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Crítica / La última creación del músico más valorado del país - por Francisco Villalba

Madrid - 19/02/2022

Todo teatro nacional de cualquier país, y el Teatro Real, en cierto sentido, lo es, debe pagar el tributo debido a las obras creadas por sus músicos y literatos. Por este motivo está más que justificado el estreno de El abrecartas, última ópera del quizá más importante compositor de España en los últimos años, Luis de Pablo, y del escritor Vicente Molina Foix.

Se trata de una obra compleja sustentada por una orquesta numerosa, brillante, atonal en ocasiones, en otras marcada por citas a músicas populares, incluso de origen caribeño, que el personaje de Lorca pide cambiar por un ibérico pasodoble. La orquestación es un derroche de imaginación, y en ocasiones de una profunda belleza.

De Pablo parece haber moderado las ansias rompedoras de su juventud y se muestra más calmado, más sereno; nada sorprende en esta partitura sino su deseo, quizá inconsciente, de hacerla más cercana al público en general.

Las partes cantadas están compuestas con un evidente deseo de que el texto sea completamente comprensible sin perjuicio de que su línea melódica sea muy bella en ocasiones. Es la demostración fehaciente de esa vuelta a las raíces de un compositor que detestaba las distorsiones sonoras de un Zimmermann en Die Soldaten, que por cierto me comentó que ponía a todo meter con las ventanas abiertas en el tocadiscos de su casa para molestar a sus vecinos.

De Pablo es en El abrecartas mucho más lírico que en anteriores ocasiones pero, como siempre, deja constancia de su magisterio.

Pero, para mí el problema del Abrecartas reside en la poco afortunada conjunción de texto y música. Y eso es garrafal en una ópera. Escuchamos una muy buena música subrayando un texto no complejo, eso no sería un problema, sino farragoso y poco teatral. Parece una serie de recitativos enlazados con poca fortuna y carentes de fuerza dramática.

La historia que se nos narra podría ser un fresco lacerante de un momento muy oscuro de nuestra historia pasada, pero se ve lastrada por el exceso de parlamentos y la sobrecarga de un didactismo excesivo que, además, no siempre queda claro, aunque veamos representados en el escenario algunos de nuestros poetas más señeros del siglo XX.

El personaje retratado con más acierto es el Comisario de policía encarnado por un contratenor, cuyo timbre agudo sirve para ofrecernos una imagen ridícula del personaje. Salvados Eugenio d’Ors y los personajes femeninos, el resto no están claramente delineados y resultan de cartón piedra. No lograron ni interesarme,  ni conmoverme. Cosa que, por cierto, si consiguen los personajes de Die Soldaten.

Xavier Albertí ha creado, con el escenógrafo Max Glaenzel, la figurinista Silvia Delagneau y el iluminador Juan Gómez Cornejo, un espectáculo simple pero muy eficaz. Un gran espacio cubico gris con una serie de armarios con casilleros que se desplazan por todo el escenario según las circunstancias y que sirven para que salgan y entren los personajes y al final veamos en uno de ellos un cadáver, como los conservados en los refrigeradores de los depósitos de cadáveres. Silvia Delagneu ha ideado un vestuario idóneo para la obra pero sin grandes derroches de imaginación.

Eficaz también la coreografía Roberto G. Alonso.

Impecable el reparto vocal integrado por Airam Hernández, como Lorca; Borja Quizá, como Aleixandre; José Antonio López, como Miguel Hernández; José Manuel Montero, como Rafael; Mikeldi Atxalandabaso, como Alfonso; Jorge Rodríguez Norton, como Andrés Acero; Ana Ibarra, como Salvador y Setefilla; Vincec Esteve, como Ramiro; Gabriel Díaz, como el Comisario; David Sánchez, como Eugenio d’Ors y Laura Vila, como Sombra.

El coro tuvo algunos desajustes pero se fueron subsanando poco a poco y ejemplar la actuación del coro infantil dirigido por Ana González.

Fabián Panisello, al frente de la parte musical del espectáculo, tuvo una notable intervención. Controló todos los instrumentos de la más que nutrida orquesta, por cierto una vez más, con parte de ella, distribuida en los primeros palcos del lado derecho e izquierdo de la platea, con verdadera soltura, logrando una interpretación llena de matices muy meritoria con partitura tan compleja.

Francisco Villalba

 

El abrecartas

Música de Luis de Pablo

Libreto de Vicente Molina Foix, basado en su novela homónima (2006)

Director musical: Fabián Panisello

Director de escena: Xavier Albertí

Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real

Pequeños Cantores de la JORCAM

Airam Hernández, Borja Quizá, José Antonio López, José Manuel Montero, Mikeldi Atxalandabaso, Jorge Rodríguez Norton, Ana Ibarra, Vincec Esteve, Gabriel Díaz, David Sánchez, Laura Vila

Teatro Real, Madrid

 

Foto © Javier del Real | Teatro Real

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