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Crítica / Soumm y González suben la presión atmosférica - por Luis Suárez

Tarragona / Barcelona - 09/11/2021

Max Bruch tuvo la desafortunada circunstancia de escribir su composición más popular y perdurable, el "Concierto para violín en sol menor nº1", muy temprano en su carrera. Ninguna otra pieza, ni durante su vida ni desde entonces, ha aparecido en el escenario o grabando con la misma frecuencia. Aun así, Bruch produjo varias obras de calidad que aún merecen consideración, pese a que a ser denostado por detractores, por su conservadurismo, como la "marca blanca de Brahms". 

Bruch fue uno de los pocos compositores que se negaron a ceder a las tendencias musicales de su época; como tal, su música es profundamente romántica y muy lírica. Bruch acentúa las capacidades vocales del instrumento a lo largo de esta obra y la interpretación de Alexandra Soumm es ideal para este tipo de escritura.

Crecida en Francia, nacida en Moscú y formada en Austria, posee unos dedos flotantes y con tiempo de sobra en carreras rápidas, tiene un tono sorprendentemente brillante. Su tono es excepcionalmente puro y legato, lo que le permite cantar fácilmente a través de su instrumento. La belleza y el cuidado con el que toca hacen que los oyentes presten atención y aprecien aún más la belleza de estas líneas románticas. Los tutti orquestales, dirigidos por un certero y entregado, Pablo González, son particularmente cuidados.

la "Sinfonía n° 2 de Brahms en re mayor, op. 73." es dirigida de manera precisa y cuidada por el director asturiano, Pablo González, revelando muchos pequeños detalles orquestales, todos los cuales son exquisitamente equilibrados en la paleta orquestal. La "Pastoral" del genio de Hamburgo, resalta en el ambiente es de primavera, con muchos brotes que brotan del suelo. Los detalles de la puntuación de Brahms suenan limpios.

La interpretación de la orquesta Franz Schubert Filharmonia es cálida y animada; es la integridad y la conmoción de González, en perfecta empatía de comprensión plena de la intelectualidad de un ya maduro Brahms, así como su profunda expresividad, y tocando el núcleo emocional con total simpatía y claridad de propósito. Los músicos tocan con la plenitud del tono y la flexibilidad rítmica de una orquesta madura y entregada.

Luis Suárez

 

Alexandra Soumm, violín.

Pablo González, director. Franz Schubert Filharmonia.

Obras de Max Bruch y Johannes Brahms.

6 y 7 de Noviembre, 2021

Teatre de Tarragona / Palau de la Mùsica, Barcelona.

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