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Crítica / Siete violonchelos y un destino - por Luis Mazorra

Madrid - 22/09/2021

Con sano ambiente festivo y buena entrada, comenzó la andadura del ciclo de cámara y polifonía, Satélites de la Orquesta y Coro Nacionales de España. Un programa interesante protagonizado por el Conjunto de violonchelos de la Orquesta Nacional de España.

Programa interesante porque, al margen de Wagner o la pieza de estreno, nombres como Grützmacher, Funck, Fitzenhagen, Popper, Franchomme e, incluso, el más popular y fílmico Bacharach, no ocupan habitualmente los atriles de este Auditorio. Y de buen grado, muchos de ellos, merecerían hacerlo.

Así lo demostró el bello Himno de consagración de Friedrich Grützmacher. Una obra romántica de exquisita solemnidad y perfecta cuadratura formal en las manos de un empastado conjunto. Cabal arranque de concierto de estos siete solistas de la Orquesta.

Saltando hacia atrás en el tiempo, una selección de la Suite en re mayor del compositor barroco David Funck puso a prueba la versatilidad estética del conjunto.

Su Zarabanda con variaciones pareció obra aparte, aquí de principio. De hecho, arrastró su breve cuota de aplausos furtivos. Con el oportuno contraste de la Alemanda, una concisa, resuelta y dinámica Giga final redondeó, en punta, esta selección de la Suite.

Y, así, volvimos al irredento romanticismo decimonónico. Un romanticismo en clave religiosa, con Ave Maria de Wilhelm Fitzenhagen. Un romanticismo que bien sirve al sonido aterciopelado pero intenso del violonchelo, pleno de expresividad en sus diversos registros y tesituras. Sonoridades con cierta magia, que en este programa surgieron así, progresivamente, como en el final de este Ave María.

Pese a la ausencia de intermedio, una breve pausa para reacondicionar el escenario, dio paso a la Polonesa de concierto para cuarteto de violonchelos de David Popper. Un alarde instrumental de este compositor checo y violonchelista de romanticismo algo más tardío. Alarde que se contagió por igual a los cuatro atriles, tanto en la introducción, con esos insistentes glissandi, como en la polonesa propiamente dicha. De seguido, una brillante sección final, donde ya se decantaba, de inicio, por su primer violonchelo solista, para terminar en una coda de manual con obvias reminiscencias sinfónicas, perfectamente concertada.

Para quinteto de violonchelistas, las Variaciones sobre dos temas (ruso y escocés) de Auguste-Joseph Franchomme nos mantuvo en aquel romanticismo más brillante, de resonancia orquestal, como dije, con cierta coartada folclórica y de salón, que se extendía de la pieza anterior con el añadido de la complejidad técnica que siempre suponen, para el compositor y para el intérprete, el género de variaciones.

La Pieza solemne del Lohengrin de Richard Wagner, en arreglo de Grützmacher, nos devolvió a la configuración inicial del conjunto con sus siete violonchelos y, de alguna manera, a aquel mismo clima, solemne (feierlich) como su propio titular indica en el alemán original; eso sí, con mayor garra armónica y melódica. Un arreglo, también bien aprovechado, para una pieza que luce sobremanera a sus intérpretes en los diversos registros cantabile que este instrumento proporciona.

Con Burt Bacharach dimos de nuevo un salto en el tiempo, esta vez hacia adelante: South American Getaway (en arreglo de Walter Despalj). Un salto en el tiempo más que en la estética. Una incursión festiva y popular en el atractivo mundo de la canción de consumo de los sesenta y setenta. Tema cantado con aquellas sílabas características que quedan ya en el imaginario de la época (“badabadaba…”), de la afamada y premiada película del oeste Butch Cassidy and The Sundance Kid (Dos hombres y un destino en España) dirigida por George Roy Hill en 1969 y protagonizada por Robert Redford, Paul Newman y Katharine Ross. No en vano, al año siguiente, su banda sonora y este tema original fueron ganadores de sendos premios Óscar.

Y, para finalizar, el estreno y encargo de la institución, con reconocibles citas de obras del repertorio trufando el fárrago violonchelístico: Fantasía para «ONE» de Javier Martínez Campos. Todo un homenaje al violonchelo sinfónico, extractado de seguido como bis en un formato mucho más compacto, que bien sirvió de colofón a este repaso de algunos autores del mundo del violonchelo romántico, con su incursión barroca incluida, como vimos.

Luis Mazorra Incera

 

Conjunto de violonchelos de la Orquesta Nacional de España: Josep Trescolí, Joaquín Fernández, José María Mañero, Mireya Peñarroja, Javier Martínez, Enrique Fernández y Adam Hunter.

Obras de Bacharach, Despalj, Fitzenhagen, Franchomme, Funck, Grützmacher, Martínez Campos, Popper y Wagner.

OCNE-Satélites. Auditorio Nacional de Música. Madrid.

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