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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Paseo chopiniano - por Luis Suárez

Tarragona - 17/02/2024

La pianista japonesa Yukiko Akagi ofreció un recital de dos compositores, virtuosos ambos y e influido el segundo de la tradición interpretativa del gran poeta del piano, el franco-polaco Frederic Chopin. Ya sea que fuera un amante de la música para piano del mismo desde hace mucho tiempo o simplemente un músico de nuevas generaciones rusas tardo románticas, no hay duda, en general de las influencias en su escritura de Rachmaninov.

Con curiosidad por la presentación de disco propio, este hermoso programa de mano es un buen lugar para disfrutar de dos de los más grandes pianistas de todos los tiempos.. Sus voces son íntimas y evocadoras de los salones aristocráticos donde ambos tocaba esta música. La belleza de la interpretación reside tanto en la forma en que Akagi usa el piano como en su sonido custodiado por la magnísica acústica de la sala. La cuestión principal en muchas interpretaciones de Chopin es el tempo rubato, y Akagi tiene un enfoque flexible respecto al ritmo, pero cuando se trata de frenarlo se encuentra en el medio del camino de sacar del todo la belleza de los silencios en los tempos lentos. Donde Akagi sobresale es en los usos inesperados del registro, la textura y el contraste local, cuestiones que desde finales del siglo XIX han sido gobernadas por las diversas "escuelas" de pedagogía del piano. Cada minuto de la música está vivo, en ambas manos, y nada se convierte en mera "figuración". Vease en la "Balada nº3, Op.47" o el "Andante Spianto y Gran Polonesa Brillante, Op.22", donde se escuchaba el extraordinario cambio cuando se introducen los contrastes en el tumultuoso segundo tema de cada pieza, con la completa combinación de recursos que su técnica logra y que reciben interpretaciones magníficamente poéticas.

En la segunda parte se muestra lo que un solo instrumento que es capaz de producir todos los tonos de una orquesta sinfónica y posee un rango dinámico más amplio que casi todos ellos. Con un compositor como Rachmaninov, que exige tanto al pianista como al piano, capturar todas y cada una de las notas manteniendo un sonido de piano realista y agradable aumenta en cada instante de explosividad, como es el caso de la segunda versión ofrecida de la "Sonata nº2, Op.36". Ante a dificultad, Akagi no se achanta y cada nota es clara y distinta, y la interpretación parece bastante poderosa, reflexiva y elegante; este último caso en el segundo tiempo de la obra y/o en la "Vocalise, Op.34 nº14" (versión de Zoltan Kocsis) Estos atributos son compensados asímismo por la calidad del sonido que combina con valentía técnica y musical remitida a los oyentes a los asistentes.

Luis Suárez

 

Yukiko Akagi, piano.

Obras de Chopin y Rachmaninov.

Auditori Josep Carreras, Vila-Seca, Tarragona.

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