dicho tema solo aparecerá, de forma rotunda y elegíaca, en la última imagen de la película, cuando el destino haya sellado para siempre esta historia de amor. El genio del compositor para representar el drama interior se revela aquí y su partitura, aunque inmensamente satisfactoria como música "pura", proporciona una sorprendente lección objetiva de cuán efectiva puede ser en manos de un artesano tan capaz.

Luis Suárez

Orquestra Simfònica Camera Musicae. Anthony Gabriele, director.
Obra de Bernard Herrmann.
Aribau Multicines, Barcelona.

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