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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

CRÍTICA / La música clásica tornó a Valladolid (por José Mª Morate Moyano)

Valladolid - 03/08/2020

El Patio del Colegio de San Gregorio, obra renacentista de orfebrería y sede del Museo Nacional de Escultura, fue escenario del Ciclo “Conciertos Nocturnos”, que preguntaba en su subtítulo “¿Quién necesita la música clásica?”. La respuesta fue contundente: entradas agotadas en las 3 sesiones previstas, con todo tipo de medidas socio sanitarias en la entrada y su interior. La ciudad la necesitaba ya.

El Cuarteto Ribera, residente en el Museo: E. Moore e I. García, violines; J. Urtasun, viola, y J. Creus, cello,  profesores de la OSCyL, presenta siempre un repertorio bien elaborado y de interés, esta vez bajo el epígrafe “La forja de un estilo” que permitió seguir la evolución del género “cuarteto” en los 40 años finales del S. XVIII. Iniciaron con el “op. 2/1 en Sol m.” de Boccherini, en 3 movimientos, de los que el Largo tuvo un trío de voces graves de delicada afinación y aroma italo-vienés, y un aire operístico con carácter, muy adecuado para 1761. Vino “papá Haydn”, gran impulsor, con su “op. 76/1 en Sol M”, 1796-97, ya con 4 movimientos, hecho con el “spirito” requerido en el 1º, con profundidad y misterio en el Adagio, exigente para el Vi I el Menuetto y gracioso el final. Y en “su año”, Beethoven lo elevó a lo alto ya en su “op. 18/4 en Do m.” de 1798-1800, aún cercano a “papá” pero indicios de su personalidad donde, libradas leves imperfecciones del Allegro inicial, siguió un preciso fugato en el scherzo y preciosos juegos en el Andante, rematados con el animado Allegro cuyo final termina con un salto a Mayor como sorpresa. Éxito y regalo del Terremoto de Las 7 palabras de Cristo en la Cruz de Haydn,  en vigorosa despedida.

La vallisoletana Amarilis Dueñas con su cello barroco y arcos renacentista y barroco según la pieza, presentó su programa “Soliloquios” dividido en 3 capítulos, cada uno abierto con un Preludio de Bach (de sus Suites 5ª, 2ª y 3ª), Recercadas de Domenico Gabrielli (1ª; 3ª y 6ª; 5ª) y Capricci de Joseph M. C. Dall’Abaco (1y 3; 2 y 4; 5, 7, 8). Su hermoso sonido y seguridad técnica se unen a su musicalidad exquisita, logrando dar el carácter adecuado a cada uno de los “afectos” que expresaban las variadas tonalidades exhibidas,  soñar al auditorio a pesar de tener que refugiarse en el claustro por una llovizna veraniega. Fue muy aplaudida.

Cerró Ciclo la soprano lírico-ligera Laura Sabatel, granadina que regresó con sus armas más valiosas: sólida técnica vocal y respiratoria que le permite pianísimos largos y limpios, octavar muy fácil y lucir una expresividad corporal y musical bien declamada, con la que fue lógica la acogida de su “Música para curar el alma”, selección de canciones de Obradors, Granados, Toldrá, Falla, Fauré, Ginastera, Guastavino y Prats, junto a tradicionales de Irlanda e Inglaterra, a las que se vio obligada a añadir “O mio babbino caro” de Puccini y el bis de la “Nana” de Falla, siempre bien acompañada por el arpista Miguel Ángel, que se lució a solo con Debussy y Tournier. No nos importaría otro Ciclo en Agosto o Septiembre.

José Mª Morate Moyano

Conciertos Nocturnos: Cuarteto Ribera. Amarilis Dueñas. Laura Sabatel

Obras: Boccherini, Haydn, Beethoven. Bach, Gabrielli, Dall’Abaco. Canciones del S. XX

Patio del Colegio de S. Gregorio, Museo Nacional de Escultura de Valladolid

Foto: Patio del Colegio de S. Gregorio / © Jose Luis Filpo Cabana

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