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Crítica / Grilletta e Porsugnacco, el triunfo del ingenio - por Blanca Gutiérrez Cardona

Madrid - 04/10/2023

Una nueva producción de la Fundación Juan March (en coproducción con el Teatro de la Zarzuela) en su, ya podemos decir, veterano programa de Teatro Musical de Cámara, donde ofrece la recuperación de obras líricas de pequeño formato. Una línea de trabajo que recorre transversalmente varias temporadas musicales de la Fundación, y en la que hemos podido contemplar óperas de cámara de diversas épocas, tonadillas escénicas, y obras como la que nos ocupa, denominada Intermezzo.

Es de resaltar, sobre todo, la inteligencia (de quien competa) que supone reconocer los posibles valores musicales y escénicos de obras olvidadas y/o desconocidas, en muchas ocasiones con una rebuscada dramaturgia poco adecuada a los tiempos modernos, y cómo, por una feliz conjunción de talento, valga la repetición, musical y escénico, esas obras vuelven a la vida en una feliz resurrección que llega a entusiasmar al público actual.

Así ha sido en esta ocasión, en la que le ha tocado el turno a Grilletta e Porsugnacco, de Johann Adolph Hasse sobre un libreto de Molière. Aunque la obra se estrenó en Nápoles, en 1727, se interpretó en Madrid 20 años después y es el manuscrito que se conserva en la Real Biblioteca de Madrid el que ha servido de base para esta primera interpretación en tiempos modernos. Hasse, nacido en Hamburgo, fue alumno de Porpora y A. Scarlatti en Nápoles, y fue uno de los autores de más éxito en toda Europa con sus óperas de estilo napolitano.

Grilletta e Porsugnacco es un intermezzo, una pieza ligera, generalmente cómica, con personajes de tipo popular, que se interpretaba en los entreactos de las óperas serias. Basada en una obra de Molière, los dos protagonistas responden en gran manera a los arquetipos de la commedia dell´arte, con una protagonista avispada y astuta, y un protagonista caricaturesco fácil de engañar. Grilletta, joven doncella de una dama, a la que van a casar sin su consentimiento, ve la oportunidad de (a la vez que hacer un favor a su señora) intentar casarse con el rico pretendiente desdeñado. Por supuesto, triunfa en el empeño y, además, se permite en el último acto (que ya no fruto del ingenio de Molière) convertirse en una esposa tirana que va a llevar a maltraer al pobre Porsugnacco.

Todo ello está narrado musicalmente a lo largo de tres actos, en los que la acción avanza mediante largos recitativos acompañados, con unas pocas arias para cada voz y tres dúos. La música (servida por un ensemble de siete músicos) es ágil y desenfadada, y acompaña, así dijéramos, con gusto a los cantantes, subrayando los momentos más cómicos de canto y acción. Para dar más empaque a la representación sonó la obertura de Demofoonte y, como nexo entre los actos, fragmentos de la Sinfonía op. 5 nº 6 del propio Hasse.

Magistral es la puesta en escena de Rita Cosentino, quien, habitual colaboradora de la Fundación en este ciclo de ópera de cámara, conoce bien las limitaciones de espacio que presenta la sala, y sabe hacer de la ausencia (de metros de escenario) virtud, mediante una más que hábil organización del espacio escénico, con un único telón trasero con una calle y sus edificios dibujada sobre él, que en realidad es un muro donde se abren y cierran puertas y ventanas, al servicio de un ágil movimiento de los personajes que entran y salen, jugando con equívocos y disfraces.

Personajes que realmente son tres, no dos, ya que Cosentino se inventa un personaje mudo, aliado de Grilletta en su empresa de cazar al ricachón. La idea es magnífica, ya que ‘moderniza’ el lenguaje teatral de la obra, manteniendo a la vez la naturaleza de commedia dell´arte que rezuma toda la obra.

Los cantantes están prácticamente perfectos en sus papeles. La joven Natalia Labourdette aporta toda su frescura juvenil, tanto en lo vocal, como en la caracterización del personaje de Grilletta, creando una figura simpática y alegre (cuando en realidad, es una astuta aprovechada). Con una buena técnica, afronta las dificultades técnicas con desenvoltura y el trabajo actoral con desparpajo y naturalidad.

David Menéndez compone un Porsugnacco que va del bufón casi despreciable del principio de la obra, hasta el pobre enamorado que merece conmiseración al final, víctima de las maquinaciones de Grilletta. Admirable en lo actoral, vocalmente se adecúa a la perfección al papel. Destacó también Aarón Martín en el personaje, que cual mimo, acompaña sin voz a los dos cantantes durante toda la obra.

Javier Ulises Illán ha sido el encargado tanto de preparar la edición de la partitura, como de dirigir musicalmente la obra, de manera sobresaliente y brillante. Dividido su grupo habitual de músicos (Nereydas) a ambos lados del escenario, solventó esta dificultad añadida con seguridad, marcando las ágiles dinámicas que pide una pieza de estas características, y añadiendo ingenio al acompañamiento de la acción. Ha sabido traducir el espíritu desenfadado de este Intermezzo con acertadas decisiones orgánicas y traído al presente una joyita musical oculta hasta ahora.

El público de la matinée del domingo 1 de octubre premió con largos aplausos a todo el equipo, musical y escénico, y este éxito se convierte en un gran inicio de temporada para la programación musical de la Fundación Juan March.

Blanca Gutiérrez Cardona

 

Grilletta e Porsugnacco, de Johann Adolph Hasse
Fundación Juan March, Madrid, 01/10/2023
Natalia Labourdette (soprano), David Menéndez (barítono), Aarón Martín, actor.

Nereydas / Dirección musical, Javier Ulises Illán.
Dirección de escena, Rita Cosentino.

 

Foto  © Dolores Iglesias - Fundación Juan March

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